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- 03/11/2022 00:00
Del 3 de Noviembre, contra la leyenda negra
Uno de los aspectos más sobresalientes del estudio de nuestro proceso histórico, es la negación y la abjuración del movimiento separatista del 3 de Noviembre de 1903. Por una parte, porque existe un resentimiento de algunos pensadores, y por otra parte, debido a la manipulación de la historia por quienes nos eran contrarios, como es el caso de los historiadores colombianos y los novelistas históricos, no profundizan en los documentos y el proceso mismo de nuestra historia, sino que adoptan conjeturas e ideologías fallidas, cuyo único fin es siempre denigrar la historia de los pueblos y sus próceres, con el fin de manipular aún más la conciencia cívica de una nación. A todos ellos van dirigidas estas anotaciones.
En primera instancia, debemos aclarar que el movimiento de 1903 fue separatista, ya que el acta de Independencia de 1821 expone nuestra adhesión al proyecto del Libertador Simón Bolívar, La Gran Colombia, conformada por Venezuela, Ecuador y Colombia. Ergo al desvincularnos de Colombia fue a través de una Separación.
Se ha tenido por parte de los historiadores una interpretación especial de nuestra Separación, basada en el revisionismo histórico, lo cual no podemos compartir, primero porque es una negación del proceso histórico de esta nación y por ende, nuestra identidad.
Primero que Panama existe desde la creación del reino de Tierra Firme, que fue a su vez dividido a partir de 1510 en Castilla del Oro, que era específicamente el Istmo de Panamá. Luego, con la conformación de la Real Audiencia de Panamá en 1538. Panamá, antes que otras colonias, fue centro de exploración hacia el sur desde 1510, y se consagra en 1519, con la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, que conforma el Eje del Pacífico-Atlántico, con la fundación la ciudad de Nombre de Dios.
Entonces, desde el siglo XVI, Panamá existía, política, administrativa y jurídicamente, y era eje de tránsito del sur hacia el Atlántico, ese fue nuestro rol desarrollado por el Imperio español, no fue una decisión por votos, lo creó el Imperio español, que explotó nuestra posición geográfica desde el mismo siglo XVI.
Ahora, cuando se da la Separación de 1903, los autores panameños tienden a menospreciar el acto en sí, porque consideran, en algunos casos, que Panamá no existía, sino que fue la creación de los Estados Unidos y de Wall Street, es la misma idea incordiosa que los historiadores colombianos vertieron sobre su propio fracaso en no mantener la Unión con Panamá.
Ello está expuesto en la obra: “La verdadera historia de la Separación”, donde se plantea que la Separación fue solo una transacción comercial, un buen negocio para la burguesía comercial istmeña; no lo creo, porque existió el deseo de los panameños en separarse de quien los tenía en el fondo del abismo, y permítanme recordar que fueron los colombianos quienes, través del Tratado Mallarino-Bidlack, introducen a los Estados Unidos al Istmo de Panamá, luego de fallar su “affaire” con el Imperio británico, tras el incidente Russell. Olvidan que fue una serie de eventos, desde el fracaso del Canal francés hasta el rechazo del Herrán-Hay. Esto propició el cima perfecto para la Separación, y promovieron esos eventos.
Fue el pueblo del arrabal de Santa Ana que se propuso tomar las armas, junto a Esteban Huertas y Amador Guerrero y en Colón los dirigidos por Porfirio Meléndez, que se prepararon para hacer frente, de ser necesario, a las tropas colombianas. Es decir, fue un movimiento popular.
En otra obra titulada “ How created nation for Wall Street”, se crea un guion, en donde todos los próceres al parecer pasaron por el Chase Manhattan Bank y por ello conspiraban contra la patria istmeña, el problema es que se hace eco de la misma versión colombiana respecto a nuestro pueblo; es decir, somos una nación de traidores. Lastimoso que se le dé valor a la rutina de otras expectativas y frustraciones.
Por último, las acusaciones sobre que los próceres y en este caso, el Dr. Amador Guerrero, recibió sobornos, para preparar la Separación es absurda, primero, porque los liberales en un país tan pequeño, hubiesen denunciado a un conservador como el Dr. Guerrero y al contrario se unieron a la causa. La forma como se fragua la Separación, como se realizó fue el producto de ingenio y buena fortuna, como es el caso de la idea de María Ossa de Amador, a proponerle a su esposo, el Dr. Guerrero, que solo trasladase en ferrocarril a los generales Tovar y Amaya, los cuales fueron apresados de inmediato al llegar a la ciudadela de Panama. Y la disposición del pueblo de Santa Ana para defender la patria, fue un movimiento popular, que nos da todo el derecho legítimo e incuestionable de defender nuestra Separación con honestidad e hidalguía. Por ello, no podemos seguir aceptando el entorno de la Leyenda Negra que le resta mérito a nuestra Separación.