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Se incrementa la hambruna en el mundo
- 13/07/2023 00:00
- 13/07/2023 00:00
Entre 691 millones y 783 millones de personas en el mundo padecieron hambre en 2022, según la última edición del informe 'El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo' (Sofi), publicado este miércoles 12 de julio.
La cifra representa un incremento de 122 millones en el total de personas que enfrentan al hambre desde 2019 . El informe achaca el incremento de hambruna a múltiples factores, como la pandemia de la covid-19, las reiteradas perturbaciones relacionadas con el clima y los conflictos, incluida la guerra en Ucrania, arroja la edición 2023 del estudio.
El informe Sofi, publicado conjuntamente por cinco organismos especializados de las Naciones Unidas, señala que si bien las cifras mundiales del hambre se han mantenido relativamente estables entre 2021 y 2022, hay muchos lugares del mundo que se enfrentan a crisis alimentarias cada vez más graves.
En 2022 se observaron progresos en la reducción del hambre en Asia y América Latina, pero el hambre siguió aumentando en Asia occidental, en el Caribe y en todas las subregiones de África. África sigue siendo la región más afectada, ya que una de cada cinco personas se enfrenta al hambre, más del doble de la media mundial.
“Hay rayos de esperanza, algunas regiones están en vías de cumplir ciertas metas nutricionales para 2030. No obstante, en general, necesitamos un intenso esfuerzo mundial inmediato para rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debemos fomentar la resiliencia frente a las crisis y perturbaciones que causan inseguridad alimentaria, desde los conflictos hasta el clima”, dijo António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en un mensaje de vídeo durante la presentación del informe en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
“Sin duda, cumplir la meta de los ODS de alcanzar el hambre cero de aquí a 2030 supone un reto abrumador. De hecho, se prevé que casi 600 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030”, señalan en el prólogo del informe los jefes de los cinco organismos de las Naciones Unidas: Qu Dongyu, director general de la FAO; Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida); Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS); Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA); y Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los principales factores de inseguridad alimentaria y malnutrición son la “nueva normalidad”, añaden, y “no tenemos otra opción que redoblar nuestros esfuerzos para transformar los sistemas agroalimentarios y aprovecharlos para alcanzar las metas” del ODS 2.
La situación de la seguridad alimentaria y la nutrición siguió siendo desalentadora en 2022. En el informe se constata que alrededor del 29,6% de la población mundial, que equivale a 2.400 millones de personas, no tenía acceso constante a los alimentos, a juzgar por la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave. Entre ellas, unos 900 millones de personas se enfrentaban a una situación de inseguridad alimentaria grave.
Entretanto, la capacidad de las personas para acceder a dietas saludables se ha deteriorado en todo el mundo: más de 3.100 millones de personas en el mundo, esto es el 42% de la población mundial, no podían permitirse una dieta saludable en 2021. Esto representa un incremento global de 134 millones de personas en comparación con 2019.
El informe Sofi alerta que millones de niños menores de cinco años de edad siguen padeciendo malnutrición: en 2022; 148 millones de niños menores de cinco años (22,3%) sufrían retraso del crecimiento; 45 millones (6,8%), emaciación, y 37 millones (5,6%), sobrepeso.
También se han registrado progresos en la lactancia materna exclusiva: el 48% de los lactantes menores de seis meses de edad se benefició de esta práctica, cerca de la meta para 2025. Sin embargo, se precisarán medidas más concertadas a fin de alcanzar las metas para 2030 en materia de malnutrición.
La inseguridad alimentaria afecta más a las personas que viven en las zonas rurales. La inseguridad alimentaria moderada o grave afectaba al 33% de los adultos que viven en las zonas rurales y al 26% de los que viven en las zonas urbanas.
La malnutrición infantil también muestra particularidades urbanas y rurales: la prevalencia del retraso del crecimiento en niños es mayor en las zonas rurales (35,8%) que en las zonas urbanas (22,4%). La emaciación es mayor en las zonas rurales (10,5 %) que en las urbanas (7,7 %), mientras que el sobrepeso es ligeramente superior en las zonas urbanas (5,4%) en comparación con las zonas rurales (3,5%).
En el informe se recomienda que para promover eficazmente la seguridad alimentaria y la nutrición, las intervenciones en materia de políticas, las medidas y las inversiones deben guiarse por una mayor comprensión de la compleja y cambiante relación que existe entre todo el continuo rural-urbano y los sistemas agroalimentarios.