Este 3 de noviembre en el Palacio de Las Garzas el presidente José Raúl Mulino encabezó los actos en honor a los 121 años de la separación de Panamá de...
- 12/12/2019 10:05
Entendimiento nacional o desastre nacional (III)
He tratado, en las dos entregas anteriores, de demostrar cómo el Gobierno de Omar Torrijos se percató a tiempo de que era necesario un cambio en el timón de la cosa pública. Entendió también que el mismo no podía ser brusco y que se debía llevar con una transición ordenada y de allí el impulso a su estrategia del “Veranillo Democrático” y el “repliegue militar a Farallón”.
Lo cierto es que a los problemas dejados por el Gobierno militar de Omar Torrijos en 12 años, el breve mandato de Flores de un año, el generalato de Paredes de dos años y el mando de Manuel A. Noriega por siete años y los desgobiernos “democráticos partidistas” por 29 años, burlándose cada cinco años del pueblo, los problemas nacionales y populares no se resolvieron, y a los viejos se sumaron los nuevos, provocando quejas, protestas, vergüenza, ira, impaciencia, frustración e impotencia nacional.
Estoy convencido de que estos mismos problemas que sufrimos los panameños, son los problemas que han explotado en países hermanos y que han provocado el descontento en Chile, Bolivia, el Ecuador, Irán, Haití, Irak, Argelia, Líbano, París, Cataluña y Hong Kong, males políticos unos y dolorosos problemas sociales los otros.
No soy ajeno a que muchas de estas protestas están influenciadas por movimientos jóvenes. De jóvenes que no esperan nada de una democracia partidista corrupta que no resuelve los problemas de la ciudadanía y crea más pobres y más desigualdades. Pero los incendios están cerca y el calor de las llamas se van sintiendo también en Panamá.
Los ciudadanos quieren trabajo, quieren una vida sin los altos costos de los tres golpes, los jubilados quieren mejorar su salud y los asegurados los servicios que pagan y no reciben. Estas angustias ciudadanas NO serán resueltas por las “reformas constitucionales” ni por la “constituyente paralela” ni la “constituyente originaria”.
Seamos realistas con los panameños, ataquemos los problemas nacionales encontrando soluciones en el diálogo y en el acuerdo a corto, mediano y largo plazo. Si queremos evitar lamentaciones mañana, debemos todos, abandonar el sectarismo ideológico y político. No perdamos tiempo en debates estériles y de capillas que no nos llevan a ninguna parte.
Considero que ese pacto, acuerdo o entendimiento nacional, debe buscar con urgencia resolver los siguientes problemas nacionales:
Aprendamos las lecciones del pasado y de este presente de angustias y construyamos un futuro mejor para todos los panameños. Ese es el RETO de hoy y de mañana.
Panamá, Patria para TODOS o tierra de mercaderes y metecos.