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- 09/08/2023 13:16
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En el Día Mundial de los Pueblos Indígenas, los tártaros de Crimea —la mayor de las tres comunidades que habitan Ucrania— ven amenazada su identidad mientras su hogar permanece bajo ocupación rusa.
Para docenas de miles de refugiados de esta etnia, el sueño de regresar a casa podría estar más cerca de hacerse realidad que nunca en los últimos nueve años, y depende del éxito de la contraofensiva ucraniana.
Entre 2.000 y 3.000 tártaros de Crimea se han refugiado en Odesa (sur) después de que su región fuera anexionada por Rusia en 2014, según explica a EFE Mefa, coanfitrión de un evento sobre este pueblo en la ciudad costera del mar Negro.
"A primera vista, hay muchas nacionalidades en Rusia. Pero si miras más de cerca, todas han ido perdiendo sus rasgos distintivos. No queremos que nos pase lo mismo", añade.
Mefa califica de "genocidio" las medidas de Moscú con respecto a los tártaros de Crimea y alude al exterminio de las élites intelectuales y a las deportaciones forzosas producidas a lo largo de los últimos 250 años.
De fondo, suenan canciones en ucraniano y en la lengua de los tártaros de Crimea, de origen túrquico, mientras que se sirve a cientos de visitantes el plato típico conocido como "plov" y elaborado a base de arroz, especias y pasas.
Emine, una adolescente de 14 años ataviada con un traje tradicional, dice a EFE que muchos tártaros de Crimea empezaron a apreciar su identidad y su lenguaje a raíz de la ocupación rusa de Crimea.
Samira, de 21 años, recuerda que las deportaciones masivas a Asia central en 1944 supusieron un duro golpe para el idioma y que generaciones enteras se pasaron al ruso en un entorno en el que se desalentaba cualquier referencia a la identidad tártara de Crimea. Y teme que la cultura de su pueblo se encuentre en este momento al borde de la extinción.
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022 no ha visitado a sus familiares en Crimea. "Se puede sentir la opresión a la que están sometidos los tártaros de Crimea allí", asegura.
Odesa, por el contrario, es muy diferente. "Los ucranianos son abiertos y aman la libertad igual que nosotros", subraya.
A pesar de las dificultades, la situación actual brinda la oportunidad de que los tártaros de Crimea puedan finalmente recuperar su hogar, cree Fevzi Mamutov, responsable de la asociación que representa a los tártaros de Crimea en Odesa y miembro del consejo regional de dicha provincia.
"Durante nueve años, se habló de una vía diplomática para devolver Crimea a Ucrania. Pero la diplomacia con terroristas no sirve para nada. Ahora vemos por fin que Ucrania, junto con sus aliados extranjeros, es capaz de liberar la península", afirma a EFE.
Crimea ocupa un lugar especial en el corazón de cada tártaro de Crimea, ya que allí vivieron generaciones de sus antepasados, dice.
La ley ucraniana sobre pueblos indígenas puede ayudar a los tártaros a revitalizar su cultura y su lenguaje, pero debería aplicarse en Crimea, donde la mayoría de ellos viven todavía, para poder desplegar todo su efecto.
Por el contrario, Mamutov piensa que la actitud de las autoridades rusas en Crimea se ve dictada por el miedo y la consciencia de la inminente derrota.
"Cada vez que el ejército ucraniano ataca, hay operaciones de registro entre los tártaros en Crimea", recuerda, pero señala que dichas operaciones y las largas penas de prisión de 17 o 19 años ya no les atemorizan.
"La gente entiende que esto terminará una vez que el Estado ruso sea derrotado", explica. "A los dictadores, no habría que respetarles ni temerles. Son ellos los que tienen miedo, mientras que nosotros vamos a ganar", agrega.
Mamutov señala además que el control de Crimea por parte de Rusia supone una amenaza a la democracia y al Derecho internacional. "Toda la gente, sin importar dónde viva en el mundo, debería odiar el imperialismo", sentencia.