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El crimen que tiñe más de sangre la política ecuatoriana
- 10/08/2023 15:20
- 10/08/2023 15:20
Fernando Villavicencio no usaba chaleco antibalas. “No lo necesitaba” se jactaba públicamente. Pero se movilizaba en un vehículo blindado por las constantes amenazas contra su vida. El 9 de agosto de 2023, a la salida de un mitín político en el norte de Quito, Ecuador, a las 6:20 p.m., esas amenazas se cumplieron. Recibió una ráfaga, unos 40 disparos, cuando se subía a un vehículo rodeado de escoltas. Justo ese día, el vehículo blindado no estaba disponible.
Tenía 59 años y era candidato a la presidencia de Ecuador por el Partido Construye. Se vislumbraba como una de las mejores alternativas para el país sudamericano: al tenor de las encuestas tenía serias oportunidades de convertirse en el próximo presidente de Ecuador.
Enarbolaba la bandera de la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. Aseguraba que su país se había convertido en un “narcoestado”. Su discurso político proponía restablecer la seguridad, con la fuerzas armadas y los policías en las calles, y emprender la lucha contra la “mafia política”. Con el lema “es tiempo de valientes”, Villavicencio retó al crimen organizado: “estoy aquí”, dijo en uno de los mítines políticos.
Nació en Sevilla, del cantón Alausí (Chimborazo), en el centro sur del país. En Quito, adonde emigró su familia cuando era apenas un adolescente de 13 años pasó una vida de carencias. Era el mayor de seis hermanos. Estudiaba de noche y trabajaba de día “pelando pescado y conchas y como mesero y sillero”, dijo en una entrevista que concedió al diario El Universo.
Villavicencio era un apasionado de la literatura y de la poesía desde su adolescencia, en donde se cree se forjaron sus ideas de izquierda cuando recibió una enorme carga ideológica y política de 17 libros que leyó sobre la historia de Simón Bolívar para participar en un concurso de oratoria, en el que quedó en un segundo puesto.
Durante su juventud fue activista de organizaciones sociales indígenas y también en movimientos sindicales del sector petrolero.
No contaba con una amplía trayectoria para cargos de elección, pero sí con un amplio recorrido en el periodismo ecuatoriano. Primero como periodista y posteriormente como asambleísta denunció la corrupción rampante del gobierno de Rafael Correa (2007-2017).
En aquella época, sacó su mejor pluma. Destapó la corrupción en el sector petrolero y el escándalo “Petrochina”, una deuda que adquirió Ecuador con China en el gobierno de Rafael Correa.
En su gobierno, Correa lo acusó por injurias y Villavicencio fue condenado a 18 meses de prisión. El periodista evitó la cárcel y se refugió en la selva amazónica y bajo la protección de los indígenas publicó más de 200 centenares de investigaciones en su blog. Su caso prescribió mientras estaba prófugo.
Más recientemente, Correa lo amenazó públicamente. “Eres un cobarde sinvergüenza. Pronto se te acabará la fiesta”. Las palabras proferidas por el expresidente han despertado todo tipo de sospechas de ciudadanos y analistas después del crimen.
Uno de los sospechosos del asesinato, que también murió en el intercambio de disparos, lo relacionan a uno de los simpatizantes del expresidente Correa, quien está prófugo de la justicia, por una condena de 8 años por corrupción, que pesa sobre él.
“Lo mataron. Falló la seguridad”, comentó el periodista, columnista y escritor venezolano, Orlando Avendaño.
El asesinato del periodista y político ecuatoriano, a solo once días de las elecciones ecuatorianas, tiñe nuevamente de sangre una campaña política que prácticamente ha girado en torno a la inseguridad del país sudamericano con índices de violencia más altos de la historia (25.32 por cada 100,000 habitantes) incluido otros políticos y candidatos.