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De compras, transparencias y otros demonios en medio de la pandemia
- 29/05/2020 00:00
- 29/05/2020 00:00
Da la impresión de que el Gobierno carece de un sistema más claro y asequible a la opinión pública para tener información en un tema tan sensitivo, como la crisis sanitaria.
Considero que se pudo haber habilitado, por ejemplo, el centro de convenciones Atlapa o el de Amador con camas y todos los utensilios adecuados de manera temporal para la atención médica de los pacientes.
Se escapa totalmente a lo que es mi profesión de psicóloga clínica responder si hubo o no corrupción en la compra de insumos médicos para atender la pandemia. Pero como hay una percepción popular de que algo ha pasado, el Gobierno no solamente debe informar y explicar, sino nombrar una comisión que investigue todo eso. Lamentablemente en Panamá ha existido una muy vieja y larga tradición de corrupción en la administración de la cosa pública, y la gente está muy sensible y sospecha de todo. Vivimos en una cultura de la sospecha y nadie confía en nadie. Ojalá esto cambie.
Sí, esa es la función de la Contraloría y confío que estén a la altura en eso. Si no es así, la historia los juzgará al final, como a todos.
Aquí se demostrará, en esta crisis, la nobleza o la bajeza, la bondad o la maldad de los responsables de llevar los destinos a nivel político del país. Es una gran oportunidad para sacar lo mejor de uno ante el dolor y la angustia del pueblo.
Creo que hay una percepción generalizada de falta de información, poca transparencia en las contrataciones y evidente conflicto de intereses, en tanto, hay personas del Gobierno que están en alguna medida relacionadas con las empresas licitantes. Las informaciones sobre la falta de transparencia las hemos logrado gracias a los conflictos que genera cada contratación, donde cada grupo en competencia elabora estrategias para denunciar, bloquear, difamar y pelear por el contrato. Todos sabemos que este es un país de oligopolios y en el campo de los insumos médicos y servicios de salud a los gobiernos, esto se ha mantenido como una finca intocable de unos cuantos. Si se hubieran puesto de acuerdo, como en ocasiones anteriores, por ejemplo como con los precios de medicamentos, ten por seguro que nadie se hubiera enterado de la mayoría de las cosas que pasan.
Es obvio que había otras opciones no solo más económicas, sino de más seguridad y agilidad para los pacientes y el personal de salud. El problema se da cuando los intereses por “vender” una 'dizque' solución, se antepone al bien común y a los criterios técnicos. Antes de invertir semejante cantidad de dinero, se debió pedir asesoría a los expertos de la comisión de salud y a los profesionales del sistema. Luego han salido propuestas de alternativas, pero ya se gastaron nuestro dinero, según dicen informaciones públicas, en una instalación modular con materiales viejos sin usar y con sobrecostos. Fue un error garrafal poner a políticos con conflictos de intereses a tomar decisiones técnicas, y parece que el Presidente no aprende.
No es una percepción, los medios de comunicación y los ciudadanos han dado informaciones y puesto denuncias. Y de ahí, tanto la Procuraduría de la Administración, la Procuraduría de la Nación y la Contraloría, cada cual por diversos casos, han dado declaraciones y actuado. Se han ventilado dichos casos, por la guerra entre grupos económicos que están peleando “el hueso”, como se dice vulgarmente. No lo sabemos porque hay buena fe o interés de defensa de los intereses y bienes públicos, sino por esta guerra entre los grupos de siempre que mantienen el oligopolio ,y los nuevos que desean entrar en la piñata. Se debió de regular de salida este tipo de contrataciones, limitando los márgenes de ganancia, elaborando una ruta de transparencia junto con la Contraloría para agilizar y a la vez rendir cuentas. Se debieron y pudieron hacer las cosas diferente, la premura no es excusa para la corrupción; al contrario, se valen de esta crisis para robarnos. Por eso pedimos que se haga una ley para colocar este delito en este contexto de pandemia, como un delito de lesa humanidad.
El contralor tiene la oportunidad de hacer la diferencia. De hacer su trabajo según le manda la ley. De no hacerlo, se repetirá la historia de su antecesor, de verlo envuelto en demandas e investigaciones por omisión. Sin embargo, hay indicadores interesantes que vale la pena relevar, la existencia de un proyecto de auditoría social del Fondo Panamá Solidario en alianza con Justicia y Paz. Sin embargo, esto no es suficiente, hay que impulsar la ley de contrataciones públicas que blinde los fondos públicos ante la corrupción y conflicto de intereses. Es un hombre inteligente, y sabe que una mala gestión como contralor puede sepultar su futuro político.
Señor presidente Laurentino Cortizo, a usted le tocó encontrarse con un estado deplorable de las finanzas públicas, producto de la corrupción e ineficiencia de las dos últimas gestiones de gobierno, y de crisis institucionales estructurales; y ahora le cae esta crisis del Covid-19. No es mala suerte, es el resultado de un sistema depredador de la naturaleza y con un sistema político corrupto; es su hora para mostrar su calidad de estadista, despida a los corruptos que están a su lado; defienda a los más empobrecidos frente a los poderes económicos y no les regale nuestra plata; evite el robo al Seguro Social; mande a investigar a los narcodiputados y haga causa común con este pueblo que ya no aguanta tanta ignominia y abuso. Tiene la oportunidad histórica de que le recordemos como el Presidente que no solo se enfrentó al Covid-19, sino a los corruptos que están matando a Panamá.