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- 10/03/2024 00:00
- 09/03/2024 11:40
América Latina es la región en donde más mujeres se animan a emprender un negocio, reveló el Informe Global de Monitoreo del Emprendimiento 2023/2023, desarrollado por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) y publicado a mediados de febrero.
Se trata de una zona en la que un tercio de las mujeres, en un promedio de edad de 18 a 64 años, deciden iniciar un negocio. Es por esto, que la lista de los 10 países con mayor porcentaje de mujeres que emprenden un nuevo negocio, está ampliamente ocupada por países latinos: Ecuador (33,4%), Chile (30,2%), Guatemala (28,8%), Panamá (28,5%), Colombia (26,1%), Tailandia (24,5%), Uruguay (23,9%), Arabia Saudita (23%), Venezuela (21,4%), Puerto Rico (20%) y México (16,1%).
La situación cambia cuando se mide la proporcionalidad, dado que solo hay cinco naciones en el mundo en donde el porcentaje de mujeres que comienzan un nuevo negocio es proporcional al de los hombres que lo hacen: China, Colombia, Ecuador, Tailandia y Lituania.
Otro punto llamativo es el de la cantidad de mujeres que son propietarias de una empresa establecida. Solo Israel posee un porcentaje igual de hombres y mujeres que tienen una empresa de este tipo.
Es importante destacar que la lista de los países con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras está conformada por naciones de ingresos medios (con un Producto Interno Bruto per cápita que va de entre los $25.000 a $50.000) y bajos (con un Producto Interno Bruto per cápita que es menor a los $25.000), siendo Arabia Saudita el único caso de un país con ingresos altos (con un Producto Interno Bruto per cápita que es mayor a los $50.000).
Según GEM, “el análisis muestra que algunas economías pueden crear un entorno desafiante para las mujeres empresarias”, dado que el porcentaje de mujeres que lideran empresas consolidas es “particularmente bajo” y, en el caso de América Latina, se trata de zonas que por su nivel de pobreza y barreras culturales hacen difícil que el emprendimiento femenino aumente.
El estudio “Economía y poder: desigualdades de género en los hogares panameños”, publicado por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP-Panamá (Cieps), en el año 2023, apuntó a que muchas de las desigualdades laborales que hay en Panamá tiene su origen dentro del hogar.
La investigación, que se sustenta en los datos obtenidos en la III Encuesta de Ciudadanía y Derechos, emitida por la Cieps, asegura que el 70% de las mujeres en Panamá asumen “ellas mismas” la mayor parte de los cuidados en el hogar, sin importar si se dedican o no a una labor remunerada.
“Más del 50% de los hombres delegan en mujeres los cuidados del hogar”, comentó la antropóloga Eugenia Rodríguez, cocreadora del estudio, durante un evento, esta semana.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec), para el 2020, el 98% de las personas que no buscan trabajo por atender responsabilidades de cuidado son mujeres y, según la única encuesta de Uso del Tiempo que el Inec ha realizado (2011), las mujeres dedican más del doble del tiempo a efectuar tareas domésticas no remuneradas (29 horas/semana, frente a 13 horas/semana, en el caso de los hombres).
La encuesta de uso de tiempo resaltó que ocho de cada diez personas que dedican cero horas a actividades culinarias en el hogar son hombres y que, en el caso de las personas casadas, el número se incrementa a nueve de cada diez.
“Otro punto que nos llamó la atención fue que el nivel de dependencia económica de las mujeres se incrementa significativamente cuando se unen a una pareja”, relató Rodríguez, pasando del 44% al 61%. Mientras que, en el caso de los hombres, se reduce del 28% al 14%, según el estudio del Cieps.
Estos niveles de dependencia hacen que, al momento de enfrentar dificultades económicas hay una forma de actuar muy distinta entre hombres y mujeres, en Panamá.
La mayor parte de los hombres sin empleo remunerado (68,4%) deciden buscar un empleo. En caso de la mujeres sin trabajo remunerado, la gran parte opta por apoyarse en algún familiar (74,6%).
La situación se iguala al momento de hablar con personas que sí tienen trabajo, dado que tanto hombres (85,7%), como mujeres (80,4%) deciden apostar por solicitar un aumento salarial o un nuevo empleo.
“Las mujeres sin trabajo remunerado generan mayor dependencia en las redes sociales de proximidad, especialmente, las familiares”, concluyó Rodríguez.