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- 25/08/2024 22:58
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El uso de la factura electrónica ha generado controversia, especialmente entre profesionales liberales, artesanos y artistas. Recientemente, se ha presentado una demanda de inconstitucionalidad contra su implementación obligatoria para estos sectores. Este debate pone de manifiesto la tensión entre la modernización fiscal y las particularidades de ciertos grupos profesionales.
La factura electrónica es un documento digital que reemplaza a la factura tradicional en papel. Su implementación es una iniciativa que va más allá de la digitalización se trata de modernizar el sistema tributario. Sin embargo, algunos profesionales argumentan que esta medida podría vulnerar sus derechos y afectar negativamente su forma de trabajo.
Los demandantes alegan que la obligatoriedad de la factura electrónica viola principios constitucionales como la libertad de profesión y oficio, así como la igualdad ante la ley. Dentro de los argumentos esta que las características particulares de sus actividades, que a menudo implican servicios personalizados o producción artesanal, no se adaptan fácilmente al sistema estandarizado de facturación electrónica, no les hicieron partícipe de consultas, no hay sustento alguno que indique que por su naturaleza sea motivo de falta de recaudación y la deficiencia que existe.
A pesar de estas objeciones, es importante reconocer las ventajas que ofrece la factura electrónica. En primer lugar, simplifica y agiliza los procesos administrativos y contables. La emisión, envío y almacenamiento de facturas se vuelve más eficiente, reduciendo errores y ahorrando tiempo. Además, facilita el cumplimiento fiscal, ya que permite un registro más preciso y transparente de las transacciones.
Si lo vemos del lado de la administración tributaria, la factura electrónica mejora la capacidad de fiscalización y reduce la evasión fiscal. Esto, a su vez, puede conducir a un sistema tributario más justo y equitativo para todos los contribuyentes.
Por el otro lado los profesionales que adoptan la factura electrónica existen beneficios adicionales. Por ejemplo, puede mejorar su imagen profesional ante clientes y proveedores, demostrando adaptabilidad a las nuevas tecnologías y compromiso con la transparencia. Además, la facturación electrónica puede facilitar el acceso a servicios financieros, como préstamos o líneas de crédito. Y finalmente es un proceso optimizado que les permiten ser más productivo.
Para los bancos su percepción puede ser favorable ya que estas formalizado siendo un proveedor, proporciona un registro claro de los ingresos, lo que puede facilitar la evaluación de riesgos crediticios. Los bancos podrían considerar que estos profesionales tienen un mayor nivel de formalización y organización en sus finanzas, lo que podría traducirse en mejores condiciones de crédito o servicios financieros más amplios.
La formalización y un sector formal más amplio contribuye a una base tributaria más sólida, lo que a su vez permite al gobierno invertir en infraestructura y servicios públicos. Además, la formalización puede abrir puertas a oportunidades de crecimiento para los profesionales, como la participación en licitaciones públicas o la expansión a mercados internacionales.
Sin embargo, se entiende la preocupación de los profesionales liberales, artesanos y artistas. Muchos de ellos operan en pequeña escala o de manera intermitente, y la implementación de un sistema de facturación electrónica podría representar una carga significativa en términos de costos y aprendizaje tecnológico.¿Crees tu que todos deben estar obligados a usar la factura electrónica?