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En 12 años, 162 mil migrantes irregulares han llegado a Darién
- 15/08/2021 00:00
- 15/08/2021 00:00
Panamá es un país de tránsito para miles de migrantes irregulares que tienen como destino Estados Unidos y Canadá.
Americanos, africanos, asiáticos y europeos se han atrevido a atravesar la selva fronteriza de 575.000 hectáreas de extensión entre Panamá y Colombia que se conoce como el tapón del Darién.
Oficialmente el año 2021 será el que más migrantes de todo el mundo, según las cifras de los últimos 12 años, han atravesado la peligrosa selva con el único objetivo de llegar a Estados Unidos o Canadá.
Solo en el mes pasado, julio, las autoridades de Migración de Panamá contabilizaron 19,142 migrantes irregulares, para un total en ocho meses del año de 45,150 migrantes irregulares, que representan el 27% del total de los migrantes. Son hombres, mujeres, algunas de ellas embarazadas y niños que pasan entre siete y ocho días caminando desde la frontera con Colombia para llegar al primer puesto de Bajo Chiquito o Canal Membrillo en territorio panameño.
El Servicio Nacional de Migración de Panamá tiene registros de los migrantes irregulares en la frontera con Colombia desde el 2010.
En los 12 años contabilizados, incluyendo los ocho meses del 2021, a la provincia de Darién han llegado 162,697 migrantes provenientes de 90 países, que han sorteado los peligros de la inhóspita selva , grupos criminales, animales salvajes y ríos caudalosos.
Haití, Cuba y Nepal, respectivamente, son los países que encabezan la lista de migrantes que atraviesan la selva del Darién. El 76% de los 163,037 migrantes irregulares, que han llegado a uno de los puestos de control migratorio de Darién, son de los tres países arriba mencionados.
Los haitianos representan el 38%, los cubanos el 32% y los de Nepal el 5% de todos los migrantes en 12 años.
El número de niños que migran hacia el norte a través de la peligrosa selva tropical de Darién entre Colombia y Panamá se ha multiplicado por más de quince en los últimos cuatro años, informó en marzo Unicef.
Desde 2017, el número de niños que cruzan la brecha de Darién se ha disparado de 109 a 1,653 en 2020, con un pico de 3,956 en 2019.
Además, la proporción de niños entre la población migrante a través de esta selva ha aumentado dramáticamente en los últimos años. Los niños contabilizaron sólo el 2% de todos estos migrantes en 2017; pero más del 25% en 2020.
La mayoría de los migrantes que se atreven a atravesar la selva del Darién son hombres. Así lo reportan las cifras oficiales.
En 2016, la aglomeración de miles de cubanos en la frontera entre Panamá y Costa Rica generó una crisis humanitaria y llevó a los dos países a establecer un plan de flujo controlado, que del lado panameño incluye atención sanitaria, alimenticia y registros biométricos.
En la última década Panamá ha registrado un creciente flujo de migrantes en ruta al norte para cuya atención destina unos 20 millones de dólares anuales.
Las autoridades de Seguridad Pública de Panamá lanzaron en junio una licitación para la búsqueda de un proveedor de alimentos para los migrantes que lleguen a la frontera de Darién.
El servicio de desayuno, almuerzo y cena tiene un costo de $7.6 millones. El contrato para la entrega de las porciones de comida será por 365 días, es decir, los siete días de la semana. Los fondos provienen del presupuesto del Estado. Además, Panamá le ofrece asistencia médica a través del Ministerio de Salud, y un albergue para que puedan descansar.
Recientemente, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se comprometió a dar apoyo económico a los países del denominado Triángulo Norte, para contener la migración que sale desde Honduras, Guatemala y El Salvador, rumbo a su país.
Sin embargo, los migrantes que vienen de América del Sur y pasan por Panamá también se dirigen hacia Estados Unidos.
“La migración latinoamericana interna es el resultado de décadas de imposición de políticas de ajuste estructural, comúnmente llamadas neoliberales, que desde los años 70 han profundizado la desigualdad y pobreza”, señaló Richard Morales, docente universitario de ciencias políticas, miembro del consejo editorial de Tareas, en un reciente Contrapunto de La Estrella de Panamá.
El docente agregó que en cuanto a la migración proveniente de otras regiones del mundo, como África y el Medio Oriente, el papel predominante han sido las invasiones por el control de recursos naturales.
Por su parte, el abogado especialista en asuntos corporativos y ex vicecanciller de la República Luis Miguel Hincapié sostuvo en el mismo segmento del contrapunto que “el despojo de propiedades y recursos económicos, falta de educación, desempleo, inseguridad, violencia, causas políticas. A esto hay que sumarle la crisis que ha generado la pandemia, que ha empeorado lo antes mencionado en muchos de estos países”.
La crisis socioeconómica y política que viven países como Haití y Cuba han acelerado el flujo migratorio en Centroamérica de miles de personas que se dirigen hacia Estados Unidos y Canadá.
A este escenario se están sumando chilenos, que en los últimos años no estaban en la lista de migrantes irregulares. En 20 meses, que comprende el 2020 y el 2021, ya han llegado a Darien 2,838. Solo cinco llegaron en el 2020, el resto llegó en los ocho meses del 2021. Chile es el actualmente el décimo país que más aporta a la migración irregular en Panamá.
Las nacionalidades de cada uno de los migrantes se conocen porque en Panamá a todos los migrantes irregulares que se reciben en Darién son sometidos a pruebas biométricas.
Este esquema de flujo controlado permite trasladar a los migrantes a las estaciones migratorias situadas en la frontera con Colombia (Bajo Chiquito, Lajas Blancas y San Vicente), así como a Los Planes, en Gualaca, en el límite fronterizo con Costa Rica, donde se toman datos de las personas y se procede con la asistencia médica y alimentaria.