Reflexiones para el fin de año

Actualizado
  • 01/01/2011 01:00
Creado
  • 01/01/2011 01:00
WASHINGTON.. Queridos lectores, de vez en cuando vale la pena echar una mirada hacia atrás para responder a quejas y reconocer errores. ...

WASHINGTON.. Queridos lectores, de vez en cuando vale la pena echar una mirada hacia atrás para responder a quejas y reconocer errores. Ésta es mi oportunidad para examinar 2011.

Permítanme comenzar con la objeción más común a mis columnas: Que estoy en contra de los ancianos; que mi insistencia en los costes del Seguro Social y medicare muestra una falta de sensibilidad hacia los jubilados. Me repito, dicen mis críticos y tienen razón. Pero éste es un asunto político y moral excepcional en nuestros tiempos.

RECURSOS

Como sociedad, ¿qué parte de nuestros recursos adjudicamos a cuidar de los ancianos en lugar de prepararnos para el futuro?

Lamento no haber podido enmarcar mis argumentos para convencer a la gente de que mis opiniones no son insensibles ni indiferentes a las necesidades de los norteamericanos mayores. Tengo 66 años. No estoy ‘en contra de los viejos’. La mayoría de mis amigos son mayores de 50 años y muchos, mayores de 70.

Comprendo la ansiedad que acompaña al envejecer: el temor a agotar los ahorros; o a una enfermedad repentina que lo deje a uno discapacitado; y a volverse dependiente.

También sé que la recesión ha pegado fuerte a los trabajadores de más edad complicando sus perspectivas de jubilación. Pero debido al envejecimiento de los baby-boomers y a los altos costes de la asistencia médica, los gastos que se incurren debido a los ancianos ya están desplazando otros importantes programas gubernamentales y amenazando profundos aumentos fiscales para los trabajadores de Estados Unidos.

SEGURO SOCIAL

Los gastos anuales del Seguro Social ya exceden los gastos de Defensa. No es una actitud ‘progresista’ apoyar la situación actual, especialmente cuando muchos miembros de la población mayor de 65 años están relativamente en buena posición y lo seguirían estando, si los pagos del Seguro Social fueran algo menores. Es cierto que el Seguro Social representa alrededor de cuatro quintos de los ingresos de los dos quintos más pobres de los norteamericanos de 65 y más años.

Pero esta dependencia disminuye para la gente que está más arriba en la escala de ingresos; en el quinto más rico, el Seguro Social representa un poco menos de un quinto de sus ingresos totales. Debemos encontrar un equilibrio mejor entre la protección de los que necesitan ser protegidos y los subsidios que estamos brindando a los que cuentan con una jubilación bastante acomodada a expensas de los demás.

Lo que es deprimente es que si hubiéramos comenzado a realizar cambios hace años podrían haberse producido con un mínimo de protesta y trastorno.

Defensores de estos programas insisten en que no se reduzca ni un centavo de los beneficios. Ésta es la actitud que ha creado el problema actual. Por tanto, continuaré centrándome en estos asuntos, incluso en la aparente obstinación de los gastos de la asistencia médica, precisamente porque son tan esenciales para la sociedad que dejaremos a nuestros hijos y nietos.

CONTROVERSIAS

A continuación, pasemos a los errores. Trato de que mis datos sean correctos. El primer premio para 2011 se lo lleva una reciente afirmación de que ‘a mediados de los años 30, la mayoría de los gobiernos de los países ricos eran relativamente pequeños y sus deudas, modestas.’

Sostuve allí que los actuales gobiernos profundamente endeudados tienen (more) menos libertad de acción para adoptar programas de estímulo ‘keynesiano’ masivos con incrementos de gastos o recortes fiscales, sin desencadenar una reacción negativa de los mercados de bonos, tasas de interés más altas que socavan el estímulo.

Aún creo que eso es cierto; la prueba es Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. Estados Unidos no ha sufrido aún ese destino; pero puede concebirse, escribí, que lo hagamos. Nadie estuvo de acuerdo. Pero en acuerdo o desacuerdo, lo que es claramente incorrecto es que la ‘mayoría’ de los países ricos en los años 30 tenían deudas ‘modestas’. Algunos las tenían: Estados Unidos, por ejemplo. Suecia y Noruega eran otros. Pero muchos países, notablemente Francia y Reino Unido, tenían enormes deudas de la Primera Guerra Mundial, como señalaron algunos lectores. Fue un descuido y me disculpo.

Feliz Año Nuevo para todos en 2012.

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