La reactivación económica ha sido 'positiva' para los artesanos

La inauguración de la XLIII Feria Nacional de Artesanías 2023 representa para los más de 450 artesanos participantes, un espacio para la venta, rescate, promoción y visibilidad de su trabajo, después que este evento se mantuviera suspendido por tres años.

Hasta el 30 de julio, el público nacional e internacional podrá apreciar obras que resaltan el valor de las expresiones culturales de las distintas provincias y comarcas.

Para Esther Peréz, directora nacional de Artesanías del Ministerio de Cultura (MiCultura), “el regreso de la feria es la más grande reactivación económica que ha estado esperando este sector porque reune a la mayor cantidad de artesanos en un mismo espacios”.

Así mismo, los artesanos Edgar Javier Castro Castillo y Eusebia Núñez, coincidieron que este evento en definitiva es esa ventana comercial que necesitan para presentar productos de calidad, después de una crisis económica generada por la pandemia.

“Hay 400 artesanos en esta feria, por lo tanto, esperamos que todos tengan la oportunidad de salir adelante porque esta es una gran ventana para la inyección económica de cada uno de estos hogares”, destacó Castro, quien este año recibió la condecoración Medalla San José, en homenaje y reconocimiento a su trayectoria como maestro artesano.

Núñez, quien es artesana coclesana, indicó que con el regreso de la feria esperan tener la cooperación de los asistentes, ya que se encuentran de vuelta en el camino de la recuperación, en el que esperan que “todo se vaya normalizando poco a poco”. “Hay una recuperación. Esperamos que siga así para que sea bueno para los artesanos y sus diferentes productos”, mencionó.

Castro, por su parte, indicó que en definitiva para este año tiene grandes expectativas, alrededor de la feria. Recalcó que el trabajo que realizan cada uno de los artesanos es un esfuerzo diario por llevar “la comida a sus hogares”, por lo tanto, necesitan más actividades como la Feria Nacional de Artesanías para generar “grandes oportunidades de ganancias”.

“La reactivación ha sido positiva. Este es nuestro trabajo y definitivamente tenemos que tener estas oportunidades con mayor frecuencia para tener inyección económica”, sostuvo este artesano que notó positivo que solo en la inauguración los artesanos vendieron y para este jueves el comportamiento fue igual, así que cree que será igual hasta el domingo.

Nuñez recordó que como artesanos ofrecen precios módicos porque “sabemos que no es una necesidad, sino un lujo”. “Como artesana trato de mantener a mi clientela. Así que les digo a mis colegas que sepamos valorar y acoger al cliente que viene por nuestros productos”, recomendó.

La directora nacional de Artesanías del MiCultura informó que se maneja la expectativa de superar los $95 mil en ingresos que se generaron en la última Feria de Artesanía 2019, tras registrarse una asistencia de 30 mil personas.

Hasta el momento, Panamá cuenta con un promedio de 8 mil artesanos registrados. Tras la pandemia las cifras de nuevos artesanos aumentó porque las personas empezaron a desarrollar actividades de manualidades y artesanías, como método de ingreso. Algunos eran emprendimientos como hubo otros que lo hicieron para uso personal, explicó Peréz.

“Todos tienen derecho a optar por el carnet siempre y cuando la Dirección de Artesanía compruebe que la persona sabe hacer la artesanía y la domina”, rescató.

Las bisuterías, polleras, manualidades, el tallado de manera, la confección de tembleque y la orfebrería, siguen siendo los mercados con más desarrollo, tanto por nacionales como extranjeros.

Mientras que las tendencias o auges que más se ven hoy en día, según la directora nacional de Artesanías del Micultura, es la confección de polleras como la pollera congo.

Ser parte del mercado de la artesanía no parece ser una tarea fácil. De acuerdo con Núñez y Castro mantenerse es una “lucha” porque cada carrera tiene sus momentos buenos como malos. Reconocen que todo se trata de seguir adelante, preservar y ponerle amor a lo que se hace, que, en este caso, son artesanía de calidad. Sin perder de vista la innovación.

En su recorrido de 30 años, Castro contó que ha aprendido a cambiar de artesanías, según las exigencias que requieren las competencias, ya que siempre busca mejorar la calidad de su trabajo. Sin embargo, dijo que siempre trata de conservar elementos tradicionales, como la confección de tembleques.

“Siento que el mercado de la artesanía ha evolucionado en cuanto a los insumos porque siempre llega algo novedoso, pero las técnicas tradicionales se han mantenido, como son la fibra, la madera, la confección de la pollera y las manualidades”, subrayó.

Núñez, quien también lleva toda una vida confeccionando, mencionó que siempre se ha destacado por la creación de artesanías con productos basados en fibras. Pero su fuerte “es innovar” porque así lo demandan los clientes, que cada día buscan nuevas cosas. Exhortó a todos los artesanos a crear sus propias parcelas de fibras para que puedan seguir sobreviviendo a este trabajo basado en materia prima.

Para estos dos artesanos es importante siempre inculcar a la población el valor que hacen el trabajo de la artesanía, así como la continua enseñanza para que los niños sigan salvaguardando la identidad panameña.