Golpe de Estado técnico en Guatemala

Salir a las calles a protestar para defender a la patria es solo la suma de lo que la indignación provoca y esto fue lo que sucedió en mi tierra, Guatemala, el pasado 12 de julio cuando por solicitud de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (Feci) del Ministerio Público (MP), el Juzgado Séptimo de Instancia Penal ordenó la suspensión del partido político Movimiento Semilla, encabezado por Bernardo Arévalo, quien es hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo.

Para dar un contexto, sobre las leyes guatemaltecas, según la Ley Electoral y de Partidos Políticos, una vez se arranca el proceso electoral y hasta que termine, no puede ser suspendido. Sin embargo, muy temprano por la mañana del 13 de julio el MP allanó el Registro de Ciudadanos (RC) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) quienes la noche anterior y en conferencia de prensa habían dado luz verde a la participación de Arévalo en la segunda vuelta de las elecciones contra Sandra Torres del partido UNE.

Lo que quisiera explicar con detenimiento es la gravedad de lo que implica un golpe de Estado técnico porque disfraza acciones legales para remover a un gobernante legítimo, aunque éstas sean contrarias a las disposiciones constitucionales.

Para efectos de este artículo, consulté con un abogado y notario, quien labora para una de las instituciones antes mencionadas, aunque no quiso dar su nombre por razones de seguridad y persecución política. Sin embargo, el licenciado mencionó lo siguiente: “La forma de este tipo de golpe de Estado es utilizar una entidad, como el MP, para que pueda prestarse a intereses de una parte de la sociedad o de varias personas particulares, y así atentar contra de la democracia”, enfatizó.

Según el abogado, este tipo de golpe de Estado técnico y en este caso en particular, significa que existe la intención de remover a un gobernante futuro, lo cual es previo a que exista un gobierno: “De no realizarse las elecciones de la manera en la que deben realizarse, el gobierno actual estaría prolongando su mandato”, inquirió el profesional.

El abogado constitucionalista, Alejandro Balsells, expresó lo siguiente para una nota del diario guatemalteco Prensa Libre: “Lo que se intenta, por medio de un sistema judicial bastante cooptado y deslegitimado, es romper el proceso electoral. Esto es precisamente lo que hacen las dictaduras, de hecho, Manuel Estrada Cabrera (presidente de Guatemala del 8 de febrero de 1898 al 15 de abril de 1920,) así se mantuvo en el poder, con cuestiones como las que estamos viviendo ahorita”.

Y es que el cateo que hizo el MP en las oficinas de TSE incluían la inspección y el secuestro de “evidencia” del Registro de Ciudadanos alegando de que “existen indicios en los que posiblemente más de 5 mil ciudadanos habrían sido adheridos ilegalmente al Movimiento Semilla, mediante falsificación de documentos”. Lo verdaderamente siniestro del caso es que se atrevieron a allanar la sección de Organizaciones Políticas del TSE utilizando pasamontañas tal y como actúan los delincuentes.

A todo esto, la postura de Bernardo Arévalo ha sido de rechazo rotundo al unísono con la sociedad guatemalteca: “Es una acción desesperada de un grupo político criminal que se da cuenta que tiene los días contados en términos del control sobre el poder político, porque estamos a las puertas de un evento electoral donde nosotros confiamos el Movimiento Semilla va a ganar”, dijo el candidato en una entrevista del Noticiero Guatevisión.

Al borde del hartazgo y la indignación, la sociedad civil se reunió frente a las distintas entidades públicas para clamar el respeto por la democracia. Pude ver a madres con sus hijos en brazos, artistas, jóvenes, ancianos, estudiantes y niños volcarse a las calles para pedir la renuncia de las personas detrás de esta treta política. Porque si algo admiro de Guatemala y su gente es que no dejan nada al tiempo y las personas alegan por sus derechos: “Este pacto de corruptos no se saldrá con la suya y el día de hoy nosotros tenemos que salir a defender la democracia, que es el primer eslabón para que tengamos una sociedad digna, porque esta democracia está sobre la sangre de mucha gente”, dijo en las calles un ciudadano que tomó el micrófono.

Así pues, en Antigua Guatemala, ciudad en la que nací, la caravana de protestas empezó con unos cuantos ciudadanos y se convirtió en una caminata pacífica en la que participó un sinnúmero de personas cansadas de la corrupción y el abuso gubernamental. “Personas que se dicen ser jueces están haciendo todo esto con el objetivo de desviar la atención y provocar también una gran confusión a nivel nacional para que la gente vote por quienes ellos quieren que quede en el poder”, indicó el licenciado consultado para efectos de este artículo, quien no pudo decir su nombre.

Debido a todo el esfuerzo en conjunto, la Corte de Constitucionalidad guatemalteca otorgó un amparo provisional al Movimiento Semilla, para dejar sin efecto la suspensión ilegal del partido. Sin embargo, el MP sigue en la jugada y los guatemaltecos estamos alertas sobre los nuevos casos que seguirán fabricando para atentar contra la democracia.

La democracia se respeta todos los días y jamás debemos permitir que nadie atente contra nuestras instituciones. Este golpe de Estado técnico en Guatemala deja sobre la mesa lo lejos que la corrupción puede llegar, pero vamos a aclararles que nadie está por encima de la ley y nadie está por encima de la constitución de un país, porque como ciudadanos, no nos vamos a dejar nunca más.