El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 09/10/2016 02:00
- 09/10/2016 02:00
SAN DIEGO – Los medios tienen que ofrecer un mea culpa. En nombre de mis colegas, me gustaría disculparme por haber quebrado esta elección.
Lo hicimos de la siguiente manera:
—Donald Trump se convirtió en una obsesión. Ese hecho se puso de manifiesto recientemente en el debate vicepresidencial, la semana pasada, en que la moderadora, Elaine Quijano, de CBS, lanzó preguntas mucho más difíciles al republicano Mike Pence, que al demócrata Tim Kaine.
Quijano apuntó a declaraciones pasadas de Trump y—como Kaine—exigió saber si Pence las defendía. El New York Times señaló: ‘Elaine Quijano, la moderadora, ayudó a Mr. Kaine, iniciando una pregunta con una recitación de las declaraciones de Mr. Trump'.
Quijano también desvió la conversación del escándalo de los emails de Hillary Clinton y perdió por lo menos media docena de oportunidades de acribillar a preguntas a Kaine—por ejemplo, inquiriendo con cuál de las posiciones contradictorias de Clinton, con respecto al comercio, se sentía él más cómodo.
—Manipulamos las citas. El domingo, ABC News mandó un tweet indicando que el ex alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo lo siguiente sobre Trump en ‘This Week with George Stephanopoulos': ‘¿No cree que un hombre que tiene ese tipo de genialidad económica es mucho mejor para los Estados Unidos que una mujer?' El tweet omitía el resto: ‘... y lo único que ella jamás produjo es un montón de trabajo para que el FBI verifique su email.' Giuliani estaba enfatizando el escándalo de los emails de Clinton, no el hecho de que sea una mujer.
El mes pasado, CBS News le hizo un favor a Clinton al eliminar la palabra ‘frecuentemente' de la transmisión de una entrevista, en la que el ex presidente admitió que Hillary Clinton se desmayaba ‘frecuentemente' por deshidratarse; cuando se dio cuenta agregó que ella ‘rara vez' quedaba inconsciente.
—Preparamos la escena para esta pelea. Trump vs. Clinton ha sido una máquina de hacer dinero. Ochenta y cuatro millones de estadounidenses vieron el primer debate, generando toneladas de ingresos para las empresas mediáticas de radiotelevisión.
Los medios critican duramente a Trump en este momento, pero lo trataron con guante blanco durante las primarias, lo que lo ayudó a derrocar a 16 candidatos republicanos.
EL MES PASADO, CBS NEWS LE HIZO UN FAVOR A CLINTON AL ELIMINAR LA PALABRA ‘FRECUENTEMENTE' DE LA TRANSMISIÓN DE UNA ENTREVISTA...
En cuanto a Clinton, aunque se suponía que tenía más posibilidades de ser la candidata demócrata, no la perjudicó el hecho de que los medios en gran parte desecharan a Bernie Sanders—y en ese proceso se perdieran la revolución que él desencadenó.
En un momento, la esposa de Sanders, Jane, hasta se quejó de que los medios estaban exagerando injustamente los ataques de su esposo contra Clinton y minimizando los de Clinton contra Sanders.
—Tratamos de lograr objetivos contradictorios. Quisimos generar enormes ratings y obtener grandes ganancias al poner a Trump en el centro, mientras continuábamos nuestra santa tarea de convertir a los estadounidenses en buenas personas. Pero ahora nos conmociona que el apoyo a Trump esté convirtiendo a los estadounidenses en malas personas.
LOS REPORTEROS Y EDITORES DEL TIMES OBVIAMENTE NO PENSARON QUE SUS LECTORES SERÍAN SUFICIENTEMENTE LISTOS PARA NOTAR EL CAMBIO.
De pronto, hay estudiantes de secundaria blancos que usan la palabra ‘Trump' y cánticos como ‘construyan la muralla' para intimidar a compañeros hispanos. Esos son los peligros cuando los periodistas tratan de ser ingenieros sociales.
Mientras tanto, Clinton—a quien la mayoría de los estadounidenses considera ya deshonesta—trata la mentira como un arte y obliga a sus defensores a manipular los hechos para presentar ciertas narrativas.
—Finalmente, cambiamos de opinión como lo hacen los políticos. Tomemos como ejemplo el reciente viraje del New York Times con respecto a Ohio.
Ahora que parece que Trump va a la delantera en ese estado con la deserción de los obreros blancos demócratas, a quienes agrada su posición dura en inmigración y comercio, un reciente artículo del New York Times afirmó que Ohio está ‘repentinamente perdiendo importancia' porque el electorado es demasiado viejo, demasiado blanco y demasiado poco educado.
Pero unas semanas antes, el diario decía algo muy diferente sobre Ohio, pintándolo como ‘un estado indeciso esencial'. Los reporteros y editores del Times obviamente no pensaron que sus lectores serían suficientemente listos para notar el cambio.
No es de sorprender que una reciente encuesta de Gallup encontrara que sólo el 27% de los estadounidenses piensa que las normas éticas y de honestidad de los periodistas son ‘altas' o ‘muy altas'.
No es un resultado mucho mejor que el de los abogados, con un 21%. Para los miembros del Congreso esa cifra fue de un 8%.
Los medios perdieron la confianza de la población. Eso es lo que sucede cuando la gente se da cuenta de que las instituciones a las que recurría para hallar la verdad también llegan a tergiversarla.
THE WASHINGTON POST