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- 08/06/2024 23:00
A 37 años de fundada la Cruzada Civilista, ¿un despertar?
El 9 de junio de 1987 nació la Cruzada Civilista, un movimiento de protesta y de lucha por los principios de democracia, justicia y libertad, que unió a un sinnúmero de agrupaciones gremiales, estudiantiles, profesionales, trabajadores y ciudadanos en general.
El sábado 6 de junio, el coronel Roberto Díaz Herrera, quien era miembro del Estado mayor de las Fuerzas de Defensa, había sido enviado al retiro forzado por Manuel Antonio Noriega. Presa de la frustración y la amargura, Díaz Herrera decide confesar públicamente lo que el pueblo ya sospechaba, las actividades delictivas de Noriega y la corrupción rampante dentro del engranaje militar y gubernamental en Panamá: el fraude de las elecciones de mayo de 1984, el cual se planeó en su casa; que él, Díaz Herrera, tenía evidencias de que Noriega mandó a asesinar al Dr. Hugo Spadafora en 1985; el pago de 12 millones de dólares que el Sha de Irán hizo a Omar Torrijos a cambio de su asilo en Panamá en 1979; que él, Díaz Herrera, obligó por órdenes de Noriega, al presidente Nicolás Ardito Barletta a que renunciara cuando decidió crear una comisión para investigar la muerte del Dr. Spadafora, y que su casa en Altos del Golf la había adquirido con dinero producto de la venta de visas a inmigrantes cubanos.
Para algunos estudiosos tales declaraciones constituyeron el detonante de la paciencia del pueblo panameño, sin embargo, es preciso señalar que desde que se instaló la dictadura a partir de 11 de octubre de 1968, los militares entorchados junto a los civiles que los aplaudían, cometieron toda clase de atrocidades como consecuencia del derrocamiento del presidente constitucional, Dr. Arnulfo Arias Madrid: persecución y asesinato, encarcelamiento, tortura, exilio, y destrucción de propiedades de muchos panameñistas y de quienes rechazaban la irrupción de los militares en la vida pública nacional. El informe de la Comisión de la Verdad, publicado el 18 de abril de 2002, contiene información detallada de casi todos esos casos. En ese período de 21 años de dictadura, hubo escandalosos casos de atracos al erario, tráfico de armas, drogas y trata de personas, enriquecimiento ilícito, entre otros, que afloraban a pesar de la regia censura impuesta sobre los medios de comunicación. Estos hechos se fueron acumulando en la memoria del pueblo que ya había salido a demostrar su rechazo a la dictadura el 10 de junio de 1978, mediante una monstruosa y jamás igualada manifestación en las calles, al regreso del Dr. Arnulfo Arias de su exilio de 10 años en los Estados Unidos de América. Un grupo de profesionales y trabajadores pertenecientes a diversos gremios se reunió el 9 de junio de 1987 en la sede de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, surgiendo un movimiento fundamentado en los valores cívicos y morales que impulsaban los clubes cívicos a través de una campaña mediática que fue suspendida por órdenes de los cuarteles, y en el descontento que manifestaba el pueblo que clamaba por democracia, justicia y libertad. Este movimiento llegó a aglutinar a una mayoría de los sectores sociales del país, más allá de cualquier interés económico o político, motivado tan solo por un sentimiento cívico de reivindicación (cuando la libertad se vistió de blanco. Testimonios de lucha y sacrificio, Arjona y Cambra, 2013). Desde ese momento en adelante, las manifestaciones en contra de la dictadura arreciaron, como también las diversas formas de represión del pueblo.
El Panameñismo y demás políticos de oposición respaldaron este movimiento, aunque seguimos la recomendación del Dr. Arnulfo Arias de que se arriaran las banderas políticas y abrazáramos todos la enseña patria y la bandera blanca de la lucha y la resistencia pacífica de la Cruzada Civilista.
Hoy, a más de tres décadas desde que se reinstauró la democracia en Panamá, hemos sido torpes u omisos en la adopción y ejecución de los principios por los que todos luchamos. Durante las pasadas elecciones de 5 de mayo de 2024, hubo un despertar, una nueva cruzada renovadora liderada por jóvenes que a pesar de que no vivieron la lucha democratizadora de finales de la década de 1980, hicieron valer en las urnas el rechazo del pueblo a las prácticas politiqueras que lo tienen hastiado. El presidente de la república electo, José Raúl Mulino, y algunos de sus colaboradores fueron fundadores de la Cruzada Civilista; tienen por lo tanto, un reto por delante, que al mismo tiempo es una oportunidad de que volvamos sobre nuestros pasos y refundemos la república. Hago votos porque los caros principios de democracia, justicia y libertad continúen anidando en sus mentes para bien de todos los panameños.