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- 17/09/2013 14:40
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Doce personas murieron luego que un individuo abrió fuego en el Astillero de la Armada en Washington. Fue el ataque más mortífero en una instalación militar nacional desde noviembre de 2009, cuando un psiquiatra del Ejército mató a 13 personas e hirió a 30 en Fort Hood, Texas.
Estas son, brevemente, las historias de los que murieron y los que sobrevivieron en el Astillero de la Armada.
Michael Arnold, de 59 años, de Lorton, Virginia, era un veterano de la Armada y piloto entusiasta que estaba construyendo un avión liviano en su casa, dijo su tío Steve Hunter.
"Habría sido el primer avión de su propiedad", afirmó Hunter en una entrevista telefónica desde Rochester, Michigan, donde vivía Arnold. "Está parcialmente armado en su sótano".
Hunter dijo que su sobrino se retiró de la Armada como teniente de corbeta o de fragata y previamente había estado emplazado en Pearl Harbor, Hawai. Trabajó en el astillero naval en un equipo que diseñaba buques como el Makin Island, una nave anfibia utilizada por la infantería de Marina.
Arnold y su esposa Jolanda estaban casados desde hacía más de 30 años, dijo Hunter. Tienen dos hijos mayores, Eric y Christopher.
"Es trágico", se lamentó Hunter. "¿Cómo es que a la gente buena le ocurren cosas como esta?"
Sylvia Frasier, de 53 años, trabajaba en el Comando Naval de Sistemas Marinos como gerente de garantía informativa desde el 2000, según un perfil de LikedIn a su nombre.
Frasier estudió en la Universidad Strayer, donde obtuvo un bachillerato en sistemas de información computarizada en el 2000 y una licenciatura en sistemas de información en 2002. Sus tareas incluían orientación sobre seguridad en redes y garantía de que todos los sistemas de computadoras operados por la sede central cumpliesen con los requisitos de la Armada y el Departamento de Defensa.
Su hermano, James Frasier, no quiso formular declaraciones.
Kathleen Gaarde, 63, de Woodbridge, Virginia, era analista financiera que respaldaba a la organización responsable del astillero, según escribió su marido, Douglass, a The Associated Press en un correo electrónico el martes.
Douglass Gaarde no quiso hablar, pero escribió que no podía dormir.
"Hoy mi compañera de 42 años (38 de casados), me fue arrebatada, así como a mis hijos e hija mayores y amigos", escribió. "Estábamos empezando a planear nuestras actividades después del retiro y ahora nada de eso importa. Todavía no he terminado de captarlo completamente, pero sé que ya la extraño enormemente".
Madelyn Gaarde, de Grand Junction, Colorado, casada con el hermano de Douglas Gaarde, dijo que sus cuñados se conocieron cuando él estudiaba ingeniería eléctrica en la Universidad del Sur de la Florida en Tampa.
Lo más notorio del analista de logística John Roger Johnson, de 73 años, era quizás sus fuertes abrazos, dijo su hija.
"Te rompían las costillas", dijo Megan Johnson con una sonrisa al recordar a su padre el martes. "Uno no tenía que pagarle a un quiropráctico".
El hombre de Derwood, Maryland, la persona de mayor edad entre las víctimas mortales del tiroteo del lunes, se graduó de la universidad Pacific Lutheran en Tacoma, Washington. Estudió matemáticas, pero después se sumergió en el campo de la ingeniería de confiabilidad, dijo Megan Johnson, una de sus cuatro hijas.
Recientemente, Johnson trabajó con GTT & Associates.
Johnson era un ávido pescador de agua salada, pero según recordó su hija "no podría cocinar si su vida dependiera de ello". Tuvo una propiedad cerca del océano en Nags Head, en Carolina del Norte, durante más de 20 años.
Sus colegas dijeron que Johnson siempre los recibía con un cordial: "Buenos días, amigo. ¿Cómo estás?" Su hija dijo que eso la hacía sonreír.
Johnson habría celebrado su 74to cumpleaños el 7 de octubre. También lo sobreviven su esposa por más de ocho años, Judy, y cuatro hijastros.
Frank Kohler, de 50 años, era un ex presidente del Club Rotario de Lexington Park, Maryland. Como tal, ostentaba con orgullo el título de "Rey Ostra" en el festival anual que se celebra el tercer fin de semana de cada mes de octubre.
"Él andaba con una corona y un manto y repartía caramelos", contó Bob Allen, ex jefe de Kohler en Lockheed Martin en el sur de Maryland. "De hecho, estuvo a cargo del puesto de cerveza. Yo solía tener ese trabajo y cuando me fui, se lo entregué".
Casado y padre de dos hijas en edad universitaria, había conducido el lunes hasta el predio de la Armada en Washington para una reunión cuando se produjeron los disparos, le dijeron amigos a Allen. Dijo que Kohler lo había relevado como gerente para el contratista de defensa, pero que luego su amigo había salido de la compañía. Allen no estaba seguro cual era el asunto que Kohler tenía que atender en el lugar.
Allen dijo que Kohler, un graduado de computación de la Universidad Slippery Rock de Pensilvania, era un aficionado de los Steelers de Pittsburgh y un ávido golfista, aunque no demasiado hábil.
La especialista en tecnología de la información Mary Knight, de 51 años, de Reston, Virginia, era la hija de un ex instructor de boinas verdes, según Theodore Hisey, que se identificó como portavoz de la familia.
Su padre trabajó en la base militar de Fort Bragg y se retiró en Fayetteville, Carolina del Norte, dijo Hisey. La madre de Knight, Liliana, dijo a una estación de televisión que el tiroteo fue una prueba de fe.
"Espero que exista el cielo", dijo a WTVD. "Usted sabe, uno ora por su familia, y a veces me lo pregunto. Realmente lo hago".
Knight asistió a la escuela secundaria en Fayetteville y se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo Hisey. La universidad no respondió de inmediato a una solicitud de confirmación.
Knight fue también instructora de tecnología de la información a tiempo parcial en los campus en Annandale y Loudon de la universidad comunitaria Northern Virginia, dijo la portavoz de la institución Jessica Baxter.
El ingeniero de la Armada y arquitecto naval Vishnu Pandit, de 61 años, prefería que lo llamaran por su apodo, Kisan, la palabra hindi para "campesino". Era un inmigrante indio muy trabajador, conocido por su devoción a la familia, la comunidad y sus 30 años de carrera civil en la Armada.
"Estaba muy dedicado a mejorar el rendimiento de los buques y sistemas navales", dijo el martes su viejo amigo M. Nuns Jain fuera del hogar donde la familia de Pandit hacía el duelo en privado. "La única bendición en este horrible incidente es que murió haciendo lo que más amaba al servicio de su nación".
Jain dijo que Pandit, que nació en Mumbai, obtuvo un título en ingeniería marina en la India en 1973 antes de venir a Estados Unidos y graduarse de arquitectura naval de la Universidad de Michigan.
Agregó que Pandit navegó con la Marina Mercante de Estados Unidos antes de unirse al Comando Naval de Sistemas Marítimos, con sede en la instalación naval en Washington.
Casado con su esposa Anjali desde 1978, Pandit tenía dos hijos y una nieta, dijo Jain.
"Era un verdadero hombre de familia y amaba a los perros", dijo Jain, incluido Bailey, el golden retriever de la familia.
Kenneth Proctor, 46, trabajaba como capataz de instalaciones civiles en el astillero, dijo su ex esposa Evelyn Proctor. Pasó 22 años trabajando para el gobierno federal.
La residente en Waldorf, Maryland, había hablado con Kenneth el lunes por la mañana antes de que él fuera a su trabajo en el astillero. Los dos, que se conocían desde la escuela secundaria, hablaban todos los días, aun después de haberse divorciado este año después de 19 años de matrimonio, y compartían la custodia de sus dos hijos adolescentes.
"Él había ido allí por la mañana para desayunar", recordó Proctor el lunes por la noche. "Ni siquiera trabajaba en el edificio. Para él era una rutina ir allí a desayunar y lamentablemente ocurrió".
Los Proctor se casaron en 1994 y se divorciaron este año. Su hijo mayor, Kenneth Proctor Jr., de 17 años, se enroló en el Ejército después de graduarse de la secundaria y está en instrucción básica en Oklahoma. El hijo menor, Kendull Proctor, tiene 15 años.
"Aún éramos muy cercanos. No fue un divorcio disputado", dijo Evelyn Proctor. "Todavía nos hablábamos todos los días y vivíamos a 10 minutos uno del otro".
Scott Williams, oficial del Departamento de la Policía Metropolitana, recibió varios balazos en las piernas.
Después de visitar a Williams, la jefa de policía Cathy Lanier dijo que tiene algunas "lesiones bastante graves" y está "bastante incómodo", pero "de buen ánimo".
Williams es un oficial de la división canina. Fue operado el lunes, y antes de entrar a la sala de operaciones, quería llamarle a su madre, de acuerdo con Janis Orlowski, jefa de medicina del Centro de Hospitales MedStar de Washington donde el agente se recuperaba el martes.
En un principio Orlowski dijo que Williams tenía daños en los huesos y en los vasos sanguíneos y había preocupación sobre si podría volver a caminar. Pero ella dijo que Williams, que estima se encuentra cerca de los 50 años, está en condición estable.
Lanier también dijo estar segura de que Williams podrá volver a caminar.
"Tengo verdadera confianza en que no sólo volverá a caminar, sino que probablemente volverá a ganarnos al correr", afirmó.