Susana Ruiz: 'Panamá se sigue comportando como un paraíso fiscal'

Actualizado
  • 07/07/2023 00:00
Creado
  • 07/07/2023 00:00
Para la especialista en temas de justicia fiscal, la ley de registro de beneficiario final que tiene el país no es una garantía para evitar las sociedades 'offshore' porque todavía está en marcha, no es pública ni se conoce si el Estado está exigiendo toda la información necesaria
La responsable de justicia fiscal en Oxfam Internacional, Susana Ruiz

La responsable de justicia fiscal en Oxfam Internacional, Susana Ruiz, fue enfática al asegurar que “Panamá sigue teniendo indicadores económicos que demuestran que se está comportando como un paraíso fiscal”, pues todavía permite que se constituyan sociedades anónimas sin que se sepa realmente quiénes son sus beneficiarios finales.

La especialista en temas de justicia fiscal no está convencida de los avances que el Gobierno panameño ha citado respecto al registro de beneficiario final como cumplimiento para su posible salida en septiembre de la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi). Recordó que respecto a la lista negra de la UE, Panamá dijo que no tenía interés o voluntad suficiente por modificar su régimen de sociedades holding o internacionales.

¿Cuál es el escenario a futuro para la región en materia de justicia fiscal?

De momento lo que estamos viendo es que la tendencia es un crecimiento tan breve que es casi una evolución plana. En cuanto al crecimiento de la recaudación tributaria, se necesitan cambios importantes de voluntad política para abordar algunas reformas que son fundamentales. Estas reformas tienen que ver con la capacidad de poner fin a la evasión y elusión fiscal, que representa un 6% del producto interno bruto (PIB) de la región, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Aunque la evasión fiscal es fundamental, también está toda la otra parte que se pierde con las exoneraciones tributarias, que no son incentivos, sino privilegios fiscales que se conceden, ya que en estos momentos uno de cada cinco dólares que entran o que salen de inversión extranjera directa se da a través de un paraíso fiscal, tanto en América Latina como en la Unión Europea (UE). Holanda es uno de los primeros puntos de entrada del capital a la región y Panamá juega un papel importante para determinadas rentas de estas inversiones.

Con estos señalamientos, ¿para usted, Panamá sigue siendo un paraíso fiscal?

Panamá sigue teniendo indicadores económicos que demuestran que se está comportando como un paraíso fiscal. Estamos viendo que no se han dado cambios significativos suficientes que demuestren el compromiso social por cerrar los agujeros que han hecho de Panamá un paraíso fiscal, porque sigue teniendo mecanismos para atraer inversión que todavía tienen una doble tributación completamente diferencial para las actividades offshore generadas desde su territorio, o todavía presenta mecanismos que suponen que no sea fácil conseguir información rastreable que circula en Panamá. Esto hace que cualquiera administración tributaria de otros países tenga muchas dificultades para saber qué es lo que sucede con los capitales que están siendo movidos a través de Panamá. No ha habido esfuerzos suficientes ni existe realmente un registro que permita identificar totalmente quiénes son los titulares reales de esas sociedades fantasma o pantalla. Ni se han puesto todos los mecanismos para que en cualquier sociedad que es constituida en Panamá, se pueda identificar en su totalidad quiénes son los propietarios reales que están detrás. Por estas razones, Panamá sigue teniendo una especie de pantalla que permite que haya sociedades constituidas aquí sin que se sepa realmente del todo quiénes son sus beneficiarios finales. Eso significa una facilidad para que determinadas empresas o personas puedan constituir estas sociedades fantasma aquí, lo que lleva a que sea mucho más complicado rastrear su dinero.

¿Pero el gobierno ha estado reiterando los avances con la ley de registro de beneficiario final para salir de la lista del Gafi?

Eso está en marcha todavía. No es pública, tampoco. Ni vemos todavía cómo realmente se están viendo esos resultados o si se está exigiendo toda la información. Aunque el gobierno está informando que se están dando algunos pasos, todavía no se puede comprobar que eso esté suponiendo un esfuerzo real para romper esa barrera de opacidad que hasta ahora está existiendo.

¿No le convencen estos avances aunque el gobierno vaticina que en septiembre el país saldrá de la lista del Gafi?

Todavía no. Vamos a ver qué es lo que pasa en septiembre y si esa revisión permite generar confianza suficiente para pensar que Panamá puede salir de la lista del Gafi. No olvidemos que el Gafi es una lista que tiene que ver con el blanqueo de capitales, a raíz de las actividades terroristas, que se financian especialmente con el blanqueo de capitales y la actividad criminal, a través de los mecanismos que se pueden estar utilizando en Panamá. Por lo tanto, la lista negra de la UE tiene mucho más que ver con el comportamiento y uso que hacen las empresas en determinados territorios, y si son territorios que permiten ser vehículos para fiscalizar la inversión extranjera.

¿Qué avances ha visto que ha realizado Panamá respecto a la lista negra de la UE?

De momento, en las últimas rendiciones, Panamá dijo que no tenía interés o voluntad suficiente por modificar su régimen de sociedades holding o internacionales que permitían un tratamiento diferente en las operaciones dentro del país o desde el país hacia el exterior.

Se habla mucho de que la inclusión de Panamá en las listas discriminatorias es una forma de perjudicar o envidiar el crecimiento que tiene.

No creo que la razón sea la envidia, porque hay muchas inversiones europeas que se están dando aquí en Panamá y que han ayudado en algunos momentos, incluso, a que Panamá salga de la lista negra o gris. De hecho, el que haya muchos intereses comerciales aquí en Panamá le ha ayudado en algunos momentos a salir de estas listas por ser considerado como un país que al menos tenía la voluntad de avanzar, pero esos avances no se materializaron y esto fue lo que supuso su regreso a la lista de la UE.

¿Qué estrategia debe crear Panamá para demostrar que ya no quiere ser un paraíso fiscal?

Creo que hay un trabajo sobre la transparencia mucho más amplio que Panamá debería estar profundizando, primero para rastrear e identificar realmente en concreto todos esos beneficiarios reales de las sociedades fantasma o pantalla, así como es importante que se mejoren los mecanismos de intercambio de información en todos los ámbitos. Es fundamental que se cierren estos mecanismos que permiten a esas sociedades de inversión tener un tratamiento diferenciado frente a otros territorios.

¿Cree que Panamá ha aprendido algo de los 'Panamá Papers' y 'Pandora Papers'?

Desde los 'Panamá Papers' el país ha ido participando de una forma más activa en los procesos internacionales, como de la OCDE. Incluso ha acelerado su participación en estos tipos de procesos, pero también ha adoptado renunciar a ciertas reformas que suponían la protección de financiación de la economía con los modelos que tiene, porque así lo ha considerado. Sí se han dado avances, pero no tanto para crear un cambio radical en el abandono de las prácticas agresivas.

¿Esta participación en los procesos internacionales se debe a que Panamá es un Estado más reactivo que preventivo?

Han sido sumamente reactivos. Panamá responde cuando hay una presión.

¿Hacia dónde se debe encaminar Panamá para mejorar su imagen internacional?

Debe tener un compromiso total con la transparencia y con el intercambio de información para así romper con el funcionamiento de sociedades pantalla. Eso supondría un cambio radical. Luego, a partir de ahí, debe pensar en cómo quiere tener un sistema tributario que realmente sea justo para todos los panameños, de modo que le permita una mayor redistribución, pues necesita pensar que ese modelo tributario no tiene que responder solamente a una élite económica y financiera, sino que tiene que responder realmente a los intereses del conjunto de la población, para que le permita invertir mucho más en la actividad del país, en materia de infraestructura y economías sociales. Es un paraíso fiscal, pero solo para ciertas élites, porque sigue siendo un paraíso desigual.

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