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- 17/06/2024 00:00
- 15/06/2024 18:20
La llegada de la temporada lluviosa tiene varias incidencias sobre el Canal de Panamá. Si bien permite un aumento en el número de tránsito y calado, también produce huracanes, que pueden generar una sequía, si se activan más allá del promedio.
Este último escenario, incluso, puede tener la capacidad de devolver al Canal a las condiciones de restricciones de tránsito, que actualmente está tratando de superar, informó Ayax Murillo, gerente de Hidrología del Canal de Panamá.
Todas las prevenciones, según Murillo, están puestas sobre cómo los huracanes pueden afectar el último trimestre del año y las proyecciones que hasta ahora se manejan para cerrar el 2024.
Explicó que los huracanes, en función de su intensidad y trayectoria, pueden tanto incrementar la humedad como causar sequedad debido al efecto vórtice, que es como una aspiradora capaz de robar la humedad. Por tanto, dijo, dependerá de la trayectoria e intensidad del huracán, si deja o roba humedad al Canal.
“El Atlántico está sumamente caliente y con potencial de huracanes. Con esto podemos sufrir el riesgo de que se nos pueden secar las cuencas. Por eso decimos que somos prudentes sobre cómo las anomalías climáticas pueden cambiar la escena de repente, ya sea con ráfaga de aire caliente o huracanes en el golfo de México. Tomamos en cuenta cómo este escenario puede afectar nuestras proyecciones. Por ahora, estamos optimistas en lo que es el aumento del número de tránsito y calado”, contó Murillo.
Por ahora, los pronosticadores del Servicio Meteorológico Nacional de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, por sus siglas en inglés), en el Centro de Predicción Climática, prevén una actividad de huracanes superior a lo normal en la cuenca del Atlántico este 2024.
Las perspectivas de la NOAA para la temporada de huracanes en el Atlántico de 2024, que inició el 1 de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre, predicen un 85% de probabilidad de una temporada por encima de lo normal, un 10% de probabilidad de una temporada casi normal y un 5% de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal.
También pronostica un rango de 17 a 25 tormentas con nombre en total (vientos de 39 mph o más), de las cuales ocho a 13 se convertirán en huracanes (vientos de 74 mph o más), y de cuatro a siete serán huracanes importantes (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 111 mph o más). Los pronosticadores tienen un 70% de confianza en estos rangos.
La NOAA espera que la próxima temporada de huracanes en el Atlántico tenga una actividad superior a lo normal debido a una confluencia de factores, incluidas temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Océano Atlántico, el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento, todo esto tiende a favorecer la formación de tormentas tropicales.
Murillo recordó que debido a las altas temperaturas del Caribe y del Atlántico, esta temporada de huracanes se proyecta activa y peligrosa porque se pronostica entre ocho y 13 huracanes, de los cuales de cuatro a siete serán importantes o severos.
Alertó que “nuestro Istmo se ubica entre los siete y 10 grados de latitud norte. Estadísticamente, la mayoría de los huracanes se forman o transitan a partir de los 10 grados de latitud norte. Sin embargo, se han registrado algunos huracanes importantes que alcanzaron nuestras latitudes, como Martha en 1969, Otto en 2016 y, más recientemente, Iota en 2020”.
Mientras existen estos monitoreos, Murillo destacó que actualmente con la temporada lluviosa han logrado resultados positivos dentro de los 15 o 20 días de junio de 2024, con la recuperación en los embalses, que han permitido un aumento en el tránsito de buques de 34, en miras de alcanzar los 36 que se lograron, antes de la crisis hídrica del 2023.
Confirmó que ya ambos embalses están en recuperación, debido a que el Lago Alhajuela está pronto a llegar a niveles arriba de 215 y 216 pies de agua, los suficiente para el suministro a la población y las operaciones del Canal. Mientras que el embalse del Lago Gatún está lejos del nivel crítico, ya que se mantiene arriba de 80, asegurando agua suficiente para las plantas potabilizadoras.
Otro tema que rescató Murillo es que las lluvias también serán una recuperación para los acuíferos, que es esa agua que está bajo la superficie terrestre, y que también se vio afectada.
“Ahorita las proyecciones nos muestran que podemos llenar ambos embalses a final de la temporada lluviosa de 2024. Sin embargo, hay que estar pendiente de lo que pase en el último trimestre con los huracanes y los riesgos de sequía. Las lluvias de este año son tan importantes porque en el 2023 dejamos de percibir el 50% de los aportes”, concluyó.