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- 30/10/2009 01:00
Si a cualquier empleado se le pregunta: ¿es usted leal a su empresa?, es muy probable que la mayoría de las personas respondan que sí. Sin embargo, resulta obligado cuestionar qué se entiende por lealtad. Este es, sin duda, un concepto bastante subjetivo ya que se refiere al comportamiento personal enmarcado, desde luego, en un determinado contexto cultural.
Los diccionarios definen la palabra lealtad como la cualidad del carácter o de la conducta de una persona, cuyos actos se guían siempre por principios y por el respeto a los compromisos que adquiere.
Los empleados que dicen ser leales a su empresa tienen razón ya que cumplen con los compromisos contraídos a través de sus contratos laborales y su conducta se guía por los principios establecidos en su organización.
Sin embargo, en estos tiempos de crisis, muchas empresas resienten la falta de lealtad y compromiso de sus empleados porque estos dejan sus posiciones en busca de mejores oportunidades económicas. ¿Cómo puede un empleado dejar su trabajo en la compañía? La respuesta resulta lógica: las personas tienen necesidad de incrementar sus ingresos aunque, a veces, no siempre el incremento es significativo.
Sin embargo, las estadísticas internacionales demuestran que en ciertas organizaciones los trabajadores, de casi todos los niveles jerárquicos, permanecen en la empresa a pesar de las contingencias, principalmente las económicas; es decir, están con su empresa en las buenas y en las malas. La razón es muy sencilla: son leales y están comprometidos con ella.
Entonces, ¿cuál es el factor que marca esta diferencia?: las empresas cuyos postulados se han convertido en valores por el respeto y la congruencia bilateral entre empleado y empleador generan culturas vigorosas en donde ambas partes procuran el bienestar común.
¿Qué debe hacer una empresa para generar lealtad y compromiso? La mayoría de las personas que trabajan, además del tiempo de su jornada laboral invierten tiempo en traslados al centro de trabajo. Esto impide que puedan llevar a cabo otras actividades que les permitan un desarrollo personal y profesional para mejorar su convivencia familiar y su permanencia competitiva en la empresa. Quienes tienen la alta responsabilidad de administrar los recursos humanos deben, conjuntamente con todo el personal y los niveles directivos de la empresa, integrar un conjunto de beneficios que promuevan un clima laboral que genere lealtad.