Los kenianos celebran y protestan por unos polémicos resultados electorales

Actualizado
  • 16/08/2022 00:00
Creado
  • 16/08/2022 00:00
A pocos kilómetros, en la circunscripción vecina de Ruaraka, donde la población apoya mayoritariamente al presidente electo, era alegría en vez de tensión lo que desbordaba las calles

Cantos de celebración y gritos de protesta podían escucharse este lunes en toda Kenia, tras la publicación de los esperados resultados de las elecciones generales del pasado martes, que dieron como ganador al vicepresidente del país, William Ruto, declarado presidente electo.

"Tendrían que ser pacientes. Si los resultados no son correctos, que los lleven ante la justicia y sigan el proceso", dijo a Efe George Ongueri, un vecino de 37 años del suburbio de Mathare (noreste de Nairobi), uno de los bastiones del ex primer ministro Raila Odinga, que quedó segundo con un 48,85 % de los votos, frente al 50,49 % de Ruto en la contienda por la Presidencia.

"Estoy muy asustado. Los resultados no eran lo que esperábamos. Ahora no hay paz, lo están destruyendo todo", lamentó Ongueri, de camino a casa tras su jornada de trabajo, junto a decenas de personas que con paso rápido e, incluso corriendo, buscaban llegar lo antes posible a sus hogares.

La ansiedad podía palparse en los alrededores de Mathare y otros barrios pro-Odinga de la capital, donde las protestas se desataron justo después del anuncio de los resultados y dejaron un rastro de neumáticos ardiendo, si bien no se publicaron cifras oficiales de víctimas, de momento.

Al menos una mujer murió después de que los manifestantes arrojasen piedras contra su vehículo, que perdió el control y se salió de la carretera, según pudo ver Efe sobre el terreno y confirmaron los médicos que intentaron reanimarla.

"Hakuna Odinga, hakuna amani!" ("Si no gana Odinga, no habrá paz", en suajili) gritaban los protestantes, según testigos como Peter Kinyanjue, que prefería esconder su simpatía por el vicepresidente.

"La verdad es que voté a Ruto, pero no puedo decirlo, me matarían...", lamentó este joven de 21 años.

También estallaron manifestaciones esta tarde en la ciudad de Kisumu (oeste), a la orilla del lago Victoria y con una mayoría de la etnia lúo, que hubiera ocupado por primera vez la Presidencia del país de haber ganado el ex primer ministro.

PRESUNTAS IRREGULARIDADES

Minutos antes del anuncio de los resultados por parte de la Comisión Electoral Independiente (IEBC, por sus siglas en inglés), cuatro comisionados -incluida la vicepresidenta del organismo, Juliana Cherera- los pusieron en duda y tildaron el conteo de "opaco", alimentando aún más la desconfianza de la población.

"No estoy contenta con los resultados, pero lo que queremos es paz", aseguró a Efe en Mathare Victoria Mbula (32 años), que reconoció haber enviado a sus dos hijos pequeños a su pueblo natal, en el condado vecino de Machakos (centro-sur), para protegerlos de posibles brotes de violencia.

A pocos kilómetros, en la circunscripción vecina de Ruaraka, donde la población apoya mayoritariamente al presidente electo, era alegría en vez de tensión lo que desbordaba las calles.

Allí predominaban los bailes espontáneos, abrazos, sonrisas y el convencimiento de que los comicios se celebraron de forma imparcial y sin ningún tipo de fraude electoral.

"Estas elecciones fueron libres e imparciales.

Tiene que ser el pueblo quien decida", aseveró Gideon Langat, un contable de 32 años para quien la coalición de Odinga, Azimio La Umoja (Aspiración a la Unidad), tendría que aceptar los resultados y no apelarlos ante la Justicia, como ya hizo el ex primer ministro en 2017.

También en la ciudad de Eldoret (este), bastión de Ruto a unos 300 kilómetros al noreste de Nairobi, el ambiente festivo se adueñó de las calles, donde cientos de personas bailaban y coreaban el nombre del ganador, que lidera la coalición Kenya Kwanza (Kenia Primero, en suajili).

Los discursos incendiarios de algunos políticos de ambas formaciones, que han acusado tanto a la IEBC como a sus oponentes de conspirar para manipular los resultados, contrastan con la actitud de muchos kenianos, que no quieren que los disturbios que empañaron las elecciones de años anteriores se repitan.

Martin Inbinga, de 29 años y votante de Ruto, aseguró a Efe que no tiene miedo porque "todos somos kenianos. Eso es lo que nos une. Yo puedo ir a la casa de mi amigo, que apoya a Odinga, y pedirle un poco de sal. Sin embargo, Ruto u Odinga nunca van a darme sal”. 

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