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- 26/04/2023 09:39
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La Cámara Baja de EE.UU., bajo el control de los republicanos, podría comenzar a votar en la próximas horas un plan de los conservadores liderados por Kevin McCarthy, para subir el techo de deuda a cambio de amplios recortes al gasto público, una iniciativa que la Casa Blanca ya ha dicho que vetará.
El plan llega después de semanas de reproches cruzados entre McCarthy y el presidente estadounidense, Joe Biden, por la falta de disposición de la que se acusan mutuamente para negociar un aumento del límite al dinero que el país puede pedir prestado legalmente, que se alcanzó en enero.
El impás amenaza con abocar EE.UU. a un histórico impago de su deuda nacional si el Congreso no es capaz de sacar adelante una suspensión o un aumento de la cifra en las próximas semanas.
Y, con todo, no es la primera vez que la primera economía del mundo se asoma al abismo del impago.
Una de las más sonadas, en 2011, se saldó con la mayor incertidumbre en los mercados financieros desde la crisis de 2008, y provocó un aumento de $1,300 millones en los gastos de financiación para ese año, según la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense (GAO, en inglés).
El acuerdo de entonces llegó dos días antes de que el país incurriera en un impago de la deuda, lo que llevó a la agencia de riesgo Standard and Poor’s (S&P Global) a rebajar la calificación crediticia del país desde "AAA" a "AA+".
En ese momento, con Barack Obama como presidente, la Cámara Baja, controlada también por los republicanos, se negó a subir el límite hasta que el demócrata accedió a aprobar una serie de restricciones al gasto público que han estado vigentes hasta hace poco.
El plan de McCarthy para aprobar un aumento del techo de deuda también contempla una serie de recortes al gasto público, aunque no especificar todos los programas o agencias que tendrían que ver su presupuesto reducido.
En concreto, el proyecto incluye un aumento del límite de la deuda de $1.5 billones l tiempo que propone recortes por valor de 4.5 billones.
Entre los recortes se encuentran varias iniciativas para incentivar la compra de vehículos eléctricos y la transición hacia energías renovables, dos de los puntos clave del gran paquete de gasto que los demócratas aprobaron el pasado verano, conocido como Ley de Reducción de la Inflación.
Además, propone acabar con programas estrella de Biden, como la cancelación de la deuda estudiantil, al tiempo que endurece las condiciones para acceder a recursos de ayuda sanitaria y alimentaria, entre otras medidas.
Más allá de la oposición de la Casa Blanca, el plan de McCarthy tiene pocos visos de prosperar en el Senado, donde los progresistas son mayoría, y eso si consigue salir adelante en la propia Cámara de Representantes.
Y es que algunos legisladores republicanos han dejado claro que no apoyarán la medida tal y como está redactada, una situación que complica los planes de McCarthy ya que el margen que su partido ostenta en la cámara es de apenas nueve escaños.
La medida del límite de deuda fue instaurada en 1917 en Estados Unidos para dejar de tener que aprobar cada petición de gasto del Tesoro durante la Primera Guerra Mundial, sin perder de vista el tamaño de la deuda.
Según resalta el centro de pensamiento Brookings, ningún otro país del mundo, salvo Dinamarca, tiene una regla separada que limita la deuda, algo que para ese laboratorio de ideas demuestra la "inutilidad" de la medida.
Muchos medios avisan que incurrir en un impago de la deuda podría llevar a Estados Unidos a sufrir una recesión inmediata. Desde la década de 1970, el Congreso estadounidense ha aprobado al menos en 78 ocasiones aumentar o suspender el techo de deuda.
En enero, cuando se alcanzó la actual cifra —de $31.4 billones— el Departamento del Tesoro aprobó una serie de "medidas extraordinarias" para retrasar el riesgo de impago. Está previsto que estas herramientas financieras expiren el 5 de junio.