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Actualizado
  • 14/09/2020 00:00
Creado
  • 14/09/2020 00:00
El expresidente de la República, Nicolás Ardito Barletta, responde declaraciones del también expresidente Ernesto Pérez Balladares sobre las elecciones de 1984

Durante 16 años tuve el privilegio de servir a la Nación como ministro, presidente y administrador de la Región Interoceánica. Mi libro Huellas resume las ejecutorias realizadas en esas posiciones. Aquí algunas de las principales ejecutorias en esos cargos. Debo decir que siempre fueron el resultado de trabajo en equipo con excelentes profesionales.

Nicolás Ardito Barletta, (de frente), expresidente de la República

Como ministro del gobierno de Omar Torrijos, trabajé con base a una Estrategia de Desarrollo Nacional.

Acciones más sobresalientes fueron la creación del Centro Bancario, del Banco Latinoamericano de Exportaciones BLADEX, el puerto pesquero de Vacamonte, la nueva terminal de Tocumen, negociador de aspectos económicos de los tratados Torrijos-Carter y promotor de su ratificación hablando con 46 Senadores de USA y con audiencias en varias ciudades de ese país; la expansión de la Zona Libre de Colon; financiamiento y contratación de las hidroeléctricas nacionales; la duplicación de las escuelas, maestros y profesores; la expansión de la salud rural y urbana; los programas de viviendas populares; carreteras asfaltadas y el turismo.

Terminados los Tratados el presidente del Banco Mundial, señor McNamara me nombra vicepresidente para América Latina, cargo que ejerzo por 6 años. Estando allá el presidente de la Espriella me invita a considerar ser candidato a la Presidencia en 1984, de acuerdo con la promesa hecha por Torrijos. En casa de de La Espriella, los comandantes de las Fuerzas de Defensa se comprometen a retirarse a sus cuarteles y apoyar la democracia.

Organizo una coalición de partidos políticos con el PRD dirigido por el Dr. Abadía como principal, el PALA, el partido Liberal, el Republicano, el Frampo: la UNADE. De ganar las elecciones haríamos la transición plena a la democracia, iniciada por Royo, de la Espriella e Illueca, con una Asamblea Nacional electa por el pueblo.

Voy a hablar con el Dr. Arnulfo Arias a quien conocía desde niño por su vinculación con mi padre y lo invito a unir fuerzas para volver a la democracia plena. El rehúsa hacerlo y organiza su propia coalición con el partido Panameñista, la Democracia Cristiana y el Molirena, la ADO. Antes me había invitado a ser su candidato a Vicepresidente pero le mandé a decir que ya yo sería candidato.

Hicimos una campaña vigorosa a nivel nacional culminando dos días antes de las elecciones con una masiva manifestación en la Plaza Cinco de Mayo de 180,000 personas de acuerdo a fotos aéreas. Ganamos las elecciones por escaso margen legítimo de 1735 votos. Le seguimos la pista mesa por mesa, en cada distrito electoral toda la noche del 6 de mayo con un sistema de llamadas telefónicas a la central que habíamos montado con el apoyo del Dr. Menalco Solís.

Nuestro triunfo lo reconocen enseguida México, USA, Colombia, Costa Rica, Japón y así sucesivamente los demás países de la región y de Europa. Yo era conocido por mis años como vicepresidente del Banco Mundial. La oposición pensó que ellos ganaban por 2,000 votos. Vinieron las naturales acusaciones sobre los resultados.

El Tribunal Electoral presidido por el Dr. Cesar Quintero finalmente decidió a nuestro favor con el margen ya señalado. El Dr. Quintero firmó mis credenciales de presidente electo y me las entregó en acto oficial.

La América Latina pasaba por la crisis de la deuda externa que se agrava cuando México se declara insolvente. Posteriormente se le llamo la década perdida hasta que los países de la región ayudados por los organismos internacionales reestructuran sus economías hacia finales de la década. A mi toma de posesión vinieron siete mandatarios y representantes diplomáticos de más de treinta países. También el presidente Carter y su esposa. El secretario de Estado, Schulz de USA y su comitiva.

Cuando asumo la presidencia, Panamá tenía un déficit fiscal insostenible y la economía casi no crecía. Aparte de aprobar rápidamente una serie de leyes favorables al sector privado, propongo el aumento de impuestos y la reducción de los gastos públicos. Pero reconozco que lo hice muy rápido sin consultarlo lo suficiente. Esa acción provoca grandes manifestaciones apoyadas por la oposición. Retiré la ley y negociamos más tranquilamente un paquete más razonable que se aprueba después.

Hasta agosto de 1985 seguimos la función de gobierno, presionado con frecuencia por la cúpula militar por querer cogobernar. Lo cual resistimos. Mi objetivo era salvaguardar la frágil democracia. En agosto comienzo a negociar con los diferentes sectores económicos y laborales los llamados cambios estructurales necesarios para dinamizar la economía y poder negociar créditos internacionales. En eso estábamos cuando ocurre el dramático crimen del Dr. Hugo Spadafora en Chiriquí. Ante el clamor popular decido nombrar una comisión de alto nivel, con los doctores Fábrega, Alemán y López Guevara, para coordinar la investigación del crimen.

Noriega y la cúpula militar lo ven como un reto a su integridad de Fuerzas de Defensa y regresando de la ONU donde pronuncié un discurso me encierran en la Comandancia por catorce horas pidiendo mi renuncia a la Presidencia.

Finalmente, a media noche firmo una breve nota con la que me “separo” de la Presidencia para salir de ese lugar y volver a la Presidencia. Sus amenazas con mi familia me preocuparon. Ellos lo interpretan como una renuncia y así lo dan a conocer en la madrugada de un sábado a los medios de comunicación y proceden a juramentar a Delvalle como presidente de la República.

Quedo aislado bajo vigilancia permanente en mí casa por dos meses hasta que pude viajar y salir del país. Ya en 1995 la directiva de la ARI me nombra Administrador General para incorporar la antigua Zona del Canal al desarrollo Nacional. En coordinación con el gobierno del presidente Pérez Balladares y su ministro Chapman procedimos a privatizar los puertos, expandir la Zona Libre, crear la Ciudad del Saber, la rehabilitación del ferrocarril, iniciar la creación de Panamá Pacifico, vender 1,600 viviendas, facilitar la creación de Albrook como aeropuerto doméstico, propiciar la creación de hoteles desde Amador a Gamboa y Colon y con la Autoridad del Canal de Panamá a crear los parques alrededor del cauce del canal para proteger la cuenca hidrográfica, hacer la ley de zonificación regional de 1997 para ordenar la áreas urbanas como Balboa y Ancón y Espinar y Davis.

Bueno este apretado resumen informa sobre mi labor pública la cual hice con fe en el futuro de nuestro país, con honradez y honestidad, para servir a la nación y no servirme de ella. El libro Huellas elabora todo eso con mayor detalle.

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