Nicaragua: a la sombra de la ausencia de Daniel Ortega en plena pandemia

Actualizado
  • 07/04/2020 23:27
Creado
  • 07/04/2020 23:27
El presidente nicaragüense está por cumplir un mes sin comparecer públicamente y las interrogantes sobre el estado de su salud crecen

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lleva 27 días sin comparecencia pública en medio de una crisis sanitaria mundial por el nuevo coronavirus (COVID-19), lo que ha generado  todo clase de especulación sobre su vida.  

El mandatario del país centroamericano es el único de los presidentes de la región Latinoamericano que no ha salido a dar explicaciones sobre la pandemia.

El Parlamento, dominado por el oficialismo, tampoco se ha pronunciado sobre el paradero de Ortega que  ha sufrido quebrantos de salud e incluso ha pasado por una operación de corazón abierta en 2007. La ausencia del mandatario no es sorpresa para los nicaragüenses, ya que durante los primeros 100 del año solo tuvo cuatro apariciones públicas, reseñó  CNN.

"Estamos frente a la situación de un gobernante ausente, y no simplemente por el hecho del coronavirus, sino una ausencia permanente en la que Ortega aún ejerce el poder en conjunto con una vicepresidente omnipotente y omnipresente, su esposa Rosario Murillo, pero hoy Nicaragua vive conjeturas y preguntas, principalmente: ¿Dónde está? Nadie conoce de su condición de enfermo crónico, porque no hay una rendición de información", explicó Carlos Fernando Chamorro en CNN.

La salud del gobernante se maneja como un "secreto de estado", según Chamorro y argumentó que el problema no es la desaparición física de Ortega, sino "la falta de rendición de cuentas". "El gobierno que vive Nicaragua se agrava al extremo por el coronavirus y la negligencia de los dirigentes ante la crisis", añadió.

La presencia continua de la vicepresidenta Murillo no ha logrado aminorar los rumores que se propagan en la nación, ni sus palabras de ánimo —con las que insta a los pobladores a participar de los festivales por Semana Santa— han reducido las sospechas internacionales alrededor de la verdadera razón de la reclusión de Ortega.

La población hace filas para obtener artículos de limpieza en Managua.

Actualmente Nicaragua presenta seis infectados de Covid-19 y un muerto. No se han cerrado las escuelas ni las universidades, no se han suspendido las actividades masivas ni se han llevado a cabo acciones de preservación de empleos o reducción de horas laborales, ni ningún otro método de contención del coronavirus que se han acatado en otros países del continente.

Rosario Murillo aseguró que el "comandante Daniel sigue aquí trabajando, dirigiendo, coordinando todos los esfuerzos que estamos y seguimos realizando", a través de una comparecencia telefónica con diversos medios de comunicación el pasado 4 de abril. Sin embargo, sus palabras no convencieron a gran parte de la población.

Que la pareja presidencial no asistiera al funeral del diputado Jacinto Suárez, quien fue secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y amigo íntimo de Ortega, acabó dando más temor al pueblo acerca de la posible condición del gobernante. La actitud hermética de la pareja ha desatado un torbellino de rumores, parecidos a los que acompañaron a la enfermedad de Hugo Chávez y a la larga convalecencia de Fidel Castro.

La última vez que se vio a Ortega fue el pasado 12 de marzo en una reunión virtual con los presidentes integrantes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) para la formulación de planes para la contención del coronavirus, según indicó CNN. Sus apariciones públicas parecen estar contadas en un cronograma y han ido disminuyendo considerablemente tras el estallido de la rebelión popular contra su régimen hace dos años.

"Desaparecidos Ortega, Murillo y toda su familia del homenaje a Jacinto Suárez. Están cuarentenados en alguna isla privada o es algo más grave. Ortega ni siquiera mandó un audio para despedir a su amigo. El Gobierno se maneja a punta de telefonazos de Rosario Murillo", apuntó la ex comandante guerrillera y ex ministra de Salud, Dora María Téllez, en su cuenta de Twitter.

Un régimen sumido en el caos

A la fecha, Nicaragua es el único país de la región en no seguir los lineamientos de seguridad designados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el aislamiento social y el cierre de comercios. La vicepresidenta Murillo ha quedado encargada de llevar a cabo las estrategias frente al coronavirus tras el anuncio del sexto caso positivo del virus por el Ministerio de Salud —que a su vez coincidió con la destitución de la ministra Carolina Dávila sin explicación alguna por parte del gobierno sandinista—.

"Ortega y Murillo están en su burbuja, aislados, y manejan el poder con la tecnología actual", puntualizó el analista político Óscar René Vargas a El Mundo, "su régimen está jugando a crear el caos".

El cofundador de la FSLN argumenta que la cabeza presidencial no ha tomado medidas preventivas con la esperanza de que "la enfermedad neutralice la protesta social y suspenda las sanciones de EEUU". Sin embargo, Vargas expresó que la pandemia alterará el orden político de la región y el mundo, algo de lo que Ortega "no se va a poder salvar".

Ante la difusión de una imagen en redes sociales donde se proclamaba la "muerte" de Ortega, el medio de comunicación nicaragüense, La Prensa, aseguró la falsedad de la noticia y que no estaba ligada a dicho medio en ninguna forma. De igual manera, explicó que el "caos informativo" que recae en la población ha sido incitado por medios de propaganda 'orteguistas' que se han dedicado a subir contenido de añoranza y apoyo al líder nicaragüense en redes sociales. 

El eurodiputado español José Ramón Bauzá publicó en su cuenta de Twitter su duda ante la especulación del fallecimiento de Ortega: "Hay rumores sobre la supuesta muerte de Daniel Ortega, dictador de Nicaragua. Espero que no sean ciertos, pues tiene muchos crímenes por los que responder ante el pueblo nicaragüense. Las atrocidades de su mandato no pueden terminar sin que haya rendido cuentas".

Bauzá es uno de los diputados responsables de las presiones ante la Unión Europea (UE) para la aprobación de sanciones a los funcionarios de la dictadura por los crímenes cometidos al pueblo nicaragüense desde abril del 2018, según informó La Prensa.

"La ausencia de Ortega implica una acefalía en el manejo de la crisis, incluso desde el punto de vista legal. Porque debería buscarse en algún momento el estado de emergencia como herramienta. Pero no hay manera de que eso suceda sin un presidente en funciones", anotó el político opositor y exdiputado Eliseo Núñez al medio El País.

"Creo que es en preparación para su reaparición gloriosa", dijo Juan Manuel Chamorro, director ejecutivo de Alianza Cívica, un grupo opositor, a The New York Times. Para Chamorro, la ausencia de Ortega no es más que un intento de manipulación hacia la población: "Lo ha hecho ya en el pasado. Va a resucitar en Pascua".

Su desaparición del ojo público no solo abre dudas acerca de su condición de salud o su próximo movimiento para con el pueblo, sino que agrava la situación sanitaria en el país y la indolencia del gobierno se cierne en forma de festivales y bullicio en las calles, aunque ya hace mucho que la alegría no llena a los nicaragüenses.

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