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- 14/04/2015 02:00
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Según la Ley 7 de 14 de abril de 1981, por la cual se regula el ejercicio de la profesión de economista en la República de Panamá, se establece el 14 de abril de cada año como el Día del Economista panameño.
Mucho tiempo ha pasado desde aquellos tiempos en los cuales economistas como Adam Smith y David Ricardo sentaban las bases del análisis económico hasta nuestros días en los cuales muchos analistas económicos desde su perspectiva o corriente de pensamiento realizan valiosos aportes sobre todo para el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores de la población más humilde.
Sin embargo, la práctica profesional de la Economía en la República de Panamá plantea retos importantes que dependiendo de cómo sean enfrentados definirán el rumbo, tanto del ejercicio de la práctica profesional como del mejoramiento de las condiciones de vida en nuestro país.
Uno de los primeros retos es el de explicar cómo en un país donde la economía crece en promedio un 8.9% en los últimos cuatro años y que en el 2014 produjo bienes y servicios por un monto de $35,642.2 millones; mientras que según el Ministerio de Economía y Finanzas la población en condiciones de pobreza todavía alcanza el 25.8% del total de la población en tanto que el 11.0 % se encuentra en condiciones de indigencia.
Igualmente, es todo un reto para los economistas, no sólo explicar el porqué, sino también, plantear alternativas para que no se siga dando las triste realidad que mientras en el 2003 el 20% de la población de menores ingresos recibía apenas 5.4% del ingreso nacional, en el 2012 dicho porcentaje disminuyó al 3.3% en tanto que el 20% de la población de mayores de ingresos que en el 2003 recibían el 47.3% del ingreso nacional, en el 2012 este porcentaje aumentó al 53.7%, incrementando de manera dramática el tristemente célebre problema de la distribución del ingreso en nuestro país.
Otro reto importante para los economistas panameños es enfrentar el oleaje de profesionales extranjeros que buscan invadir sus espacios laborales para beneficiarse del desempeño extraordinario de la economía panameña sobre todo en los últimos años. La práctica ha demostrado que no es un problema el enfrentar ese reto ya que ha sido precisamente la capacidad profesional y creatividad de los economistas panameños la que ha construido las bases y han potenciado ese crecimiento económico del cual todos se quieren beneficiar.
Hace falta el apoyo gubernamental para contar con los medios necesarios para poder seguir formando economistas panameños con el conocimiento actualizado para insertarse en las nuevas realidades laborales, pero también, al igual que se hace con el resto de las profesiones reguladas, hacer cumplir la ley para que las atribuciones relativas el ejercicio de la profesión de economistas, sean desempeñadas por panameños tal como se encuentran legislado, de manera que siga siendo interesante el ejercicio de esta profesión sobre todo para los jóvenes que se encuentren en situaciones de elección de una carrera profesional.
La elección de ser economista de profesión más que ser un asunto de bienestar personal, resulta siendo un compromiso para realizar aportes para mejorar la situación de los marginados y más humildes que han sido abandonados a su suerte por mucho tiempo y que día a día tal como el Juan Albañil de Cheo Feliciano ven de lejos la riqueza que construyeron, mientras que todos los días se esfuerzan por criar a sus hijos y sostener con dignidad a su familia con ingresos que cada vez alcanzan menos para este sagrado esfuerzo.
EXPRESIDENTE DEL COLEGIO NACIONAL DE ECONOMISTAS DE PANAMÁ