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- 14/09/2022 00:00
¿Realmente queremos atraer inversión extranjera?
Con una posición geográfica privilegiada, enormes oportunidades para desarrollar negocios, y luego de ser destino favorito para la Inversión Extranjera Directa (IED) en la región por 30 años, Panamá pareciera estar perdiendo su encanto en la pospandemia. El flujo de IED se recupera, pero en el Primer Trimestre del 2022, se mantuvo 36% por debajo del mismo período del 2019.
Un informe de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), publicado el 9 de junio 2022, señala que los flujos de IED hacia Costa Rica volvieron a los niveles anteriores a la pandemia, casi duplicándose hasta los $3,200 millones, con nuevas inversiones en zonas económicas especiales. Costa Rica es el país que, proporcional a su economía, atrae más IED en el mundo. Por su parte, en Guatemala, la IED alcanzó un nivel récord de $3,500 millones.
La IED en Chile aumentó en 32% (2020-2021), hasta los $13,000 millones, sostenidos por varias grandes adquisiciones y un renovado interés por los proyectos mineros. Como dato adicional, el mayor salto se produjo en las tecnologías de la información y la comunicación. El gigante chino, Huawei, anunció que abriría un centro de datos en la nube de $4,500 millones en México.
Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, sugiere que Latinoamérica necesita una recuperación económica que le permita avanzar, para lo cual requiere de inversiones extranjeras de calidad, pero advierte de grandes retos. Su análisis tuvo como marco la VI Edición del Foro Internacional de Santo Domingo, en marzo del 2022, organizada por la Fundación Global Democracia y el Desarrollo (Funglode) y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional)
Sahd resaltó la amenaza a la seguridad alimentaria e impacto sobre los más vulnerables de la sociedad, lo que genera protestas sociales y violencia. Indicó que “hay un riesgo del aumento de las protestas”, por mayores restricciones fiscales y por el retiro que ya estamos observando de las ayudas sociales del gobierno y la incapacidad del propio Estado de proveer servicios públicos de calidad.
En Panamá, el clima para la inversión privada en los últimos años se ha venido deteriorando, sirviendo de caldo de cultivo para un preocupante aumento de la precariedad y estatización del empleo. En los últimos 10 años (2012-2022) la población en edad productiva (más de 15 años) creció en 723 mil personas y más de 420 mil panameños empezaron a buscar trabajo. Pero hoy, a pesar de tener la planilla más alta de la historia, tenemos 59,252 asalariados privados menos y 247,166 trabajadores informales más que en el 2012. Ese año, 23% de los empleos formales estaban en la planilla estatal, hoy es 28%.
Entre enero y julio 2022, Mitradel tramitó 137,308 nuevos contratos laborales, cifra 42% inferior a los 236,260 procesados por la entidad para el mismo período del 2019, año en el que se tramitaron 378,495 nuevos contratos, pero sólo se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales. Como referencia, entre octubre 2021 y abril 2022, se sumaron 60,047 nuevos informales.
Un reciente informe del Departamento de Estado Norteamericano expresó preocupación por el clima para la inversión privada en el país, citando deficiencias estructurales como corrupción, reputación de falta de pago por parte del Gobierno, fuerza laboral con poca educación, sistema judicial débil y malestar laboral. Igualmente, el reporte plantea que el clima de inversión de Panamá se ve amenazado por altos déficits fiscales, desempleo y desigualdad.
Panamá ha puesto en marcha un conjunto de leyes para atraer IED, como el Régimen Especial para la Operación de Sedes de Empresas Multinacionales (SEM; Ley del 2007), que hasta la fecha ha traído más de $3 mil millones de inversiones y generado más de 7 mil nuevos empleos. De igual manera, la Ley EMMA, ProPanamá y otras iniciativas.
Pero estamos enviando mensajes contradictorios a la comunidad inversionista. Por ejemplo: 1. Fijación arbitraria de márgenes de ganancia/control de precios por parte del Gobierno, 2. Anuncio de nuevo acuerdo con Minera Panamá, la mayor inversión extranjera en la historia, $6,700 millones (enero 2022), repartición los beneficios (marzo 2022) y silencio absoluto por siete meses y 3. Aceptación Demanda de Inconstitucionalidad a Artículo 13 de la Ley SEM, referente a Incentivos Fiscales.
Urge transmitir coherencia y confianza de que invertir en Panamá es buen negocio, requisito fundamental para generar empleos dignos. Necesitamos IED. No es un debate ideológico, sino una realidad matemática.