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Confirmación del acuerdo START, un respiro momentáneo para el desarme nuclear
- 29/01/2021 00:00
- 29/01/2021 00:00
El acuerdo nuevo START entre Rusia y Estados Unidos sobre desarme nuclear fue ratificado por Moscú este miércoles, extendiéndose así el último tratado firmado entre las dos potencias, que tenía fecha de expiración el próximo 5 de febrero.
“El embajador (de Estados Unidos en Rusia, John Sullivan) y yo, en Moscú, intercambiamos las notas que fijan los acuerdos sobre la extensión de cinco años”, indicó el viceministro de Exteriores de Rusia, Sergei Riabkov, según reportes de la agencia Europa Press.
“Esperamos unas negociaciones intensivas y profundas con EE.UU. sobre el futuro control de armas, con el fin de elaborar una nueva ecuación de seguridad que cubra todos los factores que afectan al mantenimiento de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica”, declaró al medio RT Riabkov luego de que la Duma rusa aprobara el acuerdo.
Dentro de la comunidad científica y expertos se mantenía la preocupación de que el pacto no llegara a buen término y abriera el camino a otra carrera nuclear, especialmente luego de que en agosto en 2019 el expresidente de Estados Unidos Donald Trump anunciara el retiro de su país del Tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF).
Como un avance en el desarme nuclear, el INF fue rubricado en 1987 por ambos países con la idea de proscribir las armas de alcance intermedio (entre 500 km a 5,000 km), temidas por su difícil intercepción y el poco margen de reacción que deja para contrarrestarlas.
Hasta la fecha, el acuerdo START III, firmado por el presidente ruso Dmitri Medvédev y su homólogo estadounidense Barack Obama, era el único acuerdo vigente para la reducción de armas nucleares. Firmado en 2010, este se convirtió en el principal instrumento jurídico y diplomático para el control y monitoreo mutuo de los arsenales nucleares.
Con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, tanto Moscú como Washington adelantaron su disposición de extender el nuevo START cinco años más. Una postura que abre potenciales espacios de conversación sobre la posible inclusión de otras armas estratégicas, como los misiles supersónicos, en un eventual acuerdo futuro o cuando corresponda renovar el START en 2026.
Un día después de la toma de posesión de Biden, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmaba que Estados Unidos buscaría extender el tratado. “Esta extensión tiene incluso más sentido cuando la relación con Rusia es tan adversa como lo es en este momento”, puntualizó la funcionaria entonces.
Ya durante la Administración Obama las relaciones con Rusia venían degradándose, pero fue luego con la gestión de Trump que tocaron su punto más bajo, cuando desde el Partido Demócrata señalaron al Kremlin de supuestamente “interferir” en los comicios presidenciales de 2016, que le dieron la victoria al republicano y que incluso llevó a juicio al exmandatario, saliendo absuelto ante la incapacidad de probar la supuesta colusión con Moscú.
Aunque la firma del nuevo START puede interpretarse como un paso hacia cierta normalización de las relaciones entre ambos países, aún quedan otros escollos no resueltos como las diferencias con la situación en Siria, las disputas en Ucrania o la construcción del gaseoducto europeo Nord Steam 2, un proyecto desarrollado en conjunto con Alemania al que Washington se opone ferozmente.
Con Trump en el poder, Estados Unidos ya había adelantado su interés de incluir otro tipo de armamento dentro de un futuro acuerdo, inclusive incorporar a China en el pacto, país que también cuenta con armas nucleares. Por el momento Pekín no ha aceptado la invitación.
El pasado viernes, Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, hizo un llamado a los países a sumarse al recién entrado en vigor, Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, el primer pacto multilateral para la eliminación de este tipo de armamento en los últimos años.
“El mundo debe adoptar medidas urgentes para eliminarlas y evitar las consecuencias catastróficas de su uso para la humanidad y el medio ambiente”, enfatizó Guterres que lamentó la no participación de las principales potencias atómicas: Estados Unidos, Rusia, China y Francia.
Además de estos países, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte mantienen en su poder armas de destrucción masiva; sin embargo, son Moscú y Washington quienes poseen el 90% del arsenal nuclear en el mundo, un poder de destrucción capaz de acabar con el planeta en múltiples ocasiones.