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- 12/09/2016 02:00
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La economía panameña ha experimentado en los últimos 20 años, una interesante evolución de los principales indicadores macroeconómicos de producción agregada de bienes y servicios (PIB), formación bruta de capital fijo (inversión) y la tasa de desocupación de la mano de obra (desempleo).
El comportamiento de estos indicadores se alinea con los supuestos de los modelos tradicionales de crecimiento económico, que postulan que el crecimiento del PIB se explica o se determina por la acumulación de capital (inversión), por el aumento del empleo y por la productividad o eficiencia con la cual esos factores se interrelacionan durante los procesos de producción. En ese contexto, se espera que cuando la inversión aumenta (nuevos o mayores proyectos empresariales, de infraestructura pública y/o privada, reinversión de utilidades, modernización de procesos dentro de organizaciones y/o empresas ya existentes), se generan nuevas plazas de trabajo para atender las actividades requeridas y consecuentemente aumenta el PIB. El gráfico 1 muestra la evolución del PIB, la inversión y la tasa de desempleo para los últimos 20 años en Panamá.
Para el primer período (95-02), la inversión fue significativamente alta, situándose en torno al 25% del PIB hasta el año 1999, cifra que supera el mismo indicador para países desarrollados como USA y Alemania, que invierten aproximadamente 20% de su PIB al año. Esta fuerte inversión en el período señalado, contribuyó a que el PIB creciera a tasas que alcanzaron el 7% interanual, en tanto que el desempleo se redujo del 14% al 12% hasta 1999, para luego volver aumentar según las cifras que se muestran en el gráfico.
Pasado el año 1999 y hasta el 2003, la tasa de inversión disminuyó y se mantuvo por debajo de un 20% del PIB, y aunque estando a niveles relativamente aceptables en comparación con economías avanzadas, los efectos de un menor crecimiento del PIB y el nuevo incremento en el desempleo fueron evidenciados durante ese período.
A partir del año 2004, el crecimiento económico vuelve a recuperarse, mostrando seguidamente un fuerte crecimiento de la inversión, alcanzando e incluso superando los niveles registrados a finales de los 90's. Este proceso sistemático de acumulación de capital (inversión), fue propicio para que los niveles de desempleo disminuyeran rápidamente y el crecimiento del PIB fuera significativamente alto, con excepción del año 2009 cuando el crecimiento de la actividad económica a nivel mundial fue afectado por los efectos de la crisis originada en el sistema financiero de EE.UU..
Este análisis muestra que, aunque el aprovechamiento de las oportunidades que ha tenido el país ha sido bastante cíclico, la brecha del desempleo se ha podido cerrar, y el crecimiento del PIB a tasas incluso de dos dígitos dejó de ser un anhelo, para convertirse en una realidad que fue experimentada y que ha traído múltiples beneficios para el país en general. Sin embargo, la gran interrogante es si podemos como país mantener los niveles de inversión de los últimos años para que el desempleo siga siendo bajo y el PIB pueda seguir creciendo sostenidamente.
La respuesta a esa interrogante va más allá de la mera voluntad o disposición que tengan los diferentes actores económicos del país, y es porque se requiere de políticas y/o acciones muy atinadas que contribuyan al aumento de la productividad, único factor de producción que a diferencia del empleo y la inversión puede incrementarse sin barreras físicas o limitantes estructurales que normalmente obstaculizan la acumulación de capital e impiden llevar el desempleo más allá de su nivel pleno. Siguiendo seis puntos:
1- Capacitación del capital humano: debido a que la mano de obra es limitada y los niveles de desempleo están relativamente bajos, los trabajadores deben ser más eficientes y productivos. Trabajadores mejor calificados tienen un efecto positivo en la productividad y en la generación y absorción de nuevas ideas, lo que promueve el mejoramiento tecnológico en el largo plazo.
2- Apertura comercial: son diversos los beneficios que se pueden obtener del comercio internacional, desde la mejora en los ingresos del país (cuenta corriente) hasta la adquisición o conocimiento de nuevas tecnologías de producción que pueden aplicarse para obtener mejores resultados.
Además, brinda la posibilidad de obtener bienes intermedios a menor costo. Para una economía pequeña como Panamá, las exportaciones son uno de los principales motores del crecimiento económico, obligándonos a su vez a ser más competitivos.
3- Desarrollo y apertura financiera: en el caso de Panamá, éste punto ha sido una de las principales fortalezas de la economía. Sin embargo, por los distintos acontecimientos (inclusión en listas grises, escándalos internacionales vinculados a empresas locales), es necesario mantener la fortaleza del sistema financiero mediante regulaciones prudentes y oportunas, además de aprovechar la coyuntura para mostrar al mundo las bondades y realidades de un centro financiero que está integrado al resto del mundo.
Economista
"AUNQUE EL APROVECHAMIENTO DE LAS OPORTUNIDADES QUE HA TENIDO EL PAÍS HA SIDO BASTANTE CÍCLICO, LA BRECHA DEL DESEMPLEO SE HA PODIDO CERRAR, Y EL CRECIMIENTO DEL PIB A TASAS INCLUSO DE DOS DÍGITOS DEJÓ DE SER UN ANHELO, PARA CONVERTIRSE EN UNA REALIDAD"
4- Gasto público: el efecto de este indicador es ambiguo, ya que podría desplazar las actividades del sector privado crowding out ocasionando una pérdida de la libertad económica en detrimento del crecimiento del PIB. Sin embargo, hay que destacar que el sector público debe liderar las inversiones en aspectos como salud, educación básica, desarrollo de infraestructura para la provisión de servicios básicos, los que son necesarios para generar igualdad de oportunidades a la población e incrementar su productividad.
5- Estabilidad macroeconómica: ésta ha sido un fundamento de la economía panameña, basada en el desarrollo y aplicación de políticas macroeconómicas mayoritariamente acertadas, mitigando los ciclos recesivos y contribuyendo a la buena formación de expectativas en los agentes económicos, para que lleven a cabo sus actividades de inversión y consumo, fundamentales para la actividad económica.
6- Calidad Institucional: es insoslayable el hecho de que las instituciones en Panamá no operan óptimamente. Por tal motivo, y en el convencimiento de que se requiere un desarrollo institucional integral para lograr mejores resultados de crecimiento económico, el norte que debe trazarse es logar mayor efectividad y eficiencia, con reglas claras en toda la estructura institucional, principalmente del sector público, lo cual contribuirá a la creación de un ambiente favorable para los negocios y la inversión, además de fomentar la competencia y eliminar indeseadas distorsiones económicas.
ECONOMISTA DEL CNC