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- 23/05/2023 00:00
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La ministra chilena de Minería, Marcela Hernando, dijo en una entrevista con EFE que la estrategia nacional del litio anunciada recientemente por su gobierno no busca nacionalizar el mineral –”ya lo está desde la dictadura”–, y que el objetivo, más allá de que el país recupere la posición de líder, es aumentar la producción “porque el mundo lo necesita”.
“¿Nos interesa ser líderes? Por supuesto que sí, pero lo que más nos interesa es que se produzca más litio, porque el mundo lo necesita. Obviamente también nos interesa colocarlo bien en los mercados”, indicó Hernando.
Chile, el país con más reservas explotables del mundo, es el segundo productor mundial de litio (y el primero de cobre), por detrás de Australia, pero Argentina le sigue de cerca y podría adelantarlo en los próximos años.
Según un informe del banco estadounidense JP Morgan de febrero pasado, en 2030 la producción argentina superaría a la chilena.
“Como Estado, nos hemos demorado mucho en reaccionar, en investigar. Tenemos 9,6 millones de toneladas métricas en el Salar de Atacama, pero tenemos otros 45 salares en los que no sabemos cuánta reserva hay”, reconoció la ministra.
El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció a finales de abril su esperada política sobre el litio, que busca convertir al Estado en el principal promotor y controlador de la industria a través de un modelo público-privado y una empresa nacional.
Hoy, solo dos compañías privadas explotan litio en el Salar de Atacama, que concentra el 90% de las reservas del país: la estadounidense Albemarle y la Sociedad Química y Minera SQM, controlada por la china Tianqi y el yerno del exdictador Augusto Pinochet (1973-1990), Julio Ponce Lerou.
En 2022, Chile exportó $6.877 millones de carbonato de litio, lo que supone un aumento del 777% respecto de 2021, según el Banco Central.
La estrategia recibió un aluvión de críticas por parte de la industria, que Hernando achacó a los “enormes intereses” que despierta el litio, conocido como el “oro blanco” por su uso masivo en las baterías y su enorme potencial para la electromovilidad.
“También existen razones geopolíticas y presiones a nivel internacional. Somos un país muy pequeño, pero con una economía muy abierta y estamos sujetos a este tipo de presiones”, subrayó la ministra, quien fue diputada en dos periodos y alcaldesa de la norteña Antofagasta, capital de la poderosa minería chilena.
Las estatales Codelco –la mayor cuprífera del mundo– y Enami serán las encargadas de implementar la primera fase de la estrategia hasta que empiece a funcionar la empresa nacional del litio, cuya creación tiene que ser aprobada por el Parlamento, donde el Gobierno no tiene mayoría pero llega con intención de “dialogar”, según Hernando.
“Se dio a entender como que esto fuera una nacionalización. La verdad es que solo se nacionaliza lo que es privado. Aquí el litio está declarado un elemento estratégico no-concesible en la Constitución del 80, es decir, es propiedad del Estado y el Estado es el que decide”, aclaró.