La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 27/02/2021 00:00
- 27/02/2021 00:00
La rebaja a la calificación de Panamá a 'BBB-' por parte de la calificadora Fitch Ratings es una señal del desgaste de las finanzas públicas del país, debido al deterioro económico que ha causado la pandemia. Por otra parte, la reducción del PIB y la pérdida de ingresos del gobierno han provocado el aumento de la deuda pública.
Esta pandemia nos enseñó que no estamos preparados para responder a impactos económicos y eso se demostró con el espacio fiscal limitado que tenemos. La perspectiva negativa refleja los riesgos para la trayectoria de la deuda pública y la incertidumbre dada por los desafíos fiscales. Entre más demoremos en vacunar y reactivar la economía, más riesgos enfrentaremos para lograr la recuperación económica de Panamá.
El gobierno implementó un paquete de apoyo por un valor del 3% del PIB, que incluye gastos relacionados con la salud, transferencias de ingresos a la población vulnerable por medio de bonos, vales digitales y extensiones de plazos para los pagos de los impuestos. Una de las cosas que nos juega en contra es que en lugar de reducir el apoyo fiscal, el gobierno planea reasignar partidas de gastos. Con este panorama nos enfrentamos a debilidades que alejan al gobierno de alcanzar los objetivos fiscales en 2022.
El crecimiento de los ingresos del gobierno ha estado persistentemente por debajo del crecimiento de la actividad económica, a pesar del aumento de ingresos de la expansión del Canal de Panamá.
Para los que en 2014 me decían que era imposible que Panamá entrara en crisis porque teníamos el Canal, pues hemos visto que de nada nos sirve tener una joya como esta si no sabemos administrar las finanzas del país. La realidad es que con todo lo que tenemos, debimos haberlo hecho mucho mejor.
Para subir nuevamente nuestra calificación, tendremos que movilizar los ingresos, pero esto será todo un desafío.
Por otro lado, en palabras simples, si no manejamos bien las finanzas del país podemos enfrentarnos al posible aumento del Itbms, ya que Panamá tiene una de las tasas de impuestos más bajas de la región. De seguir en el mismo escenario, lo más probable es que quieran subir los impuestos para cubrir el déficit, lo que es algo sumamente preocupante y sería una mala noticia para los panameños.
Este déficit también lo vemos reflejado en la pérdida de ingresos del sector privado en 2020, la cual lleva a una menor rentabilidad este año que terminará por afectar la recaudación del impuesto sobre la renta, mientras que el aumento del desempleo también desembocará en ello. Sumémosle a esto la cantidad de microempresas que se han visto en la necesidad de cerrar sus puertas, es decir, generando menos ingresos para el Estado.
Por otro lado, tenemos los riesgos relacionados con los pasivos por pensiones que se han convertido en un desafío clave para las perspectivas fiscales a mediano plazo.
Por otra parte, el sistema de pensiones de Panamá está entrando en un déficit de efectivo y se espera que las reservas se agoten en 2025, según las últimas estimaciones.
La liquidez del sistema bancario es sólida ya que las restricciones de movilidad llevaron a un menor consumo, mayores depósitos y menores préstamos. El crédito interno se contrajo un 1,8% interanual en 2020 (a noviembre de 2020, último dato disponible), mientras que los depósitos aumentaron un 9,9% en el mismo periodo. Sin embargo, la rentabilidad seguirá afectada por la contracción del crédito.
La Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) autorizó a las instituciones financieras a modificar las condiciones de los préstamos sin considerarlas como reestructuradas hasta el 30 de junio de 2021, lo que ha reducido el impacto en las métricas de calidad de activos reportadas a través de la pandemia. En este punto, cabe mencionar que una moratoria luego de este periodo no es recomendable con esta calificación que ya hemos recibido.
Las calificaciones de Panamá están respaldadas por su alto ingreso per cápita, fruto de un historial de desempeño macroeconómico sólido y estable que explota una ubicación y un activo estratégico por el Canal de Panamá.
Pero, ¿cómo nos afecta que nos hayan bajado la calificación? Los mercados internacionales tasan el riesgo que representa Panamá para invertir, es decir, que para pedir préstamos nos costará más dinero y ahora nos veremos menos atractivos para los inversionistas extranjeros que tenían a Panamá en la mira como una posible oportunidad para invertir. En conclusión, hemos puesto en riesgo el modelo económico más importante de nuestro país.
Todo el mundo habla de que nos bajaron la calificación como cuando bajamos las notas en la escuela. Lo primero que hace un padre responsable es ver qué herramientas o qué cosas necesitamos hacer para revertir el hecho.
En este país debemos criticar menos al gobierno, dejar de buscar culpables y brindar más soluciones. Con esto no quiero aplaudir el mal manejo que ha tenido el gobierno en torno a la pandemia, sin embargo, debemos ser parte de la solución y no del problema.
El gobierno debe tomar una asesoría para saber cómo manejar un presupuesto, algo que parece que deberían hacer con bastante eficacia, pero están fallando con cosas que no necesitamos en este momento: una renovación de flota, millones de dólares en un mercado de mariscos, inversión en influencers que durante la pandemia no dieron la cara y definitivamente rebajar los salarios de los funcionarios.
Los ciudadanos tenemos que ser responsables de tomar las medidas preventivas para evitar más cierres y un colapso.
Todos tenemos que contribuir a la reactivación de la economía, es decir, que los emprendedores tenemos que crear más plazas de trabajo, tenemos que atrevernos a tomar el reto y mentalizarnos de que quizás el salario ya no será parte de nuestra realidad.
Las pequeñas empresas que tuvieron que cerrar tienen que atreverse a buscar la manera de reinventarse o buscar nuevas formas de hacer negocios, no todo está perdido; hay muchas oportunidades que trajo esta pandemia y nuevas líneas de negocios que se han abierto; solo debemos tener creatividad e innovar.
Es el momento de poner en marcha un plan de reestructuración de préstamos y entender que la moratoria se va a acabar. Tenemos que estar preparados para volver a retomar nuestras responsabilidades y el pago de las deudas que hemos adquirido por el mal manejo de las finanzas y la falta de educación financiera.
Panamá es considerado como la Suiza de Latinoamérica, tanto por nuestra mezcla cultural como por nuestro sistema bancario de primer nivel. El sector de servicios financieros cubre el 10% del PIB, y la mayor parte es proporcionada por el sector bancario que sigue siendo uno de los pilares de nuestra economía.
Estamos en el momento preciso para darle el giro, pero un gobierno en el que a diario vemos la renuncia a cargos y una elevada rotación, solo refleja la falta de organización y la incapacidad para manejar los recursos de una manera eficiente.
Panamá: ya no estamos para juegos. Este año tenemos una gran oportunidad y es que estamos en la mira de Europa como un país con potencial donde pueden invertir; si ya perdimos el grado de inversión, no perdamos el norte.