• 30/06/2024 00:00

Arranca el gobierno del ‘chen chen’

La coyuntura económica panameña tiene elementos positivos y negativos. Lo positivo es que somos líder logístico y financiero de la región; el comercio y los servicios continúan impulsando al país [...] Lo negativo es que, a pesar de estos avances, Panamá es uno de los países más desiguales del mundo [...]

Mañana inaugura un nuevo gobierno, cuyo lema de campaña fue traer “chen chen” a los panameños. Merece entonces que evaluemos el estado de las cosas y pongamos la situación nacional en perspectiva.

La coyuntura económica panameña tiene elementos positivos y negativos. Lo positivo es que somos líder logístico y financiero de la región; el comercio y los servicios continúan impulsando al país; el Canal desempeña un papel importante en la economía global; la construcción, la industria y el turismo se recuperan y lucen bien; la Zona Libre de Colón puja para volver a brillar; y la banca proyecta números muy halagadores.

Lo negativo es que, a pesar de estos avances, Panamá es uno de los países más desiguales del mundo, con una pobreza significativa entre los pueblos indígenas, y con un bajo acceso y calidad de los servicios públicos vitales. A esto hay que sumarle la preocupación por la crisis de la Caja de Seguro Social que afecta seriamente aspectos fundamentales de empleo, finanzas públicas y crecimiento económico.

Por el lado del empleo, la informalidad deprime la seguridad social, distorsiona la seguridad laboral y detiene el desarrollo económico. El desempleo ha mejorado de 18% en 2020 a 7.4% a la fecha, lo que indica que la tendencia es favorable a pesar de las adversidades que impiden alcanzar el pleno empleo.

Sobre las finanzas públicas, el continuo déficit fiscal del gobierno central y del sector público no financiero, ha puesto en riesgo el manejo sostenible de la deuda pública, lo cual obligará al nuevo gobierno a poner en marcha de forma inmediata una estrategia que revierta esta tendencia. La rigidez del presupuesto general del Estado exigirá igualmente a reducir el gasto público. Solo basta recordar que el 70% de los funcionarios públicos tienen leyes especiales y aumentos de salarios automáticos. A esto se suma que las tasas de intereses están en su punto más alto, lo que limita el rejuego de pasivos a favor.

Con respecto a los ingresos, la tarea no será fácil tampoco. Los privilegios fiscales en el sector privado se encuentran en su punto más alto y se requerirán decisiones de choques para poder cambiar esta situación. Aunque hasta ahora el financiamiento externo ha sido suficiente, su utilización se ha destinado a pagar planillas, subsidios sociales y exoneraciones fiscales. A pesar de la sólida recaudación del último año, la proyección es que en 2025 el nuevo gobierno necesitará aumentar impuestos para cumplir con sus metas básicas de ingresos.

Y sobre el crecimiento, esperamos que se consoliden las actividades económicas y el país mantenga su atractivo como destino de inversión extranjera, para que la economía y el mercado laboral se recuperen y lleguen a los niveles previos a la pandemia.

En lo que se ha fallado en los últimos años son las exportaciones. No solo el cierre reciente de la mina de cobre causó una disminución del 2.5% en el PIB, sino que desde hace años se ha optado por aplicar políticas de sustitución a la producción, soslayando así la capacidad productiva agropecuaria y poniendo en peligro la seguridad alimentaria panameña.

El tema de la inflación merece un tratamiento más técnico debido al enfoque incorrecto de muchos subsidios que causan distorsiones y crean disminuciones ficticias de precios en tarifas eléctricas, combustibles, gas licuado y alimentos básicos. Simplemente, la cifra oficial de 2% de inflación no refleja la realidad económica del país.

Con lo cual regresamos nuevamente al tema del “chen chen” y a la urgente necesidad de establecer una política económica de gastar e invertir con eficiencia. Es muy desafortunado que durante los últimos gobiernos se haya dado tantas vueltas para reactivar la economía, pagando cuentas a proveedores muchas por encima de 24 meses. Y cuando finalmente se pensaba que habíamos superado la pandemia y comenzado a despegar, vinieron cierres de calles, suspensión de clases, huelgas laborales y cancelación del contrato minero que terminaron de hundir la economía

Así las cosas, traer “chen chen” al sistema suena necesario y oportuno. De allí la urgencia de atraer inversiones extranjeras, generar empleos, promover sectores de alto potencial, crear polos de desarrollo, optimizar la competitividad, fortalecer la “marca país”, mejorar el acceso a mercados internacionales, establecer un programa de emprendedores, y apoyar a las pequeñas y medianas empresas. Pero todo esto debe venir acompañado de elementos de eficiencia, con reducción de la burocracia, mayor facilitación por parte de funcionarios, mejor ejecución presupuestal y el pleno respeto a las leyes que es esencial para garantizar la confianza de los inversores.

En suma, el nuevo gobierno tiene grandes desafíos económicos, fiscales y financieros, claves para reactivar la economía y realizar las transformaciones necesarias. Esperamos que a pesar de la crisis estructural y el hueco que deja el gobierno de Cortizo, el “chen chen” pueda llegar finalmente al bolsillo de todos los panameños.

El autor es empresario
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