“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 02/02/2024 00:00
- 01/02/2024 19:07
Durante la rueda de prensa sostenida en la Casa Blanca el pasado 29 de enero, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, mencionó, unas 7 veces, que EE.UU. no busca una guerra con Irán. Unas 6 veces, mencionó no querer escalar el nivel del conflicto actual con el régimen de Teherán. Estas fueron las primeras declaraciones del vocero del Consejo de Seguridad Nacional luego que un grupo armado por Irán atacó la base militar de EE.UU. en Jordania, en donde 3 soldados americanos murieron y más de 30 resultaron gravemente heridos.
El 30 de enero, un día después, Pete Aguilar, el congresista presidente del grupo demócrata de la Cámara de Representantes de EE.UU. desestimó las nuevas cifras de cruces ilegales en la frontera sur del país, alegando que aquellos perseguidos políticamente o huyendo de crisis, siempre han cruzado la frontera de esa manera. Ese mismo día, en un evento del Council on Foreign Relations, en Washington D.C., el Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien lideró las negociaciones con el Partido Comunista de China la semana pasada en Bangkok, felicitó a la Administración Biden por sus logros en la normalización de las relaciones diplomáticas con Pekín. Es evidente, con una simple lectura de estos testimonios, que la demagogia relativista normalizó la racionalización de lo obsceno. Sus lógicas perversas han invisibilizado a los soldados caídos de una guerra anunciada.
En los últimos 4 meses, desde el ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre en contra de Israel, bases militares de EE.UU. en el Medio Oriente han sido atacadas más de 150 veces por grupos armados por Irán. Mas de un ataque al día. Desde el inicio de los ataques de los hutíes de Yemen en el Mar Rojo, 25% del comercio ha sido desviado de su curso, triplicando el costo de para las navieras y, por supuesto, la cadena de suministro. Todo esto mientras el régimen de Teherán alcanzó el nivel de producción de petróleo más alto en los últimos 5 años. Irán aumentó en un 50% su producción, de la cual, la mayor parte, es consumida por China, a pesar de las sanciones impuestas por EE.UU. a la venta de hidrocarburos iraníes. A pesar de esta realidad, la Casa Blanca ha racionalizado lo obsceno para no enfrentar el problema de frente. Según John Kirby, EE.UU. ha sido atacado por milicias armadas por Irán desde el 2003 y, por lo tanto, no ha ocurrido nada que América una respuesta distinta a la habitual condena pública.
El ataque en contra de la base de EE.UU., Torre 22, en Jordania, fue llevado a cabo con un dron iraní. El dron suicida logró impactar las barracas de los soldados, mientras estos dormían. Reportes iniciales revelan que el dron iraní utilizó el regreso de un dron americano a la base, para evadir los sistemas de defensa antiaéreos de EE.UU. Es decir, que o la tecnología y las fuerzas armadas de EE.UU. no son suficientemente competentes para diferenciar entre una nave enemiga y una propia o las fuerzas especiales de la Guardia Revolucionaria han logrado una sofisticación operacional y tecnológica suficiente para lograr un ataque de esta envergadura.
Los medios de comunicación internacionales además han ayudado al público a masticar, digerir, e incluso llegar a encontrar convincente la racionalización de lo obsceno. En la izquierda y en la derecha, los análisis obligan a la audiencia a uno de dos argumentos: Biden no quiere un enfrentamiento con Irán, para no perjudicar sus números en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, o Biden no quiere escalar el conflicto en el Medio Oriente, arriesgando una guerra abierta con Irán. Ambos argumentos son obscenos. EE.UU. ya está en guerra contra Irán. Y contemplar como posible que un jefe de estado juegue con la seguridad nacional por razones electorales es una concesión grotesca a lo inaceptable. No olvidemos que Irán creó y organizó a Hezbollah, y financia y arma a la Resistencia Yihadista en Irak, a Hamas y a los hutíes en Yemen. El eje de resistencia de Irán mantuvo a Bashar Al Assad en el poder en Siria’, con ayuda de los rusos, y abiertamente busca la destrucción de Israel y la expulsión de EE.UU. de la región.
El último informe de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., el informe de diciembre 2023, registró más de 302 mil cruces fronterizos ilegales. Un récord histórico. A esta rata, 3,6 millones de personas estarían infiltrando EE.UU. anualmente. Unos 15 millones en 4 años.
En el 2023 solamente, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. capturó a mas de 35 mil migrantes ilegales con antecedentes criminales, 598 pertenecientes a bandas criminales como MS-13, y 294 personas con vínculos al terrorismo internacional. Además de los fracasos en la frontera sur de EE.UU., debemos también computar que estos migrantes toman rutas que inician desde la Patagonia, atraviesan el Darién y los desiertos mexicanos, antes de llegar a EE.UU. Es decir que las fronteras de los países de la región no están seguras. Las leyes existen. Pero no hay quien las acate. Y todos lo sabemos.
En materia migratoria, el mayor flujo proviene de Venezuela. Las razones son conocidas por todos, pero los medios y políticos insisten en llamarlo crisis humanitaria o crisis migratoria. Cuando lo que está sucediendo es una crisis republicana. El Estado Republicano fue destruido por el régimen que hoy lidera Nicolás Maduro y su influencia ha infiltrado, al igual que los tentáculos de la Habana, todos los rincones de las Américas. A finales de enero, el teatro del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó la inhabilitación política de María Corina Machado, en clara violación de los términos acordados con EE.UU. para el levantamiento de sanciones del pasado octubre 2023. ¿Cuál fue la respuesta de la Casa Blanca? Permitirle al régimen de Caracas seguir lucrando con ventas de petróleo, por lo menos hasta el mes de abril, ya que es lo que está estipulado en la letra pequeña del acuerdo con Washington. El alivio de sanciones pactadas con el gobierno de Joe Biden permitió al régimen de Venezuela aumentar los ingresos petroleros un 27%, dólares que Maduro de seguro utilizará para mantener el poder en el 2024. Racionalizando lo obsceno en el Capitolio de EE.UU., Republicanos y Demócratas no han legislado en materia migratoria y por supuesto todos los medios responsabilizan a Donald Trump, quien ni siquiera es un miembro del gobierno. En América Latina más de uno defiende a Maduro ante “la guerra económica del Imperio” contra la región. Cualquier cosa menos ir en contra de aquello obsceno que alimenta nuestras banalidades de una manera u otra.
Y mientras el director del FBI, Christopher Ray, testifica ante el congreso sobre los peligros de las operaciones cibernéticas del Partido Comunista de China, el Partido Demócrata de EE.UU. inicio una campaña pagada en TIK TOK, promoviendo a Joe Biden.
Según el director del FBI “el ejército informático de China se está posicionando en la infraestructura estadounidense en preparación para causar estragos y causar daños en el mundo real a los ciudadanos y comunidades estadounidenses, cuando China decida que ha llegado el momento de atacar”. Los Demócratas han racionalizado lo obsceno, pues, según oficiales anónimos de la Casa Blanca, Xi Jinping le prometió a Biden que no interfería en las elecciones presidenciales de EE.UU. El mismo Partido Comunista de China que hoy financia a través de compras ilícitas de petróleo la guerra de Putin en Ucrania y la guerra que libra Irán y su eje de resistencia contra Israel y EE.UU. en el Medio Oriente. Pero esta perversión de la vida pública y las narrativas que llegamos a aceptar no es nueva. Lo que es nuevo es la ambivalencia del público ante los soldados caídos de estas guerras avisadas.
En el conflicto en Ucrania ya son más de 200 mil soldados muertos, y cerca de 15 mil civiles. En el Medio Oriente son supuestamente 26 mil víctimas civiles en Gaza y más de 1.200 en Israel. Mas de 7,7 millones de venezolanos han huido de la dictadura. En EE.UU. son más de 112 mil personas que murieron en el 2023 por sobredosis de fentanilo. En América Latina más del 50% de los homicidios están ligados al crimen organizado. Obscenidades y muertes normalizadas.
En pleno siglo XXI, pareciera que el obstinado Winston Churchill tenía razón cuando aseveró que “no existe la opinión pública. Sólo hay opinión publicada”. La realidad que vivimos es arrebatada por la racionalización de lo obsceno. Y al final del día, “no hay nada más obsceno que la inercia...no hay nada mas blasfemo, ni un juramento más sangriento que la parálisis” que hemos demostrado (Henry Miller, Trópico de Cáncer, 1934).