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Enrique Samudio: “La mosca no estaba siendo lo suficientemente efectiva”
- 16/07/2023 00:00
- 16/07/2023 00:00
La proliferación de brotes del gusano barrenador del ganado es consecuencia de varios factores. A pesar de que la plaga se eliminó en 2006, después de mucho esfuerzo, Enrique Samudio, director de la parte panameña de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador (Copeg) explica que el desgaste genético de la mosca estéril que se produce en el laboratorio pudo influir en la reproducción de los casos, que ahora se cuentan más de 3 mil desde Darién a la Montañera de Santiago de Veraguas. Otra causa fue el relajamiento en las fincas. Los ganaderos se acostumbraron a no tener el problema en la finca, y bajaron la guardia. Además, el paso de erradicación a prevención redujo los recursos. Copeg trabaja con el mismo personal a pesar de que en Darién se triplicó la cantidad de animales. Un factor más fue el retraso en la producción de una nueva cepa genética más efectiva que dispersaron en marzo pasado como un esfuerzo para contener los brotes.
En este momento (10 de julio) hemos encontrado en la provincia de Herrera, donde más hay, 32 casos, en Veraguas nueve, en Panamá Oeste once. En el área de Panamá, Colón y Darién tenemos casos hace un año; ha habido una pequeña persistencia. En Darién siempre vamos a tener casos eventuales por ser frontera con Sudamérica donde existe el gusano barrenador.
Son 3018, de enero a la fecha.
El año pasado comenzó a incrementarse el número de casos a partir de junio 2022. En julio, nosotros declaramos una emergencia interna para poder acceder a ciertos procesos de Copeg, entre ellos utilizar una nueva cepa de la mosca que a partir de agosto empezamos a reanimar, ya que se encuentra crio preservada (preservada en frío) y luego se reproduce, de manera que hasta marzo pasado logramos liberarla por completo.
El cómo llegamos a la cifra… ahora estamos más concentrados en responder a la situación.
En realidad, son un grupo de variables que afectan y que cuando se juntan tienen diferente impacto en lo que ocurrió. De alguna manera tiene que ver con la evasión de control de los animales, con la confianza que tenían los productores de estar libres de la plaga en un número de años que dejaron de curar a los animales. Son diferentes cosas que han afectado. También la gente no toma muy en cuenta los efectos del cambio climático, hoy hay plagas distintas, se puede comparar con la gripe aviar o la peste porcina africana que de alguna manera están cambiando su forma de aparecer en distintos continentes y variando su presentación.
En el mes de junio detectamos que el incremento de casos se sostenía, es decir, que no había una reducción, lo que nos hizo pensar que probablemente la mosca no estaba siendo lo suficientemente efectiva y por eso pasamos a despertar las moscas que estaban en el estado de crioconservación. El problema es que no es fácil responder de inmediato. Primero porque la mosca estaba en el estado de embrión, no es un individuo adulto, luego hay que hacerlo crecer hasta llegar a adulto hasta una cantidad suficiente que pueda ser dispersada. Eso toma aproximadamente seis meses.
Es una de las cosas interesantes porque nosotros hacemos exámenes de tamaño asegurándonos de que la mosca que liberamos sea estéril, de que tenga la agresividad sexual que necesitamos, que tenga la capacidad de volar. Todas esas pruebas las superaba. Parecía estar en buen estado, pero tal vez hay otros factores como la domesticación, que pueden ser un factor importante. Es una mosca conservada en laboratorio, por lo tanto, puede haber otros valores intrínsecos que se desconocen.
Históricamente la mosca funcionó. Pero es una mosca que se estuvo reproduciendo por cerca de 10 años, entonces es posible que haya un cansancio genético, una desmejora.
Hay varias razones. Una de ellas, que tuvimos una mayor dificultad en poder dar respuesta en los meses de mayo y junio (2022) cuando empezó el mayor número de casos, debido a los cierres de la vía Panamericana en julio. Nosotros tenemos la imposibilidad de dar respuesta por tierra que tiene que ver con los inspectores de campo, pero también con la liberación de moscas que hacemos por la vía terrestre como un coadyuvante a la dispersión que se hace de forma aérea.
Sí. Se hacen a 21 millas náuticas dentro del territorio colombiano unas tres veces por semana.
Bueno, en realidad es lo que hemos encontrado. No es la única variable que hemos tenido. Recuerde que cuando inició el programa de Copeg, Darién tenía 85 mil bovinos, hoy tiene más de 260 mil animales. Son más productores y nuestro personal es el mismo desde el inicio. Tenemos una modificación del medio ambiente en la zona, hay mucha deforestación, una apertura de caminos o carreteras mucho más amplia de lo que había en aquel entonces.
Eso no es realmente así. De hecho, Copeg en este momento tiene todos los recursos necesarios.
Lo que sí es cierto es que pasamos de una fase de erradicación a prevención. Iniciamos erradicando la mosca y disminuyó el personal hasta llegar a la fase de prevención. En Darién nunca disminuyó el personal. Nosotros hacemos visitas en motos, vehículos. En Panamá tenemos personal. Se cambió el proceso, eso sí, visitando por finca centinela, ya no podemos visitar 100% las fincas. No hay capacidad. En un programa de prevención no se necesitan tantos recursos.
Lo hicimos, pero por fases.
Porque hasta marzo fue que logramos recuperar la liberación de las moscas estériles nuevas. El trabajo de control no es curar los animales, sino orientar a la gente y conocer dónde está la situación. Hay mucha responsabilidad de los productores porque el ganado, para empezar, no es nuestro y es imposible para nosotros tener un veterinario o inspector en cada finca y revisando cada animal. Nosotros procuramos visitar para educar y tratar de estimular al productor para tomar respuesta por sí solo, prevenir las heridas. Hay tareas que son previsibles, por ejemplo, cuando cruzas una vaca y cuando nace el ternero, el productor debe tener el ternero cerca de sus instalaciones para curarle el ombligo que es la herida preferida de la mosca.
No le puedo dar una respuesta más contundente porque son un grupo de variables que se activaron al mismo tiempo. No puedo decir que hay una sola, es mentir al número de causas variables.
Tenemos el polvo curativo, pero no en las cantidades que se necesitan ahora. Hay que entender que eso es parte, o un complemento del programa, no es la única fórmula para curar a los animales. Estamos recibiendo un pedido que debe estar por llegar en las próximas dos semanas y estamos haciendo un nuevo pedido para tener capacidad de respuesta en estos momentos.
No. En el gusano barrenador del ganado no se acostumbra a usar cuarentena porque no tiene sentido. Lo que hacemos es que hemos incrementado el número de visitas de campo ahora en el área oeste de la ribera del Canal y ahí estamos colaborando con la Dirección de Salud Animal del Mida. Es decir, verán en campo no solo al personal de Copeg sino del Mida. Es como una especie de rastreo de los casos que pudiéramos encontrar compartiendo información sanitaria para estimular a los productores y a la comunidad en general a que colaboren con nosotros llamando un poco su atención. Hemos reforzado los puestos de control de movilización de animales, no solo los de Copeg sino también los de cuarentena agropecuaria del Mida y desde el sábado pasado iniciamos vuelos de dispersión en Panamá Oeste, Colón costa abajo, provincias centrales que incluye parte de Veraguas, toda la provincia de Herrera, parte de la provincia de Coclé, y Los Santos.
En abril de 2022 los casos llegaron a disminuir, tenían la tendencia de bajar y tal vez la cifra depende de los reportes porque cada semana cambian. Lo otro es que comenzó el mes de junio y los casos comenzaron a incrementar coincidiendo con las lluvias. La mosca tiene una particularidad de gustarle la temporada lluviosa, no sé si ha escuchado el refrán de que mayo es el mes de las moscas. En ese mes empiezan a incrementar las moscas, en el caso del gusano barrenador pasa lo mismo.
En este momento está en 35 millones de moscas por semana, varía un poco. La capacidad de la planta es de 100 millones, pero en ejercicio real creemos que podemos llegar a los 80 millones.
Se debe elevar para poder cubrir lo que necesitamos, pero no es un proceso fácil porque necesitamos incrementar dietas, de lo que se alimenta la mosca, y eso es importante decirlo, no es una cosa fácil. Primero porque de todo lo que Copeg consume en términos generales, la dieta es de aquellas cosas que no se compran en Panamá, se importa. Es cierto que Estados Unidos participa del programa y en ese país se produce la dieta. En ese país el año pasado la gripe aviar fue muy importante, lo que limitó la producción de huevo en polvo, por ejemplo, que es uno de los principales insumos.
Yo creo que no debe tardar mucho. Es difícil con una enfermedad dar un tiempo plazo porque no es una cosa que podemos decir que tiene un fin rápido. Depende de la contribución de todos porque si nosotros hacemos el esfuerzo y no tenemos la colaboración de los productores puede tomar más tiempo de lo usual.
Nosotros tenemos un presupuesto anual que es bastante robusto. Es difícil decirlo porque es muy variable. Tenemos un presupuesto que incluye una reserva para casos de emergencia, pero también de temas logísticos e ingeniería.
Es un millón de dólares para los casos de emergencia, pero eso es lo que tenemos en este momento.
Eso es lo que implica un estado de emergencia. Estamos presupuestando eso, tenemos una idea básica, pero tenemos que hablar con el ministro de Desarrollo Agropecuario. Es posible que esté rondando los $2 millones.
Eso es una negociación que debería tener el ministro del Mida con Estados Unidos. De hecho, Estados Unidos ha hecho algunos aportes adicionales. Los insumos deberían estar destinados, antes que nada, a incrementar la producción, lo que significa comprar dietas, contratación de personal adicional, algunos vehículos, para pasar de prevención a respuesta.
Copeg tiene un plan de emergencia que ha funcionado. No es la primera vez que existen brotes del gusano barrenador, tuvimos en 2003, en 2009, 2012 y 2016 y en todos estos casos Copeg ha respondido exitosamente. Esperamos que esta vez lo hagamos de la misma manera. En el campo hay gente trabajando todo el día, sin descanso. La gente está poniendo de su parte.
Nosotros tenemos una línea gratuita que es la 800-2673, ahí cualquier productor puede llamar y nos deja su inquietud. Lo importante es que diga de dónde está llamando y cuál es la consulta para poder ubicarlo. También tenemos una línea de WhatsApp que es de la dirección de Salud Animal del Mida que es el 6550-8486 donde nos pueden consultar, ellos nos pasan la información.
Para eso iniciamos las dispersiones. Estamos haciendo una especie de barrido desde Guabalá, el punto de control más cercano a Chiriquí y de ahí estamos bajando al este del país haciendo un recorrido. Además, en los medios de comunicación estamos solicitando a los productores que nos alerten de cualquier caso, es importante que la gente sepa que existen otras gusaneras en el país, no es la única. Compartimos esta por ser la más agresiva, pero existen otras que se pueden encontrar, con tal de que la gente lo notifique es importante para tomar la muestra y hacer la identificación en el laboratorio.
No, no lo tenemos.
Puede ser una limitante, pero no impide la exportación porque ya exportábamos carne durante el programa de erradicación, gran cantidad. A Estados Unidos no se exportaba, pero no por el gusano barrenador sino por las exigencias sanitarias. Esto se añade, pero se puede manejar adecuadamente y seguimos con la exportación de animales en vida.
Nombrado en el Departamento de Epidemiología, donde fue parte del desarrollo del Sistema de Información Epidemiológica (SIE).
Concluida la fase de erradicación y posterior a un análisis de riesgo, contribuyó a la reestructuración de COPEG y la conformación del actual Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transfronterizas (SIVET).
Formó parte de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en 2008, con el equipo de Contingencia de la Pandemia de Influenza (PIC) de la oficina regional para América Latina y El Caribe.
Forma parte del grupo de consultores de la Oficina Subregional de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) donde ejerció como consultor de salud animal y riesgos agro sanitarios para Centroamérica, Cuba, México y República Dominicana.
Hasta su designación como Director General de COPEG por Panamá actuó los últimos once años como Oficial de Enlace Ad Honorem de Protección Animal Mundial para Panamá con temas de bienestar animal, seguridad alimentaria y la gestión de riesgos pecuarios ante desastres.