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- 03/04/2021 00:00
- 03/04/2021 00:00
El proyecto de ley 420, que la Diputada Zulay Rodríguez ha vuelto a poner en análisis en el debate público y que estipula poner un tope a las tasas de interés podría ser perjudicial para el sistema financiero, afectando principalmente al pequeño consumidor y a las pequeñas empresas. De ser aprobado esto podría ser perjudicial para la estabilidad del sistema financiero y la protección del ahorro de los depositantes, además de afectar el proceso de inclusión financiera, principalmente al pequeño consumidor y a las pequeñas empresas.
Esta ley afectaría la capacidad de préstamo de las entidades financieras, que buscan operar con seguridad y asumir riesgos razonables para su modelo de negocio.
Para entender mejor lo que sucede, debemos aclarar los mitos y verdades sobre lo que propone el proyecto de ley 420:
Mito 1: “Ponerle tope a las tasas de interés permitirá que más personas accedan al crédito”.
Falso. Poner topes a las tasas de interés perjudicará a quienes se incorporan por primera vez o se reincorporan al sistema financiero formal, así como aquellos que tienen menos ingresos y menor capacidad de pago. Esto podría dejar a miles de personas sin acceso al sistema financiero.
Mito 2: “Las personas podrán acceder a mayores alternativas de crédito de las instituciones financieras”.
Falso. Solo se estará impulsando el crecimiento de prestamistas informales. Por ejemplo, si se impusiera como tasa máxima 1.5 veces la tasa promedio actual, las entidades bancarias especializadas en brindar préstamos de consumo y las mipymes tendrían muchas limitaciones para seguir operando. En este contexto, podríamos caer en los famosos préstamos 'gota a gota' que existen en Colombia, ocasionado a las personas ser víctimas de extorsión y amenazas por parte de los “prestamistas”, además de un crecimiento en la ilegalidad financiera.
Mito 3: “No afectará la estabilidad del sistema financiero formal”.
Falso. Las entidades como las financieras que brindan créditos a las personas con menos recursos se verán forzadas a dejar de operar y, por tanto, no seguirán brindando el apoyo financiero de siempre a quienes más lo necesitan. Actualmente el sector bancario atiende una cartera crediticia de $5,282 millones con clientes de micro y pequeñas empresas.
Mito 4: “Los únicos perjudicados serían las entidades financieras porque recibirán menos ingresos”.
Falso. Se perjudica la inclusión financiera. El proyecto establece que los bancos podrán fijar el monto de las tasas de interés activas y pasivas de sus operaciones, con un tope de 1.25% mensual, como tasa efectiva máxima de interés..
Mito 5: “Las tasas de interés de las entidades financieras son altas y nunca bajan”.
Falso. Las tasas de interés están siempre basadas en la capacidad de pago que tiene la persona o negocio y suelen bajar tras mantener un buen historial crediticio. En 2019 se desembolsaron $8,308,197 millones en préstamos personales con una tasa de 8.72% anual. Para las microempresas esa cifra fue de $2,840 millones y para las pequeñas empresas de $3,112 millones, con un interés anual entre 6.31% a 7%
La realidad es que Panamá en comparación con otros países en Latinoamérica tiene una de las tasas más bajas, casi al mismo nivel que en Estados Unidos. Esto se debe a que otros países, al adolecer de niveles de inflación más altos, deben aumentar las tasas de interés para equilibrar.
Cuando algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. La verdad es que suena maravilloso ¿a quién no le gustaría pagar una menor tasa de interés en sus préstamos personales o tarjetas de crédito? Creo que todos estaríamos de acuerdo en pagar menos intereses; pero aquí hay que ver una realidad y es que le estaríamos quitando la oportunidad a alguien que desee empezar de cero su negocio apalancándose en un crédito bancario para levantar su empresa y brindar más plazas de trabajo que es lo que necesitamos.
Poner topes al libre mercado nunca ha funcionado y no es la solución que Panamá necesita en estos momentos. Lo que precisamos es educar financieramente para una toma de decisión concreta y acertada, según el escenario económico y la planificación.