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- 29/04/2022 00:00
Vigencia del 1 de Mayo en Panamá
No se difunde mucho, pero Panamá fue uno de los países pioneros en reconocer la jornada de 8 horas, Ley 6 de 1914, pronto a cumplir 108 años. Al día siguiente de su promulgación, 7 de noviembre, hubo un festejo popular en el parque de Santana por su aprobación y sanción por parte del presidente de ese entonces, Belisario Porras.
Fue en los inicios de la Primera Guerra Mundial y en ese mismo año, se inauguró el Canal de Panamá, obra que duró varias décadas y que trajo mano de obra de todo el mundo. Se afirma que Panamá fue el segundo país en Latinoamérica en reconocer la jornada de 8 horas para los obreros y los trabajadores del comercio, solo después de Argentina en 1905. Los patronos se opusieron e interpusieron recursos legales que fueron fallados en su contra. La Ley también prohibió a los menores de 14 años ser contratados, como se hacía, en “obras recias, despachos de cantinas, restaurantes ni establecimientos de Comercio”. También se prohibió “Emplear a menores de 18 años, de uno u otro sexo, en establecimientos donde se expidan bebidas embriagantes”.
Seguramente la gesta que conquistó esta Ley estuvo inspirada en los ideales de grupos del liberalismo popular, del arrabal santanero, pero también anarcosindicalistas, socialistas, comunistas que llegaron a Panamá para la construcción del canal interoceánico, esos a los que hoy se tilda de izquierda y se sataniza, pero que inspiraron importantes luchas, como los movimientos inquilinarios (1925 y 1932) y por la seguridad social, entre otras.
Esa es la grandeza de una causa que reúne a los trabajadores de todo el mundo a conmemorar el 1 de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, como lo estableció la Segunda Internacional Socialista tres años después de los sucesos de Chicago.
A 136 años de la gesta heroica de los obreros, en nuestro país seguimos confrontando un conjunto de problemas laborales, producto de un sistema y modelo que son excluyentes, que han pauperizado de forma extraordinaria las condiciones de vida del trabajador y su familia al priorizar la acumulación capitalista que coloca grandes ganancias en manos de unos cuantos empresarios, que además gozan de una serie de privilegios que les otorgan los Gobiernos.
Hoy, es vital conmemorar esta fecha cuando se agrava la crisis del capitalismo y de su modelo económico global neoliberal, acentuada por la pandemia y ahora por la guerra de las potencias nucleares en Ucrania que amenaza la existencia misma de la humanidad.
La clase empresarial, los oligarcas pretenden que seamos los trabajadores quienes carguemos con la crisis y buscan transportarnos a los períodos más oscuros del mundo del trabajo, cercenando conquistas y derechos logrados en una historia escrita con sangre.
Se suspenden contratos y se recontratan a los trabajadores en peores condiciones, con salarios más bajos y con jornadas más extenuantes que superan las 8 horas diarias. En muchos casos sin el reconocimiento del seguro social o con el robo de la cuota obrera. Se pagan salarios de hambre y se busca aumentar la edad de jubilación de mujeres y hombres y seguir imponiendo pensiones y jubilaciones de miseria, Todo ello como parte de un complot del poder económico y las autoridades.
Seguimos en la lucha, como lo demuestran las recientes jornadas por ajustes salariales, trabajadores de Bimbo, de líneas aéreas (Sielas) y del Suntracs, y que constituyen un ejemplo para todo el movimiento sindical, donde se supo defender los derechos a huelga y a estar sindicalizados. Hoy, los compañeros del Grupo Rey (Sitracommcsap) enfrentan despidos masivos disfrazados de mutuos acuerdos; los trabajadores canaleros enfrentan despidos y la violación constante de derechos laborales por parte de la administración de la ACP, que preside Ricauter Vásquez. Expresamos nuestra solidaridad a todos los trabajadores.
Rendimos honor a la mujer trabajadora y a la juventud, entre las principales víctimas de este modelo voraz y rapaz, así como a los que luchan contra todo tipo de exclusión social y discriminación. Reiteramos nuestra lucha por el congelamiento de los precios de los productos de primera necesidad, contra el alto costo de la vida y del combustible y por salarios justos para una vida digna.