Este domingo 16 de febrero se efectuó en el boulevard Panamá Pacífico el XXV Festival de Cometas y Panderos, organizado por Aprochipa.
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- 18/02/2025 00:00
- 17/02/2025 17:29
La clase media en Panamá representa aproximadamente el 59,9 % de la población. Según el Banco Mundial (BM), esta categoría incluye a aquellos que ganan entre $14 y $81 por día.
En 2008, este grupo representaba el 45,7 %. Esto quiere decir que Panamá ha experimentado un importante crecimiento de la clase media, pero todavía se esconden importantes desigualdades, de acuerdo con el más reciente informe del BM “Panamá: del Crecimiento a la Prosperidad”.
Dicho informe plantea que el comportamiento de las cifras supera la evolución regional y coloca a Panamá como el tercer país con la clase media más amplia en Latinoamérica, solo detrás de Uruguay y Chile.
Sin embargo, deja claro que la desigualdad también ha sido persistente, con un índice de Gini que disminuyó a un ritmo inferior al de muchos países en la región durante el mismo periodo.
La clase media incluye una amplia gama de personas, desde trabajadores profesionales hasta pequeños empresarios y asalariados. Además, juega un papel crucial en la economía panameña, y su bienestar es esencial para el desarrollo sostenible del país. Aunque la clase media pueda estar mejor posicionada que la clase baja, sigue siendo vulnerable a cambios económicos y sociales.
Economistas consultados coinciden en que la informalidad es uno de los retos que enfrenta la clase media, ya que existe una incertidumbre de generar ingresos en medio de una caída de la calidad del empleo formal, sumado a la deficiencia del sistema educativo, que no prepara adecuadamente el capital humano que se necesita en el mercado laboral.
“La calidad del empleo en nuestro país ha disminuido porque los empleos que se generan son informales. Además, porque predomina mucho el sentimiento de que hoy hay trabajo, pero posiblemente mañana no. Bajo esa necesidad, las personas aceptan una remuneración menor a lo que sería el estándar de su categoría de trabajador, con tal de llevar un sustento a sus hogares”, comentó el economista Adolfo Quintero.
El economista y catedrático Juan Jované, por su parte, mencionó que a una persona que no logre tener un nivel educativo adecuado le costará más entrar al sector formal, llevándolo así a una informalidad. Cree que un problema grave es que la educación y los planes económicos del país no están ligados, sabiendo que ambos son impulsores de los sectores económicos.
Precisamente, el informe resalta que las perspectivas de que la educación superior sea un camino hacia mejores empleos son limitadas, ya que solo el 20 % de los jóvenes obtiene un título de educación terciaria, y las carreras ofrecidas requieren actualizarse a las demandas del mercado laboral.
Por lo tanto, los empleos intensivos en nuevas tecnologías son ocupados por personas con mayores ingresos, lo que puede dificultar un acceso más equitativo a empleos de calidad. Mientras tanto, los trabajadores con menor calificación continúan principalmente en empleos informales y de baja productividad, lo que limita sus oportunidades de mejorar sus ingresos y acceder a empleos formales.
En 2023, por ejemplo, el informe del BM detalló que los trabajadores menos calificados percibieron ingresos hasta 74 % más bajos que aquellos con educación terciaria. Estas desigualdades afectan especialmente a las poblaciones indígenas.
Para mejor su calidad de vida, Quintero manifestó que la clase media deberá optar por generar sus propios ingresos, tomando en cuenta que hablamos de personas con niveles de preparación para crear sus propias empresas.
El economista explicó que una de las razones por las que puede estar creciendo la clase media en la última década es, precisamente, por sus capacidades técnicas y académica. “El Instituto Técnico Superior Especializado pudiera jugar un papel fundamental en la preparación de las futuras generaciones”, dijo.
Jované agregó que en la medida que la clase media tenga mano de obra calificada, se eleva la productividad del país, así como su competitividad.