OIT: Desigualdad salarial mundial disminuye, pero persisten las diferencias regionales

Actualizado
  • 01/12/2024 00:00
Creado
  • 30/11/2024 17:45
A pesar de que el crecimiento del salario medio real mundial ha comenzado a aumentar de nuevo a medida que la inflación disminuye progresivamente, persisten altos niveles de desigualdad salarial, lo que la convierte en una cuestión política apremiante. Las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de estar entre los peor pagados

La reducción de las desigualdades y la pobreza es un reto importante en el camino hacia la justicia social. Los ingresos del trabajo son la principal, si no la única, fuente de ingresos para la mayoría de las familias en las regiones del mundo.

El Informe sobre salarios mundiales 2024-25: ¿Está disminuyendo la desigualdad salarial en el mundo? ofrece una visión detallada de las tendencias salariales en todo el mundo y en diferentes regiones, destacando los cambios en la desigualdad salarial y el crecimiento real de los salarios.

Explora los principales desafíos que enfrentan los trabajadores a nivel mundial y arroja luz sobre los patrones de las diferencias de ingresos entre los países y dentro de ellos.

En general, el informe de la OIT revela que “la desigualdad salarial ha disminuido en cerca de dos tercios de todos los países desde 2000”. Pero, “a pesar de esta tendencia positiva, persisten diferencias salariales significativas en todo el mundo”.

Señala que desde comienzos de la década del 2000, en promedio, la desigualdad salarial, que compara los salarios de los asalariados altos y bajos, disminuyó en muchos países a una tasa promedio que osciló entre 0,5 y 1,7 % anual, dependiendo de la medida utilizada. Los descensos más significativos se produjeron en los países de renta baja, donde la disminución media anual osciló entre el 3,2 % y el 9,6 % en las dos últimas décadas.

De acuerdo con la OIT, la desigualdad salarial está disminuyendo a un ritmo más lento en los países más ricos, reduciéndose anualmente entre un 0,3 y un 1,3 % en los países de renta media-alta, y entre un 0,3 y un 0,7 % en los países de renta alta. Además, aunque la desigualdad salarial se redujo en general, los descensos fueron más significativos entre los trabajadores asalariados del extremo superior de la escala salarial.

Persisten las diferencias regionales salariales

El informe también concluye que los salarios mundiales han crecido más rápidamente que la inflación en los últimos tiempos. En 2023, los salarios reales mundiales crecieron un 1,8 %, y las previsiones alcanzan un crecimiento del 2,7% para 2024, el mayor aumento en más de 15 años. De acuerdo con la OIT, estos resultados positivos suponen una notable recuperación si se comparan con el crecimiento negativo de los salarios mundiales, del -0,9 %, observado en 2022, un periodo en el que las elevadas tasas de inflación superaron el crecimiento de los salarios nominales.

Sin embargo, según el informe, el crecimiento salarial ha sido desigual entre regiones, y las economías emergentes han experimentado un crecimiento más fuerte que las economías avanzadas. Mientras que las economías avanzadas del G20 registraron un descenso de los salarios reales durante dos años consecutivos (-2,8 % en 2022 y -0,5 % en 2023), el crecimiento de los salarios reales se mantuvo positivo durante ambos años en las economías emergentes del G20 (1,8 % en 2022 y 6,0 % en 2023).

Los patrones regionales de crecimiento salarial variaron considerablemente. Según el informe, los trabajadores asalariados de Asia y el Pacífico, Asia Central y Occidental y Europa del Este experimentaron sus aumentos salariales reales a un ritmo más rápido que los de otras partes del mundo.

“El retorno al crecimiento de los salarios reales es un avance positivo”, dijo el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, al presentar el nuevo informe en una conferencia virtual, el pasado jueves, 28 de noviembre.

Sin embargo, “no debemos olvidar que millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del costo de la vida que ha erosionado sus niveles de vida, y que las disparidades salariales entre y dentro de los países siguen siendo inaceptablemente elevadas”, expresó.

La reducción progresiva de la inflación comenzó en 2023 y se prevé que será más pronunciada en 2024. Los datos preliminares de los dos primeros trimestres del año indican que el crecimiento mundial de los salarios reales registró un aumento del 2,7 % en 2024, la mayor ganancia en más de 15 años.

Persistencia de la desigualdad salarial

La OIT señala que a pesar de los recientes avances, los altos niveles de desigualdad salarial siguen siendo un problema acuciante. El informe muestra que, a nivel mundial, el 10 % de los trabajadores peor pagados ganan sólo el 0,5 % de la masa salarial mundial, mientras que el 10 % mejor pagado gana casi el 38 % de esta masa salarial. La desigualdad salarial es mayor en los países de renta baja, donde cerca del 22 % de los trabajadores asalariados están clasificados como mal pagados.

Las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de estar entre los peor pagados. Este hallazgo refuerza la necesidad de acciones específicas para cerrar las brechas salariales y de empleo y garantizar salarios justos para todos los trabajadores asalariados.

La desigualdad salarial es relevante en todos los países y regiones, dijo la OIT. Sin embargo, a escala mundial, uno de cada tres trabajadores es un trabajador no asalariado. En la mayoría de los países de renta baja y media, la mayoría son trabajadores autónomos, que sólo encuentran oportunidades para ganarse la vida en la economía informal.

Por este motivo, el informe amplía su análisis para incluir a los autónomos en el caso de los países de renta baja y media. Como resultado, la desigualdad medida de los ingresos laborales aumenta significativamente en estas regiones, en comparación con la que se mide basándose únicamente en los salarios de los trabajadores asalariados.

“Las estrategias nacionales para reducir las desigualdades requieren el fortalecimiento de las políticas e instituciones salariales”, afirma Giulia De Lazzari, economista de la OIT y una de las principales autoras del informe. Pero igualmente, añadió, “es importante diseñar políticas que promuevan la productividad, el trabajo decente y la formalización de la economía informal”.

Muestra

La OIT analiza la proporción de trabajadores con salarios bajos en 82 países seleccionados de diferentes latitudes (en conjunto representan alrededor del 76 % de la población mundial de asalariados), organizados por sus respectivos grupos de ingresos nacionales: ingreso alto, medio alto, ingreso mediano bajos y de bajos ingresos. Las muestra se hizo con base en datos del último año disponible (alrededor de 2021) y no se incluyó a Panamá.

Dentro de cada uno de los cuatro grupos de ingresos de países, hay una considerable variación entre los países en lo que respecta a la proporción de sus trabajadores asalariados que son bajos salarios. Por ejemplo, entre los países de renta media y media alta -los dos grupos de ingresos que presentan la mayor variabilidad entre los países- las estimaciones oscilan entre el 3,4 % (Vietnam) y el 27,8% (Timor Oriental), y entre el 0 % (Bulgaria) y el 28,8 % (Namibia), respectivamente. Entre los países de bajos ingresos también hay variaciones en la proporción de trabajadores asalariados que reciben salarios bajos, pero la mayoría de los países de este grupo superan el 20 %; Etiopía, Malawi y el Chad muestran que más del 25 % de sus asalariados reciben menos del 50 % del salario medio.

En los países de ingresos altos, la proporción de trabajadores asalariados con salarios bajos oscila entre el 0 % prácticamente en Portugal y el 9,3 % en los Estados Unidos y el 10,2 % en Estonia. Es interesante observar que, entre el grupo de 30 países de renta alta presentados, 19 son Estados miembros de la UE con un salario mínimo legal y, por tanto, países en los que se aplica el artículo 5 de la nueva directiva de la UE sobre salarios mínimos (Directiva 2022/2041).

Esta directiva exige que esos Estados miembro establezcan los procedimientos necesarios para fijar los salarios mínimos de acuerdo con determinados criterios, entre ellos el de que el salario mínimo alcance el 50 % del salario medio bruto o el 60 % del salario mediano.

Reforzar las políticas salariales para reducir la desigualdad

Por último, el estudio hizo hincapié en la necesidad de políticas específicas para fomentar un crecimiento económico integrador. El informe concluye que la reducción de la desigualdad salarial requiere tanto políticas salariales sólidas como un apoyo estructural al crecimiento equitativo. Abordando estos retos, los países pueden realizar progresos reales hacia la reducción de las diferencias salariales y la promoción de un crecimiento económico justo y sostenible para los trabajadores de todo el mundo.

Las principales recomendaciones de la OIT son:
Sugerencias
Fijar los salarios a través de la negociación colectiva o de sistemas de salario mínimo acordados entre gobiernos, trabajadores y empresarios.
Gilbert F. Houngbo
Director genera de la OIT
El retorno al crecimiento de los salarios reales es un avance positivo ... no debemos olvidar que millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del costo de la vida ...”
Giulia De Lazzari
Economista de la OIT y una de las principales autoras del informe
Las estrategias nacionales para reducir las desigualdades requieren el fortalecimiento de las políticas e instituciones salariales”
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