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Actualizado
- 14/02/2011 01:00
Creado
- 14/02/2011 01:00
La Habana - Como hongos en primavera, cientos de negocios privados proliferan en La Habana, una ciudad que cada día cambia su imagen com...
La Habana - Como hongos en primavera, cientos de negocios privados proliferan en La Habana, una ciudad que cada día cambia su imagen como resultado de la reciente apertura al llamado ‘trabajo por cuenta propia’, una medida que forma parte del proyecto oficial de ‘actualización del modelo económico’.
El nuevo paisaje de la capital cubana está conformado por el florecimiento de puestos callejeros de venta de películas piratas, de pequeñas cafeterías caseras y de ‘paladares’, como llaman aquí a los restaurantes privados que tomaron ese nombre de una conocida telenovela brasileña.
Carteles rústicos o bien diseñados anuncian también a reparadores de efectos electrodomésticos, zapateros remendones, costureras, fotógrafos para eventos sociales y vendedores de utensilios religiosos, sobre todo para los seguidores de la Regla de Ocha, la extendida santería cubana.
Portales, garajes, jardines o pasillos sirven para montar los nuevos negocios, aunque los gastronómicos son los que han acaparado el mayor número de las nuevas licencias, por lo que hay cientos de pequeñas cafeterías, muchas atendidas desde las ventanas de las casas, en las que se vende café, pizzas, pasta o bocadillos.
Las calles habaneras, antes desprovistas de comercios, se transforman de manera gradual cuando los nuevos propietarios, cuelgan letreros pintados a mano.
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