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FMI prevé que la guerra en Ucrania aumente la inflación en Latinoamérica
- 11/03/2022 00:00
- 11/03/2022 00:00
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó este jueves de que la invasión rusa de Ucrania empeorará la situación inflacionaria en Latinoamérica por la presión que está generando sobre el precio de la energía, además de implicar riesgos para el abastecimiento de la región.
En un encuentro digital con periodistas, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, recordó que la inflación en muchos países latinoamericanos ya estaba disparada antes de la guerra en Ucrania por su dificultad para recuperarse de la recesión causada por la covid-19.
“Y ahora, encima, viene la presión sobre los precios de la energía por la guerra”, apuntó Georgieva.
La directora de la institución financiera internacional admitió que algunos países latinoamericanos exportadores de alimentos podrían ver la guerra como una oportunidad económica para aumentar sus exportaciones ante la caída de la competencia rusa y ucraniana, pero avisó que incluso para ellos hay riesgos.
La escasez de fertilizantes –de los que Rusia y Bielorrusia son grandes exportadores, mientras que Brasil, por ejemplo, es uno de los mayores importadores– y la interrupción del sistema comercial global pueden constituir dificultades que potencialmente eliminen cualquier beneficio.
Georgieva también se refirió a la situación concreta del Caribe, que sigue esperando una recuperación total del turismo internacional a medida que baja de intensidad la pandemia de la covid-19, algo que ahora podría tardar todavía más a causa de la pérdida de poder adquisitivo en todo el mundo por las presiones inflacionarias de la guerra.
Por otra parte, tras cumplirse 15 días desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, las fuerzas ucranianas continúan resistiendo la ofensiva desde distintas direcciones mientras varios miles de civiles han podido ser evacuados de otras ciudades, especialmente en el norte, gracias a los corredores humanitarios pactados entre las partes.
La población de Mariúpol, ciudad de medio millón de habitantes, no tiene electricidad ni agua ni comida, ni siquiera para los niños; y la gente está enfermando por el intenso frío, según advirtió ayer el jefe de la oficina de la Cruz Roja en esta ciudad asediada por las tropas rusas, Sasha Volkov, en una conversación telefónica con sus colegas del Comité Internacional de la organización (CICR).
La situación es muy diferente entre el norte y el sur, y así el corredor humanitario acordado entre Ucrania y Rusia para evacuar a la sitiada ciudad ucraniana de Mariúpol (situada en el sureste, entre la anexionada península de Crimea y la región separatista prorrusa del Donbás) se encuentra totalmente bloqueado, mientras el abierto en los alrededores de Kiev está funcionando.
La viceprimera ministra de Ucrania y responsable para la Reintegración de los Territorios Ocupados Temporalmente, Irina Vereshchuk, dijo que el miércoles más de 20,000 personas fueron evacuadas de localidades de la región de Kiev.
“Más de 20,000 personas fueron evacuadas ayer de las ciudades de Irpin, Bucha, Gostomel, Vorzel y otras en la región de Kiev”, dijo Vereshchuk a la prensa.
En los dos últimos días, de localidades de la región de Sumy (noreste) han podido ser evacuadas unas 60,000 personas en dirección a Poltava. “Todos aquellos que lo pidieron, pudieron ser evacuados”, afirmó.
Por su parte, el jefe de la administración militar de la región de Jarkov, Oleg Sinegubov, dijo que ayer fueron evacuados de la localidad de Izium cerca de 1,600 civiles.
“En total salieron 44 autobuses, esto significa unas 1,600 personas. Mañana continuaremos la evacuación”, dijo Sinegubov en declaraciones al canal de televisión Rada.
En Moscú, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo en rueda de prensa que las fuerzas de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) “han avanzado un kilómetro al interior de la ciudad de Mariúpol desde el norte”.
Mientras, el intento diplomático de alcanzar un cese de hostilidades, con la reunión mantenida en Antalya (Turquía) entre los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmitro Kuleba, no ha tenido éxito, y ambos terminaron la reunión sin más acuerdo que el de mantener abierto el diálogo.
El miércoles tuvo lugar en esa ciudad un bombardeo de un hospital infantil, con tres muertos y diecisiete heridos, según fuentes ucranianas.
“Hasta la fecha se sabe que después del atentado terrorista del hospital infantil en Mariúpol por aviones rusos, unas diecisiete personas (entre niños, mujeres y personal sanitario) resultaron heridas”, según los datos del Ayuntamiento que recoge la agencia Interfax-Ukraine.
Pero Lavrov negó que en ese hospital hubiera pacientes y acusó “a los medios occidentales” de estar presentando únicamente “el punto de vista ucraniano”.
Según las últimas cifras de agencias de la ONU, desde el comienzo de la ofensiva rusa en Ucrania con el pretexto de defender a las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, 549 civiles han muerto y casi 1,000 han resultado heridos.