Emilio Messina: 'Lo único que busco es engrandecer más Panamá y hacerlo más sostenible'

Actualizado
  • 25/08/2022 00:00
Creado
  • 25/08/2022 00:00
Es autor de la obra 'Holismo verde: Hacia una educación superior en la complejidad', que abre un espacio para el debate sobre el desarrollo sostenible
Es doctor en ciencias de la educación, desarrollo humano y educación social de la Universidad Especializada de las Américas.

El holismo verde es un concepto acuñado por el panameño Emilio Messina, que convoca a reverdecer la percepción del mundo, a promover una educación superior que dignifique la naturaleza.

En su obra, Holismo verde: Hacia una educación superior en la complejidad, Messina reta a alcanzar la sostenibilidad para lograr un desarrollo humano alto.

Para el autor es necesario advertir que tenemos un modelo de desarrollo basado en crecimiento económico que es exponencial e infinito para un planeta que maneja patrones finitos, que funciona de manera interconectada.

¿A qué se debe el título del libro?

El holismo verde es una mirada en conjunto. Es un concepto que estoy acuñando, una teoría que nos da un abordaje conceptual interesante sobre cómo entender la naturaleza, la economía y la sociedad de manera integrada.

¿Qué lo motivó a escribir la obra?

Una de las motivaciones por las que escribí la obra es porque se habla mucho sobre el ambiente, la naturaleza y la economía. Pero seguimos haciendo los análisis de una manera estructurada y fragmentada. El holismo verde viene a llenar ese vacío de teoría del conocimiento. Poco se escribe sobre estos temas: economía, naturaleza y sociedad, viéndola de una manera estructurada e integrada, en las interacciones de estos grandes sistemas del mundo y las interrelaciones de sus componentes. Así que me dije que tenía que escribir sobre esto. Creé una cátedra que se llama el pensamiento complejo y sobre esta educo a ritmo de sostenibilidad bajo una pedagogía ecosistémica.

¿A qué debemos esta visión del mundo?

Esto se debe principalmente a varios factores. Uno de ellos es que el mundo se rige por una visión, un modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico. Es aquel que trabaja en contra de la naturaleza, que no respeta sus límites y que hace uso intensivo de ella, y que al mismo tiempo la vuelve fuente de insumos y vertedero de desechos. Ese problema está siendo sistémico y acumulativo. No podemos entender que lo que le hacemos a una parte de la trama de la vida, se lo hacemos a otra parte. Y por una razón fundamental, que es que no estamos educados para verlo en conjunto.

¿Qué propone el holismo verde?

Un reto de qué sabemos y qué no en nuestras áreas de conocimiento. Yo sé cuál es mi área de conocimiento y cuáles no conozco, pero lo que sabemos que no sabemos, es en esa área gris en donde está el desafío.

Hay un cuento interesante de Gianni Rodari que se llama 'El camino que no iba a ninguna parte', que nadie se atrevía a tomar porque no llevaba a ningún lado. Pero, un niño que se llamaba Martín Testarudo se atrevió a tomar el camino; al final del camino encontró una princesa y tesoros. Él regresó con una carretilla llena de tesoros. Cuando todo el mundo quiso irse por el mismo camino, no encontró nada. Una de las enseñanzas que nos da Gianni Rodari con este cuento, es que el mundo siempre depara buenas cosas a aquellos que se atreven a recorrer un camino por primera vez.

¿A qué nos invita esa premisa de atreverse a recorrer un camino por primera vez al relacionarlo con la naturaleza?

Nos invita a comenzar a pensar en esa relación naturaleza, economía y sociedad, de manera distinta. Tenemos que arriesgarnos a pensar diferente. No hemos logrado integrar esto que llama el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los objetivos conflictivos del desarrollo, que son el crecimiento económico, la equidad social y  la protección ambiental. No hemos podido integrarlos. Eso nos lleva como país a revisar nuestras premisas de progreso y desarrollo.

En su criterio, ¿cómo funciona el mundo hoy?

Si miramos temas más concretos, sabemos que el mundo funciona como un sistema cerrado. Un principio rector de un sistema cerrado es que todas las partes están interrelacionadas. Entonces, tenemos un modelo de desarrollo basado en crecimiento económico que es exponencial e infinito para un planeta que maneja patrones finitos, que funciona de manera interconectada.  Allí hay un problema conceptual significativo que tenemos que empezar a abordar como sociedad, y discutirlo, escribirlo y compartirlo a nivel pedagógico en las universidades.

¿Cómo conecta la educación con la conservación de la naturaleza?

¡Es bien interesante!  Hay un indicador que se llama la huella ecológica. Es un indicador de consumo fundamentalmente, que establece que en el planeta hay 2,63 hectáreas productivas por persona disponibles para consumir y que estamos sobrepasados.  Estamos afectando la biocapacidad del planeta y la capacidad que tienen estos sistemas de regenerarse.

En el libro se plantea lo que llamamos el cuadrante de sostenibilidad, que se ha discutido con el doctor Rodrigo Tarté, uno de mis mentores, en donde justamente correlacionamos la huella ecológica per cápita con el índice de desarrollo humano. Te das cuenta que para que haya sostenibilidad tiene que haber un desarrollo humano alto.  Naciones Unidas lo mide de cero a uno y entre más se acerca a uno, mayor es el desarrollo humano. Si correlacionamos una huella ecológica baja y un desarrollo humano alto, estamos dentro de un cuadrante de sostenibilidad y eso está bastante bien discutido en el libro.

Panamá, como tal, en los últimos años ha mostrado estar fuera de ese cuadrante de sostenibilidad. A pesar de que hemos tenido un desarrollo humano alto, nuestra huella ecológica está sobre 3.

¿Qué significa que nuestra huella ecológica esté sobre 3?

Que la naturaleza está subsidiando el modelo de crecimiento. Eso a la larga es completamente insostenible. Si medimos la huella ecológica y la correlacionamos con el índice de planeta feliz, nos damos cuenta de que hay un problema también en los valores de la persona.  Estamos educados para mantener una relación consumista con el mercado.  Por ejemplo, la huella ecológica de planeta feliz te dice que la gente es más feliz cuando consume más. Y otro indicador interesante es que la huella ecológica versus el índice de satisfacción de la vida indica que la gente está más satisfecha cuando consume más. Aquí hay un problema que tenemos que empezar a discutir como sociedad y como panameños.

¿Ese es solo problema nuestro?

Naciones Unidas decía que para 2050 necesitaríamos dos planetas y medio o tres para poder sustentar el tipo de relación que teníamos con la naturaleza, de la vida del planeta. Pero lo más tremendo es que ese dato no es tan interesante como los anuncios que encontramos desde 2020, en los grandes diarios y revistas, que te preguntan, ¿te gustaría vivir en la luna, te decimos cuánto cuesta? Ya estamos vendiendo la luna como una opción porque nos hemos vuelto depredadores de nuestros recursos. Entonces este modelo de desarrollo basado en crecimiento económico es acumulador. La gente dirá que no estás diciendo cosas tan nuevas. Sí son cosas nuevas. Estamos viendo desde diferentes perspectivas cómo necesitamos entender el problema de manera conjunta.

Este es su segundo libro de corte ambiental, ¿por qué esta línea de escritura?

Mi responsabilidad con la sociedad.

¿Qué legado quiere dejar?

Yo me he salido del modelo de la crítica vacía. Es bueno quejarse, es fácil quejarse. Pero hay que trabajar en esta zona gris de la que te hablé en principio... Este modelo de desarrollo basado en la economía genera una pesada carga.

¿Cuáles son los resultados de este modelo de desarrollo?

Tenemos ocho hombres en el mundo que acumulan la riqueza de 3.200 millones de personas.  Es un modelo completamente depredador e inequitativo.

¿Qué tan efectivas y veraces son las cumbres del clima que reúnen a líderes de todo el mundo?

Seguimos siendo, como decía el doctor Rodrigo Tarté, analfabetos ecológicos. Te voy a poner un solo ejemplo,  y es que el hecho de que la cumbre haya sido en Escocia donde existen duendes verdes no significa que los resultados de ese encuentro sean verdes y sostenibles.  Ese es mi punto de vista. Tal vez pueda parecer un poco duro, pero es como lo veo.

Tampoco se trata de una polarización entre los que defienden el verde bosque y el verde dólar ni de encenderle un sirio a la naturaleza, se trata de buscar el justo medio, el balance.

¿Hacia dónde va Panamá en tema medio ambiente?

Necesitamos formar en paradigmas de ciencias.  Los países que forman en ciencias blandas tienen una mejor relación con la naturaleza y han mostrado un mejor desempeño ambiental. Eso lo demuestra con una prueba empírica el holismo verde. Tenemos que prepararnos para eso y necesitamos un cambio y educar a nivel de educación superior. Es un paso significativo e importante.  No podemos postergarlo. Hay que proponer esa nueva revolución en el pensamiento a nivel de educación superior. El reto está puesto para todos los rectores, que lo vean, que lo analicen, que lo divulguen, que se trata de una nueva reflexión, un nuevo análisis hecho por un panameño que lo único que busca es engrandecer más Panamá y hacerlo más sostenible.

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