• 15/01/2016 01:00

El fenómeno de El Niño, la sequía y el agua en Panamá

El fenómeno se prolongará hasta el año próximo y podría aumentar su intensidad...

El fenómeno de ‘El Niño', que afecta a Centroamérica desde inicios de 2015 y que se prolongará hasta el año próximo, podría aumentar su intensidad y convertirse en el evento más fuerte que ha impactado a la región desde 1997, por lo que los países deberán tomar medidas de prevención y mitigación para resguardar al sector agrícola.

Esta es la recomendación que emitieron especialistas en meteorología, hidrología y agricultura tras conocer la perspectiva climática para el período de agosto a octubre de 2015, la cual fue expuesta en el Foro Climático de América Central, efectuado en Honduras.

El diálogo sobre el impacto del fenómeno en la agricultura fue coordinado por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC), gestionada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Según este informe, la ganadería continuará siendo afectada por la escasez de agua y de pasto, agregó, mientras que la producción frutícola y de café podrían experimentar alteraciones de floración por las temperaturas altas. Algunas zonas de Costa Rica y de Panamá podrían presentar abundantes lluvias e inundaciones que podrían impactar la producción y el comercio de cultivos perecederos como: banano, papaya y hortalizas. En este escenario, los expertos recomiendan a los países instalar sistemas de captación de agua y de riego, y utilizar variedades resistentes en las regiones donde habrá condiciones secas.

He visto en las noticias y comunicados del MIDA (Ministerio de Desarrollo Agropecuario e IDAAN (Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales), que las ‘medidas' para enfrentar la sequía en las provincias centrales es la apertura de pozos. Teniendo en cuenta que ya es demasiado tarde para tomar otras medidas, estas acciones son aceptables provisionalmente. Sin embargo, el exceso de pozos profundos en regiones como el arco seco, no es recomendable como medida permanente o definitiva, ya que trae consigo el agotamiento de los acuíferos subterráneos y la salinización de los suelos.

El agua extraída de los acuíferos subterráneos contiene sales (sodio, potasio, etc.) en pequeñas concentraciones, al ser usada para irrigación, la mayoría de esta se evapora, dejando las sales en el suelo, que se concentran tras repetidos ciclos. El bajo nivel de lluvias en estas áreas, impide que estas sales se laven de los suelos. Con el tiempo los suelos se salinizan y se vuelven desiertos salinos, no aptos para la agricultura.

Por esto, lo recomendable para enfrentar períodos de sequía en áreas agrícolas, es la construcción de depósitos subterráneos de almacenamiento de agua. Estos se llenarían con sistemas de captación de aguas de lluvia o de ríos cercanos, en la época lluviosa. Los depósitos tendrían que ser subterráneos para evitar la alta evaporación y la pérdida de agua. Esta tecnología se viene usando hace más de 2000 años con éxito. En la antigüedad, en los territorios del Imperio Romano, donde el clima era semiárido, como en la Península Ibérica y la península Itálica, se construyeron grandes depósitos subterráneos donde el agua de lluvia se iba almacenando para su posterior consumo, bien humano o agrícola. Los antiguos mayas de la península de Yucatán, además del agua obtenida de los cenotes, tenían aljibes subterráneos llamados chultunes para el almacenamiento de agua de lluvia. Estos depósitos subterráneos de agua o aljibes, se pueden hacer en sitios altos para aprovechar el agua por gravedad, o en sitios bajos, utilizando bombas movidas por energía solar o eólica, abundantes en la época seca.

A estas alturas, en Panamá también se deben estar desarrollando materiales genéticos resistentes a la sequía y a temperaturas más altas. Como lo hacen otros países que tienen investigaciones avanzadas en este tema. El polen del tomate y pimentón se muere a temperaturas entre 29 y 30 grados centígrados. Esto quiere decir que la producción de frutos es casi nula. Lo mismo ocurre con otras especies alimenticias. Los ‘invernaderos' o ‘Casas de vegetación' son tecnologías que tienen dos siglos de antigüedad. En el Trópico se usan para el cultivo en épocas lluviosas y no son tecnologías para combatir la sequía.

También es de esperar que los cambios climáticos propicien la aparición de nuevas plagas o enfermedades, lo que afectaría más aún la producción agrícola.

INGENIERO AGRÓNOMO

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