Peligroso desconocer los fallos

Actualizado
  • 06/12/2012 01:00
Creado
  • 06/12/2012 01:00
Tal como viene sucediendo con las Resoluciones de la ONU y del Comité de Descolonización del mismo organismo cuando, miembros prominente...

Tal como viene sucediendo con las Resoluciones de la ONU y del Comité de Descolonización del mismo organismo cuando, miembros prominentes de ella NO los cumplen, también se está dando que algunos países tampoco reconocen fallos de la CIJ. Ejemplos están a la vista cuando Inglaterra se viene negando a cumplir con 10 fallos de Asamblea General de la ONU y 30 del Comité de Descolonización que no han sido acatados por este imperio monárquico en su litigio con la Argentina y la colonia que se esfuerzan en mantener con sus ciudadanos implantados en las Islas Malvinas. Lo grave de este asunto es que, además, Inglaterra es miembro PERMANENTE del Consejo de Seguridad y está poniendo en riesgo la paz en Sur América, negándose a sentarse a negociar y, en lugar de ello, envía su flota nuclear a esta área extra continental.

Los EEUU tampoco cumplen con numerosas Resoluciones de la ONU para que levante el bloqueo criminal que impone a Cuba.

Lo que parece una moda y que repercute en graves consecuencias para los pueblos del mundo, sufre también un agravamiento cuando algunos países se niegan a cumplir con los fallos de la CIJ o con las votaciones en Asamblea General de la ONU, como el actual reconocimiento otorgado a Palestina que se niega a cumplir Israel y el reciente fallo de la CIJ sobre el diferendo entre Colombia y Nicaragua.

Con este comportamiento, los gobiernos de turno, o las coronas imperiales permanentes, no hacen más que acercar a la población mundial a una forma ruin de muertes masivas con una conflagración de impredecibles consecuencias, dado el poderío militar y económico que poseen algunos estados y monarquías que ignoran por completo a sus propios pueblos que reclaman PAZ.

¿A que atenernos si, nada menos que las grandes potencias no acatan las disposiciones de los organismos de los cuales son miembros y ahora, otros países, tampoco se sujetan a los fallos que, se supone, deben acatar?

La insensatez, la soberbia y la prepotencia se suman a la irresponsabilidad con que se viene manejando la producción, las explotaciones y los desarrollos de proyectos. Solo interesa la rentabilidad, el lucro y para nada, el ser humano.

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