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Panamá se prepara para hacer frente a La Niña, tras el impacto de la sequía que afectó el Canal
- 21/07/2024 01:00
- 20/07/2024 17:22
Panamá se está preparando para hacer frente a las posibles inundaciones que va a generar la llegada del fenómeno de La Niña al país, tras el impacto de la sequía y el fenómeno de El Niño que afectó el tránsito de buques por el Canal de Panamá, vía acuática por la que pasa más del 6% del comercio mundial.
“Según los pronósticos, va a caer agua en los próximos tres meses y bastante. Así que debemos estar preparados. Le pedí a todos los ministros, al Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) y al Despacho de la Primera Dama, que se preparen ante un potencial aumento de damnificados por este tema”, dijo el presidente de la República de Panamá, José Raúl Mulino, en conferencia de prensa.
Mulino reconoció que, si bien el país no puede hacer nada para evitar las lluvias, no hay excusas para no estar preparados. “Estamos buscando que nuestra capacidad de respuesta vaya acorde a los pronósticos que den los meteorólogos”, remarcó.
Datos del Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (IMHPA) aseguran que, en agosto, el país espera que los valores de lluvia estén “arriba de lo normal” en Chiriquí (Tierras Bajas), Comarca Ngäbe Buglé, Centro y Sur de Veraguas, Herrera, Los Santos, Sur de Coclé, Panamá Este, Comarca Guna Yala y Darién. Se prevé un comportamiento normal con tendencia abajo en Norte de Veraguas, Panamá Oeste, Panamá (Centro), Norte de Coclé y Costa Abajo de Colón. Para el resto del país se prevé un comportamiento propio de la temporada.
Para septiembre, se espera que el comportamiento de la lluvia sea “normal, propio de la temporada”, en gran parte del territorio nacional. “Sin embargo, no se descarta que para la región Occidental del país los valores de lluvia tengan un comportamiento normal con tendencia hacia abajo. Mientras que hacia la región del Centro del país (Panamá Oeste, Panamá y Colón) se dé un comportamiento normal con tendencia arriba de lo normal”, apuntó.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalan que la agricultura y sus subsectores absorben el 23% de las pérdidas económicas causadas por este tipo de eventos. “En nuestra región, esto representa una pérdida promedio de 975 calorías per cápita al día, lo que se traduce en una consecuencia directa en la seguridad alimentaria de la población”, alegó el organismo en un comunicado.
La Zona de América Latina y el Caribe (ALC) retiene el 53% de las pérdidas económicas mundiales por desastres naturales, comentó Nahuel Arenas, jefe de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres. (Undrr).
“Entre 1997 y 2017, seis de los diez países con mayores pérdidas económicas, relativas al producto interno bruto (PIB), por desastres naturales se encontraron en ALC”, expresó, durante un foro realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La vulnerabilidad de la región queda evidenciada cuando se muestra que, en 2017, el huracán María generó daños y pérdidas al PIB de Dominica, por un monto que ascendió al 226%.
“ALC es la segunda región con mayores pérdidas en infraestructura educativa y la tercera en el área de salud, y estas pérdidas ocurren en una zona con espacio fiscal reducido, lo que les imposibilita invertir en adaptación y resiliencia climática”, dijo Arenas.
En estos momentos, América Central ha iniciado un proceso de transición entre el Fenómeno de El Niño y de La Niña. “El Fenómeno del Niño ya llegó a su fin y estamos en un claro proceso de transición en donde el Pacífico Occidental tiene componentes de anomalías cálidas muy ligeras (entre 0.5 °C), mientras que el Pacífico Central y el Ecuatorial Oriental ya empiezan a ver signos de enfriamiento”, expresó Rodney Martínez, representante de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.
Las palabras de Martínez tuvieron lugar durante el Webinar: El Fenómeno de la Niña en Centroamérica, realizado el 4 de julio, por la Unión Europea.
Desde la OMM señalaron que todavía no se han dado las condiciones para que la región esté atravesando por el Fenómeno de la Niña, con un 50% de probabilidades de que este fenómeno azote la región, entre julio y agosto. Una probabilidad que aumenta al 60% entre agosto y septiembre y para noviembre, al 70%.
Maximiliano Campos, secretario Ejecutivo del Comité Regional de Recursos Hidráulicos adelantó, durante el encuentro, que el Fenómeno de la Niña siempre ha sido particularmente duro con América Central y, en esta ocasión, no será la excepción. “Lo que se nos viene es particularmente serio y tenemos que irnos preparando”, analizó, haciendo referencia al aumento de huracanes y tormentas en la zona, como Alberto, Beryl y Chris.
“La temporada de lluvias será más intensa de lo normal en el Pacífico de la zona norte de Centroamérica, como lo vemos en Costa Rica y Panamá”, analizó.
En medio de esta realidad, Álvaro de Vicente, de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO), mencionó que, si se analiza la financiación humanitaria que ha dado Echo a la región, se puede determinar que esta ha sido mayor, en los años en los cuales el Fenómeno de la Niña ha estado presente, debido al aumento de huracanes y tormentas que ocasiona.
En 1998, Echo destinó 16.000.000 de euros ($17.422.643) en ayuda humanitaria para enfrentar huracanes y tormentas, siendo el año que más dinero utilizó. En épocas recientes, para 2020 se utilizaron cerca de 11.000.000 de euros ($11.978.067) para esto. Mientras que, en 2023, la cifra fue cercana a los 2.000.000 de euros ($2.177.830).
De Vicente destacó que, para este 2024, es importante que los países de la zona estén coordinados en el desarrollo de información meteorológica. “Esto permitirá a los países tener buenos estándares de respuesta que permitan una atención integral de los posibles afectados”, exclamó.
Claudia Herrera, del Centro Copernicus LAC en Panamá, señaló que en la región la temperatura de los océanos y la atmósfera, más el deterioro de los manglares y arrecifes hacen que seamos vulnerables al impacto de los fenómenos climáticos.
El impacto de la sequía y el fenómeno de El Niño llevó a reducir las operaciones del Canal de Panamá, con tal de garantizar el suministro de agua a la población.
El Canal presta servicio a más de 180 rutas marítimas conectando 170 países y llegando a unos 1.920 puertos de todo el mundo.
A finales de 2023, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) informó que iba a tener que reducir en 2,9% el aporte que le da a las arcas del Estado, $2,544.6 millones en 2023, a $2,470.8 millones, para este año.
“A partir de enero, hemos hecho un programa de tránsito diferente al programa tradicional, que nos ha permitido normalizar el precio del tránsito”, analizó Ricauter Vásquez, administrador de la ACP, quien destacó que han cumplido a cabalidad con el número máximo de buques posibles, con base en el calado.
Se ha compensado parte de la pérdida de ingresos con reducción en los gastos operativos, lo que ha permitido mantener las utilidades del Canal y los excedentes que se le dan al Estado, resaltó Vázquez y espera un aporte cerca de $2.6 mil millones. Esta compensación se debe al aumento progresivo del calado que la ruta interoceánica está registrando en épocas recientes, por la llegada de las lluvias.
La semana pasada la ACP confirmó que para el cierre del año fiscal 2024, el Canal de Panamá aportará directamente $2,471 millones al Tesoro Nacional, y que prevé aumentar esta cifra para el año fiscal 2025, alcanzando los $2,789 millones en aportes directos.
“Estas estimaciones financieras se basan en las proyecciones de recuperación de los aportes hídricos a los lagos Gatún y Alhajuela, esenciales para asegurar el consumo de agua potable de la población y la operación óptima de la vía acuática”, dijo la ACP al presentar ante el Consejo de Gabinete, los detalles de su presupuesto para el cierre del año fiscal 2024 y las proyecciones para el año fiscal 2025, destacando su contribución vital al Tesoro Nacional y su compromiso con la sostenibilidad y eficiencia operativa.
Los ingresos totales estimados para el año fiscal 2025 ascienden a $5,624 millones, siendo la mayor parte de estos ingresos generados por los peajes, proyectados en $4,139 millones. Estas cifras subrayan la importancia económica del Canal a nivel global, como una ruta marítima esencial que conecta continentes, facilita el comercio internacional y representa una pieza clave para el desarrollo socioeconómico del país, reflejando su continua relevancia como motor financiero nacional.
“Este es el presupuesto del año fiscal 2025, que inicia a partir del 1 de octubre del 2024, al 30 de septiembre de 2025. Aquí se contemplan las estimaciones económicas que require el Canal de Panamá para todas las labores de mantenimiento, operación, proyectos de inversion, con base en nuestros ingresos y los servicios maritimos que ofrecemos, por lo que estamos complacidos que haya sido aprobado por el Gabinete” , declaró la subadministradora Ilya Espino de Marotta, tras la sustentación.