La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 02/09/2019 02:00
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Aproximadamente dos meses antes de la entrada en vigencia de la Ley 1 de 2018 (20 de julio) que promueve el uso de bolsas reutilizables y prohíbe el uso de bolsas de polietileno para transportar mercancía en el comercio al por menor, reflexionaba acerca de la viabilidad para el comerciante al por menor de no entregar bolsas de ningún tipo al cliente. En ausencia de competencia resulta viable, pero bajo competencia no es tan clara la decisión, por la posibilidad de comprometer la lealtad de los clientes si no entrego bolsas y estos en siguientes ocasiones deciden visitar a otros comercios que sí ofrecen cómo transportar la mercancía. Cuando hay competencia en un mercado, la misma no se limita a competir en precios, puede ser en calidad de atención, por ejemplo, horario de atención, opciones para transportar la mercancía, etc.
Anteriormente hemos reflexionado en este espacio acerca de la libre competencia, aclarando que no es un fin en sí mismo, sino que generalmente es el mejor medio para alcanzar la eficiencia económica, necesaria en escenarios donde los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas. Un bien privado, como el aire que respiramos, por ejemplo, no requiere de una asignación eficiente a través de un proceso competitivo, es tan abundante en condiciones normales, que entregarlo a través de un proceso competitivo sale sobrando.
También hemos señalado que cuando una actividad económica está caracterizada por inversiones elevadas con un componente alto de costos fijos, y la demanda no es suficientemente grande, es preferible para lograr eficiencia productiva (producir al menor costo posible) que una sola empresa provea el servicio o producto. En estos casos, los costos medios de producción son menores si opera una sola empresa que si operan dos o más, dado que la curva de costos medios es decreciente a lo largo de la demanda existente. Curiosamente, en estos escenarios (por ejemplo, una red de transmisión o distribución eléctrica, la línea de ferrocarril transístmico) todavía hay espacio para que el proceso competitivo asegure la máxima eficiencia posible, a través de generar (licitación) un proceso competitivo por el mercado, en lugar de en el mercado. En estos casos la asignación debe ir acompañada de una regulación directa para evitar el abuso del monopolio asignado.
Cuando estén dadas las condiciones para promover la competencia, es necesario generar los incentivos a competir. Los oferentes en un mercado estarán incentivados a competir solo si hay más oferta que demanda y, los compradores intermedios competirán solo si la demanda de insumos es mayor a la oferta existente.
En un mercado en competencia, los incentivos a ser el mejor, solo se mantienen si el consumidor ejerce su deber de informarse y hacer uso correcto de esa información, consumiendo los productos o servicios que ofertan los empresarios más competitivos.
JEFE DEL DEPARTAMENTO DE ANÁLISIS Y ESTUDIOS DE MERCADO