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Reseña al libro 'La independencia de Panamá en 1821: Contrabandos, corsarios y utopías' de Celestino A. Araúz
- 13/08/2023 00:00
- 13/08/2023 00:00
El libro del profesor Celestino Andrés Araúz La independencia de Panamá en 1821: contrabandos, corsarios y utopías, es un libro dividido en dos partes. La primera denominada “Contrabandistas, corsarios, idealistas: la aventura en la independencia de Panamá en 1821”, aborda el tema del contrabando en las posesiones españolas en América. Es un itinerario desde el corso depredador en el siglo XVI, a la participación en los planes de liberación del Istmo de Panamá, planes para emancipar Hispanoamérica y la posible construcción de un canal interoceánico en Panamá.
La segunda parte denominada, “Contrabando, corrupción institucional y hegemonía mercantil británica en el Istmo de Panamá (1700-1848)”, contiene cuatro apartados sustanciales: Darién, una frontera abierta y hostil; el contrabando en Natá y sus repercusiones institucionales; reactivación del contrabando en la zona de tránsito tradicional Chagres-Jamaica; y la hegemonía mercantil británica en Colombia y el Istmo de Panamá.
El objetivo de esta pequeña reseña es valorar el aporte del profesor Celestino A. Araúz sobre la relación que hubo entre corsarios, contrabando y la independencia, en la determinación económica y política del Istmo de Panamá y su impacto en la actualidad.
Un aspecto importante señala Celestino Araúz, con respecto a la independencia de Panamá del imperio español el 28 de noviembre de 1821 —a la que califica como un hecho singular muy diferente al resto de los países hispanoamericano—, es que desde 1810 hasta 1824, el istmo quedo atrapado en la vorágine incontrolable de la guerra de emancipación; en un contexto, donde en algunas partes del continente se desarrollaban cruentas contiendas civiles. Aunado a lo anterior, en las antiguas ciudades coloniales hubo grupos realistas y patriotas, los cuales estaban en constante conflicto entre sí.
Aunque en vísperas de la Independencia en el Istmo de Panamá, se produjeron acciones de fuerza de las autoridades españolas, la oligarquía citadina por el miedo al grupo dominante de la Villa de Los Santos— que proclamó la independencia el 10 de noviembre de 1821—, prefirió llevar el movimiento emancipador pacíficamente, actuando con mucho tacto y astucia y con mucho dinero de por medio.
La tesis que plantea Celestino es que “la diplomacia y el espíritu mercantil” se vinculan con “las intrigas y el oro”, los cuales fueron factores decisivos en la gesta independista de Panamá el 28 de noviembre; y que esta actitud de los istmeños obedecía a la mentalidad “transitista” estructural que se remonta al modelo de la economía terciaria, de la prestación de bienes y servicios en la ruta de tránsito en las afamadas ferias de Nombre de Dios y Portobelo, entre 1543 y 1739.
Era una economía mercantilista cuyo sistema se basaba en la acumulación de los metales preciosos (como el oro y la plata) y la adquisición de materias primas. Estos eran los modelos de las principales fuentes de ingresos a través de políticas proteccionistas, en los inicios del siglo XVI, cuando el gobierno español estableció un monopolio, con sus posesiones en ultramar.
Según Celestino, ante este monopolio comercial, las coronas de Inglaterra y Francia autorizaron a sus corsarios isabelinos y luteranos, asaltar y saquear las navieras y dominios españoles y portugueses en ultramar, lo que dio lugar a los fraudes y el contrabando que socavaron el monopolio hispano.
El inicio del contrabando –según Araúz- se dio con la trata de esclavos negros por parte de los mercaderes extranjeros, durante el siglo XVI y la primera mitad de la siguiente centuria, es decir en el siglo XVII.
Luego en el transcurso de la segunda parte del siglo XVII, y en los siglos XVIII y XIX, participan los holandeses, ingleses, franceses y judíos sefarditas quienes abastecieron con diversos artículos manufacturados los mercados hispanoamericanos, a cambio de materias primas y otros productos. Este contrabando marcaba el proceso de configuración de una economía de mercado aparentemente abierto dada la posición geográfica de Panamá.
El libro de Celestino destaca que esta actividad mercantilista ilegal se convirtió en una costumbre inveterada. Es decir, en una estructura económica y mental. Esta actividad comercial ilegal, a veces consentida por las autoridades españolas, era común en países de Hispanoamérica, y en el Istmo de Panamá, por ser zona de tránsito.
A esta actividad mercantil llevada a cabo por soldados de fortuna, siguieron sus andanzas en las dos primeras décadas del siglo XIX, cuando actuaron como aliados de los criollos en el movimiento emancipador hispanoamericano. Esta acción buscaba crear por sí mismos Estados o Repúblicas efímeras a nombre de los gobiernos que supuesta o parcialmente representaban, pero a cambio de la construcción de un canal interoceánico en el Istmo de Panamá.
Lo anterior permitirá la expansión económica, militar y geopolítica del imperio británico en el lejano oriente. También el “Plan Crassy”, que consistía en cuatro objetivos básicos: apoderarse de la capital del Istmo de Panamá; construir un canal interoceánico; establecer una gran base de corso internacional, e impulsar el comercio libre que convertiría a Gran Bretaña en un emporio universal.
En este sentido, este libro del Dr. Celestino Araúz, nos describe cómo desde las épocas de la colonia la ruta comercial a través del istmo de Panamá fue muy importante para Europa, ya que a Panamá arribaban los galeones llenos de oro, plata y piedras preciosas procedentes del Perú. Una vez al año salían las naves españolas desde Portobelo para España, naves que retornaban de Europa cargadas de provisiones. Sin embargo, por efectos de los contrabandos y la política imperialista británica la economía mercantilista adquirió un carácter particular.
El libro de Celestino Araúz nos permite considerar que Portobelo como el punto de partida desde donde se efectuaba una feria anual, espacio que permitía que se intercambiaran mercancías procedentes de Europa y del Nuevo Mundo. La riqueza existente en el área convirtió a Portobelo en blanco de los ataques de corsarios y piratas. Portobelo fue tomada por Henry John Morgan en 1668.
El estudio del contexto histórico comercial ístmico de este libro aporta informaciones muy importantes cuando queremos comprender el modelo económico panameño para los siglos XVI, XVII y XVIII, e inclusive en los siglos posteriores. La tesis planteada por el Dr. Celestino no solo organizan y definen la realidad económica panameña, que se inicia con el monopolio y el contrabando y la presencia de corsarios; sino que constituyen los ejes esenciales de un modelo de relaciones mercantiles globalizado de la historia moderna europea y americana.
Este libro completa el análisis del modelo de relaciones económicas y sociales entre la Corona Española y el Istmo de Panamá hasta su independencia en 1821; y presenta una realidad económica que explica el modelo mercantil actual panameño, un modelo de sociedad muy dinámico y cambiante, donde el Canal de Panamá y las vías de ferrocarril son el resultado de esa historia de conflictos, donde las ferias panameñas constituyen un activo cultural histórico.
También nos sirve para reflexionar la estrategia de desarrollo económico basada en la visión transitista, que excluye a las estructuras agrarias, sin trascender a la marginalidad estructural. Donde el modelo de desarrollo alrededor de las ciudades terminales no es sostenible en un contexto de pobreza; y donde es necesario buscar otro modelo que incluya las provincias centrales y las comarcas.
El autor es Historiador. Académico de la Universidad de Panamá
Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.