Un desfile de llamas en La Paz exhibe el potencial económico de los camélidos

Actualizado
  • 24/09/2021 19:08
Creado
  • 24/09/2021 19:08
Los camélidos andinos tienen la ventaja de alimentarse de cualquier pastizal que crece en las alturas a diferencia de los bovinos

Un grupo de llamas andinas desfilaron este viernes por las calles del centro de la ciudad boliviana de La Paz como parte de una exhibición que busca impulsar a los productores de este sector tras los meses más críticos de la pandemia.

Aunque a primera vista pareció una actividad reducida no pasó desapercibida puesto que muchos transeúntes filmaron y hasta se tomaron fotos con estos amigables animales, a la vez que se aprovechó para mostrar la utilidad de su carne y lana con productos que buscan abrirse paso en el mercado.

"Flor" y "Rosita" eran dos de las mejores de su especie distinguidas por rosetones y bandas con encajes dorados y plateados que fueron elegidas para encabezar este particular recorrido, contó a Efe Ismael Canqui, un productor de la provincia Pacajes de La Paz.

IMPORTANCIA DE SU CARNE Y FIBRA

La crianza de camélidos como llamas, alpacas y vicuñas en Bolivia busca entrar en la "ganadería competitiva" y lo que se quiere hacer es "fortalecer y consolidar este sector", manifestó a Efe el coordinador Nacional del Programa Pro Camélidos, Roberto Bonifacio, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural.

Este funcionario explicó que el consumo de productos cárnicos de llama y otras especies ha penetrado en el mercado local en regiones como La Paz, Oruro y Potosí donde es valorada por su bajo contenido en grasas aunque también se busca llegar a otras regiones del país.

Entre las llamas están las especies q'ara o blanca que "tiene aptitud cárnica" y la tampulli o lanuda de la que se aprovecha principalmente la fibra, mientras que entre las alpacas las que tienen potencial en lana son la llamada wakaya y suri, explicó Bonifacio.

En tanto que Canqui, que cría tanto llamas y alpacas, señaló que lo importante igual que con las reses es el trabajo de "mejora genética" para que por ejemplo, un animal logre producir entre 90 a 120 kilos de lana.

Según ambos, un ejemplar está listo para faenar cuando cumple entre 8 meses hasta dos años para el consumo de carne fresca y derivados como los embutidos, mientras que los de mayor edad sirven para producir el "charque" o carne deshidratada que se utiliza en platos típicos.

PROYECCIONES DE LA CRIANZA

"Tiene que haber políticas serias y a largo plazo. Que se trabaje en el tema de praderas nativas y la alimentación (además de) la ganadería semiintensiva" para tener mayor cantidad de animales, precisó a Efe el responsable de procesos de transformación y comercialización de camélidos de La Paz, Hernán Vallejos.

Los camélidos andinos tienen la ventaja de alimentarse de cualquier pastizal que crece en las alturas a diferencia de los bovinos, no obstante esto no es una garantía en épocas de sequía, por lo que es necesario prever esas contingencias.

Justamente, ahora se ha ingresado en "una nueva etapa" tras el tercer pico de contagios entre mayo y julio que afrontó el país por la pandemia de la covid-19 para una incursión más agresiva en el mercado.

Parte de esa estrategia está en la elaboración de nuevas presentaciones de la carne de camélidos en embutidos o el charque como alimento ya procesado listo para ser consumido como "snacks".

A juicio de Vallejos, en Bolivia existe un "mercado insatisfecho" que es necesario abarcar con una mejor producción y la proyección de realizar exportaciones, en función de la capacidad de las regiones productoras.

Pese a estas iniciativas una de las tareas pendientes es luchar por un "precio justo" para la venta de carne de camélidos puesto que el kilo comprado al productor puede costar 2,5 dólares a comparación de un kilo de res que en un supermercado llega a costar hasta 8 dólares, relató por su parte Canqui.

Esa puede ser una buena oportunidad porque "queremos que nuestro producto camélido sea exportado", finalizó.

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