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Evolución y perspectivas económicas de Panamá: ¿Qué podemos esperar frente a un ciclo político?
- 25/03/2024 00:00
- 24/03/2024 15:07
Panamá es un país pequeño de unos 4,4 millones de habitantes que se ha beneficiado de un crecimiento económico constante, aunque en los últimos años ha experimentando un menor dinamismo. ¿Cómo ha sido el desempeño de la economía de Panamá en las últimas dos décadas? ¿Cuáles son las perspectivas para 2024? ¿Qué podemos esperar frente al presente ciclo electoral? Economistas consultados por este diario esclarecen estas y otras interrogantes.
Antes de la pandemia de la covid-19, la economía de Panamá pasó de crecer 11,3% en 2011 a 3% en 2019. Para ese entonces, su economía crecía cuatro veces más que el promedio regional de América Latina y el Caribe (ALC). De 2014 a 2019, por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció a una tasa promedio de 4,7%, muy por encima del 1,1% de ALC, según datos del Banco Mundial.
En los últimos veinte años, la única vez que el PIB de Panamá tuvo un desempeño negativo fue en 2020 (ver gráfica), justo en medio de la crisis sanitaria, y fue una de las economías que más sufrió por las drásticas acciones de cuarentena destinadas a salvar vidas.
En 2020, el PIB se contrajo 17,9%, el peor registro de la historia del país y el más significativo de la región, debido a la estructura orientada a los servicios de su economía.
La drástica caída del PIB era algo que Panamá no había experimentado ni siquiera con la “gran crisis financiera de 2008”, año en que mantuvo un crecimiento real de 9,2% y se expandió en promedio un 8,8% en los cinco años siguientes.
Muchos economistas estimaban que a Panamá le tomaría como mínimo una década para recuperarse de este terrible golpe, pero la verdad es que esto se logró en menos de dos años, según lo constatan las cifras oficiales.
Es más, algunos sostienen que la crisis de la covid-19 podría ser considerada como un “cisne negro”. La teoría del “cisne negro” o teoría de los sucesos del “cisne negro” es un término desarrollado por el filósofo e investigador libanés Nassim Taleb, y que adquirió protagonismo con la “gran crisis financiera” de 2008.
En el 2021, el repunte económico fue fuerte. Un altísimo 15.8% sorprendió hasta a los más optimistas. En 2022, el PIB creció pero a un ritmo menor, de 10.8%, aún con los efectos de los cierres por la crisis sanitaria; y en el 2023 aumentó 7.3%, a pesar de que la actividad económica se paralizó casi por completo en noviembre a raíz de la huelga contra el contrato minero, arrojan las cifras de Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Inec).
Así, se superaron todas las expectativas de crecimiento del PIB y Panamá se colocó como el país de mayor dinamismo económico en la región. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó que el PIB crecería 6%; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) preveía un 6,1%; el Banco Mundial proyectó un 4,6%; y el Fondo Monetario Internacional (FMI) 5% o 6%, por mencionar algunos.
“Panamá se ha recuperado bastante rápido y en 2022 ya superamos el nivel del PIB del 2019, alcanzando la cifra de $78,000 millones a precios constantes del 98 en el 2023 versus $69,000 (millones) en el 2019 . Hemos crecido (...) superando todas las expectativas (...)”, afirmó Fernando Aramburú Porras, economista y ex ministro del MEF (estuvo en el cargo durante el gobierno del expresidente Ernesto Pérez Balladares) .
“Estas cifras de crecimiento muy altas, en efecto, han sorprendido a los entendidos que esperaban un periodo de recuperación más moderado”, coincidió el economista y docente universitario, Raúl Moreira.
Aramburú- Porras calcula que en las últimas dos décadas la economía panameña creció a un ritmo de 6% aproximadamente. Pero ese salto cuántico “no se observa en el empleo donde hemos perdido empleos formales en la última década y la deuda se ha incrementado de 35% al 60% del PIB, lo cual nos hace más pobres. Son algunas de cal y varias de arena”.
De acuerdo con los indicadores económicos, el desempleo aumentó del 7,1% en 2019 al 18,5% en 2020 y disminuyó al 7,4% en agosto de 2023; la deuda pública del sector público no financiero (SPNF) alcanza casi los $50 mil millones; la inflación promedio disminuyó de 2,9% en 2022 a 1,5% en 2023 y se mantuvo muy por debajo de otros países de la región.
En cuanto a los indicadores sociales, Panamá es, además, el cuarto país con los menores índices de pobreza en Latinoamérica, según informes de la Cepal.
“Panamá fue duramente golpeado por la pandemia, pero la recuperación económica ha sido sólida (...), superando las expectativas por tercer año consecutivo”, a pesar de la sequía que ha llevado a reducir el número de buques que transita a diario por el Canal de Panamá, reconoció el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la visita de su personal técnico a Panamá, a inicios de marzo del presente año.
Según el Inec, los principales motores económicos de la economía panameña en 2023 fueron: la construcción, con un valor de los permisos de construcción de 36.7%; comercios al por mayor y menor con ventas de combustible 7.3%; industria manufacturera con producción de concreto 17.7%; sacrificio de ganado porcino 1.0%; aves 0.7%, bebidas alcohólicas 2.4%; electricidad con generación térmica 95.4%; transporte terrestre del Metro 14.9%; servicios financieros, telecomunicaciones, actividades inmobiliarias y empresariales y otras.
Otro reflejo de que la economía se está recuperando, según los conocedores de la materia, es el dinamismo que mantienen algunas actividades relacionadas con las compras y el consumo.
En los indicadores se observa que, por ejemplo, registraron alzas la venta de autos nuevos con 16%; los juegos de suerte y azar 15,8% y la venta bruta de lotería 1,5%; el crédito para consumo personal 4.5% y el crédito hipotecario 3.8%, en términos interanuales.
También mostraron comportamiento positivo, las operaciones con tarjetas de crédito y el crédito hipotecario, con el aumento de la venta de viviendas nuevas, gracias al interés preferencial extendido por el Gobierno en septiembre 2023.
“Estos avances se sustentan en la mejora del mercado laboral y la actividad económica general”, apuntó el superintendente de Bancos, Amauri Castillo, al presentar las cifras del reporte del cierre 2023.
Del mismo modo, aumentaron las ventas de restaurantes y hoteles, por la llegada de turistas y excursionistas atraídos por la modernidad y belleza del país. De enero a diciembre de 2023, ingresaron por los principales puertos de entrada 9,149 visitantes internacionales, un aumento de 16.5% comparado con el año anterior, generando $5,452.1 millones en gastos, un aumento del 15.5 % con respecto al año pasado. Por su parte, la ocupación hotelera se situó en 54.1%.
Se espera que para el 2024 el crecimiento siga disminuyendo y quizás se alcance un 4% o 3% de crecimiento, vaticinó el economista y decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá, Rolando Gordón. “Esa es la triste realidad (...) la economía en los últimos años sigue creciendo, pero a un ritmo mucho menor. Desde octubre y noviembre se nota un crecimiento más lento en la economía nacional, en la medida en que nos estamos acercando al periodo electoral”, apuntó.
Precisó que en los años en que hay elecciones siempre se da el denominado “ciclo político”, en que la inversión tanto extranjera como nacional se priva de invertir o lo retiene un poco hasta esperar lo que va a suceder con las elecciones de mayo. “Eso siempre se da cada cinco años, lo que llamamos el ciclo político y eso se está experimentando. Incluso, ese crecimiento que hemos tenido, no ha ido acompañado con una generación de empleo muy bueno”, afirmó Gordón.
Por su parte, Aramburú- Porras coincidió en que “el panorama no se ve tan halagador hacia el futuro, ya que este año se espera un crecimiento de entre 1% y 2%, lo que ciertamente aumentará el nivel de desempleo y de la deuda nacional, que ya supera los $50 mil millones, lo que representa un 60% del PIB, poniendo mucha presión en las finanzas públicas, especialmente, los proyectos de inversión pública, comprometiendo las necesidades de la población en salud, educación , agua, infraestructura vial, entre otros, que deberá ser enfrentado por el próximo gobierno con medidas de austeridad y revisión de las exoneraciones fiscales así como la evasión existente. Adicionalmente, habrá que enfrentar el déficit del programa de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS), lo cual representa otro reto importante para el próximo periodo”.
Para Moreira, el primer reto que ha tenido el actual Gobierno, sin éxito, y que heredará la próxima administración es lograr que ese alto crecimiento se conviertan en un mayor nivel de empleo, no sólo en la cantidad, sino también en la calidad. Otro reto importante es la generación urgente de alternativas ante el cierre abrupto de la mina de Donoso, tanto para los miles de trabajadores que han quedado cesantes como para los proveedores de la empresa. “La disciplina y transparencia fiscal también serán retos urgentes que atender”, dijo.
En 2019, el desempleo estaba en 7,1%, y en la última medición de agosto 2023 en 7,4%. “Es decir que todavía el desempleo estaba más alto que en el 2019, pero lo grave es que los empleos que se están generando, como lo dice todo el mundo, son informales, donde no se paga Seguro Social, ni se paga impuestos, tienen un trabajo de ocho o diez horas al día que, simplemente, no le da alternativa (a la gente) para tener un futuro mejor y ningún banco les presta etc, (...)”, dijo Gordón.
Incluso, añadió, en el sector bancario, el hecho de que las tasas de interés hayan subido, demuestra que si bien aún la banca sigue creciendo, también se nota una disminución aunque todavía pequeña, de todo el andamiaje financiero del país, porque los créditos están más difíciles de hacer y las tasas de interés han subido. “Eso es lo que estamos esperando para 2024, que ha comenzado lento y con un crecimiento mucho mayor. La gente está esperando que pasen las elecciones, para ver cuál es la política económica del nuevo gobierno para entonces comenzar a hacer inversiones”, aseveró.
A su parecer, cualquier cosa puede suceder y “no” cree que haya grandes cambios económicos. “La economía va a seguir disminuyendo su crecimiento y no le vemos grandes empujes. (...) El que gane tendrá inmediatamente que ponerse a trabajar antes de que pierda credibilidad, resolver el problema de la CSS y el de la mina, que es agravante, y ver cómo se puede bajar la deuda y, los más importante, generar nuevos puestos de trabajo”.
Por otro lado, los riesgos a la baja incluyen la pérdida del grado de inversión (a causa de inquietud por la situación fiscal de Panamá), lo que elevaría los costos de endeudamiento externo de Panamá y aumentaría los riesgos de refinanciamiento. Los riesgos a la baja también incluyen nuevos disturbios sociales y más secuelas por el cierre de la mina. Como resultado del cierre de la mina, el FMI proyecta que el crecimiento del PIB disminuya a 2,5% en 2024, antes de mejorar gradualmente en el mediano plazo.
En el 2024, el gobierno tiene como objetivo reducir aún más el déficit fiscal a 2,0% del PIB. Pero el personal técnico del FMI estima que, para cumplir con la meta de déficit fiscal, la inversión pública tendría que reducirse al 2% del PIB, contra 4,75% del PIB en 2023 y 6,5% del PIB en el presupuesto de 2024. “Una compresión tan grande puede resultar inviable”, acotó.
A pesar de todo, Panamá mantiene su liderazgo con el crecimiento del PIB más alto de los países Latinoamérica, tal y como sucedió con la crisis financiera internacional de 2007-2008, que tuvo su origen en el problema de las hipotecas “subprime” de los Estados Unidos.