BM sitúa en 2,4% el crecimiento económico de Panamá para 2024

Actualizado
  • 11/10/2024 00:00
Creado
  • 10/10/2024 18:43

El Banco Mundial (BM) situó en 2,4 % el crecimiento económico de Panamá en 2024, mientras que para 2025 espera un 3,0 % y para 2026 un 4,0 %, según su último informe publicado, este jueves, denominado “Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento”.

Quienes lideran los mayores crecimiento para el 2024 son: Guyana (43,0 %), República Dominicana (5,1 %), San Vincente y las Granadinas (5,0 %) y Dominica (4,6 %).

El BM prevé que América Latina y el Caribe crecerá 1,9 % en 2024 y 2,6 % para el 2025. Estas son las tasas más bajas entre todas las regiones del mundo, lo que pone de relieve los persistentes obstáculos estructurales.

Explicó que la relación deuda-PIB escaló al 62,8 % en 2024, frente al 59,1 % en 2019, y el elevado endeudamiento y los servicios de deuda continúan, obstruyendo la capacidad de la región para crear el espacio fiscal necesario para el gasto y la inversión pública.

Cerrar esta brecha es parte de una agenda de desarrollo más amplia, que la región debe incluir en mejoras para la capacidad administrativa, el gasto y la recaudación impositiva, advirtió el informe.

El informe también analiza diferentes opciones que los países pueden explorar en este contexto y profundiza en los impuestos a la riqueza como alternativa para generar espacio fiscal, igualar los ingresos y estimular el crecimiento.

En la actualidad, describe que América Latina y el Caribe tiene algunos de los impuestos a las corporaciones más altos a nivel mundial, con un promedio de 24,7 %, por encima del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de 23,9 %, y de Asia, de 19,0 %.

Sin embargo, advirtió que la región recauda sólo el 2,7 % de sus ingresos a través de impuestos a la riqueza, en comparación con el 12,8 % en América del Norte y el 4,3 % en Europa occidental y central.

Para acelerar el crecimiento, el banco sostiene que la región debe aprovechar la actual dinámica económica, ya que se espera que la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos, de reducir las tasas de interés, proporcione cierto alivio.

Menciona que el control de la inflación es otro avance positivo, gracias a la eficaz gestión macroeconómica de los países de la región. Brasil y Perú están bien encaminados para cumplir sus objetivos de inflación en 2024, y se espera que otras economías importantes los sigan poco después, señaló.

“La región ha logrado avances en el manejo de la inflación y la estabilización macroeconómica. Este es un momento clave para aprovechar estos logros y atraer las inversiones necesarias para el desarrollo sostenible, fomentar la innovación, construir capital humano, crear más y mejores empleos y empoderar a la región para liberarnos de este ciclo de bajo crecimiento”, comentó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

El informe destaca que la inversión pública y privada en América Latina y el Caribe siguen siendo bajas, y que los países no están aprovechando plenamente las oportunidades del nearshoring. En términos reales, la inversión extranjera directa (IED) está en niveles inferiores a los de hace 13 años, y los anuncios de nuevas inversiones favorecen a otras regiones. Pese a tener salarios competitivos en comparación con China y otros destinos, los altos costos del capital, los débiles sistemas educativos, la energía e infraestructura deficientes y la inestabilidad social reducen el atractivo de la región como destino de nearshoring.

William Maloney, economista jefe del BM para América Latina y el Caribe, por su parte, indicó que para aprovechar las ventanas de oportunidad que tiene la región en transición verde y la tendencia al nearshoring requiere amplias reformas estructurales para lograr que la región sea más productiva y competitiva.

Esto, agregó, “demandará generar un mayor espacio fiscal, mejorar la eficacia del gobierno, así como reducir la carga tributaria que pesa sobre los sectores productivos. Este es un buen momento para que la región reconsidere cuál es la mejor manera para que sus sistemas tributarios generen ingresos y, al mismo tiempo, estimulen el crecimiento y promuevan la equidad”.

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