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¿Cómo los pagos con criptomonedas impactan la economía de un país?
- 23/04/2022 00:00
- 23/04/2022 00:00
La historia nos ha mostrado cómo a lo largo del tiempo los patrones de pago han ido evolucionando para hacer cada vez más fácil su uso, pero ¿son las criptomonedas parte de esa evolución del dinero? ¿Cómo puede su uso impactar en las economías de los países?
Repasemos la transformación del dinero a lo largo del tiempo. El primer medio de pago del que se tiene conocimiento es el trueque, cuando las personas pactaban la compra de algún bien o servicio, y a cambio debían pagar con otro bien o servicio.
Con el tiempo, este intercambio se fue haciendo engorroso por el transporte de las mercancías que implicaban las operaciones de compra y venta. Es allí cuando se encuentra en la sal un producto apetecible por todas las personas y de fácil transportación, para ser usada como medio de pago; inclusive para la contraprestación de las personas por sus trabajos, de allí la palabra salario para referirse al sueldo de los trabajadores.
Según algunos historiadores, en el siglo VIII a.C. nacen las monedas metálicas en sustitución de la sal como medio de pago, mediante la acuñación de metales preciosos (oro, plata y bronce), y ante la necesidad del rey Lidio Giges de simplificar el proceso de recaudación de impuestos. Sin embargo, con el tiempo las personas sintieron inseguridad al transportarlas con ellos y los orfebres crearon cajas metálicas para resguardarlas. A cambio, se les daba un papel que acreditaba su posesión, con el que se podía retirar la cantidad de monedas disponibles en su cuenta. ¿Les recuerda esta modalidad algo parecido a lo que existe en la actualidad? Estos certificados fueron aplicándose progresivamente para efectuar pagos sin necesidad de utilizar el metal que los respaldaba, lo cual dio origen al papel moneda o lo que hoy conocemos como billetes.
Con el transcurrir del tiempo, el papel moneda fue anclado al elemento de más valor que era el oro. De allí nace el patrón oro como el sistema monetario que imperaría desde el siglo XIX hasta 1944.
A través del Acuerdo de Bretton Woods, el entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon estableció la convertibilidad de la divisa estadounidense con el oro –a razón de 35 dólares por 1 onza de oro–, y del resto de divisas con el dólar. Iniciándose así la era de la fluctuación de las divisas, donde el dinero no tiene un valor intrínseco, y está controlado y emitido por los bancos centrales de cada país, así como organismos supranacionales como el Banco Central Europeo para los países de la eurozona. El dinero de hoy, llamado dinero FIAT, no tiene ningún respaldo en términos de metales preciosos, sino que su valor descansa en la confianza de cada individuo de que será aceptado como medio de pago por los demás.
En el año 1991 dos señores de nombre Stuart Haber y Scott Stornetta tuvieron la visión de crear un registro digital de archivos ordenados cronológicamente que permitiera con exactitud conocer la fecha de su creación y auditoría, y que fuera tan privado que solo las partes intervinientes pudieran obtener información de ello. Es así como se da inicio a la tecnología blockchain, de la que tanto se escucha en estos días.
No es sino hasta el año 2008 cuando comienza a tener notoriedad esta nueva tecnología. Gracias al trabajo de una persona, o un grupo de personas, que bajo el nombre de Satoshi Nakamoto crean el bitcoin, la primera criptomoneda. Al día de hoy esta es la más conocida, aquella con más inversiones y que ha logrado más captaciones, dando paso al nacimiento de otras criptomonedas como el ethereum, ripple, entre muchas otras. Al momento de escribir esta columna, existen 18.957 diferentes tipos de criptomonedas que en su totalidad suman una captación de mercado de $1.892 millones americanos.
¿Qué es una criptomoneda? No es más que un activo digital que, a través de datos encriptados, funciona como medio de intercambio o medio de pago; aunque desde su nacimiento hay muchas personas que lo han usado como medio de ahorro y hasta de inversión.
Las criptomonedas nacen como una revolución contra los procesos burocráticos de medios financieros o bancarios tradicionales, que por sus reglamentaciones escapan de la utilización de muchas personas y cuya lentitud en procesos genera una reacción adversa de los usuarios. A diferencia de esto, a través de las criptomonedas puedes hacerte de un bien y/o servicio de manera inmediata, segura, transparente y auditable por las partes participantes en la operación, eximiéndote de los altos costes de la banca actual.
A pesar de esto, no es cuestionable la capacidad de respuesta y las normas que aplican los bancos, ya que al captar dinero del público están sometidos a miles de regulaciones por parte de los organismos del Estado. Esto evita que se causen perjuicios a las personas, que bajo confianza han depositado en ellos sus recursos; por lo que deben siempre tener como norte realizar la función de “un buen padre de familia” y cuidar los recursos de terceros, inclusive con más cuidado que los suyos propios.
Tal ha sido el avance de las criptomonedas, y en especial el de bitcoin, que muchos países a la fecha lo han aceptado como medio de pago, algunos las han reglamentado, otros pocos las han rechazado por temas internos, y otros se han limitado a no pronunciarse, por lo que estarían aceptándolas tácitamente.
El Salvador ha sido el primer país en darle la cualidad de “moneda de curso legal” al bitcoin, la ha reglamentado y hasta ha creado beneficios fiscales para invitar a inversionistas a llevar sus fondos a través de la criptomoneda a ese territorio, hasta el punto de hablar de la primera ciudad bitcoin del mundo. Ya en otros países como Paraguay, Nicaragua, Argentina y hasta Panamá se han escuchado voces respecto a la posibilidad de aplicar la misma modalidad de El Salvador.
Por su parte, muchos bancos tradicionales ya han modificado sus estructuras y procesos para crear nuevas líneas de negocios con base en las criptomonedas, tales como Bank Of América, BBVA, entre otros.
No obstante, las criptomonedas tienen sus detractores como la poca reglamentación respecto al cumplimiento normativo al que están sometidos los bancos, la llamada política de “Conozca a su cliente” que les obliga a revisar de manera exhaustiva el origen de los fondos y las transacciones realizadas a través de las entidades. Además, el lavado de dinero y el uso de fondos a través de criptomonedas para financiar actividades de terrorismo y corrupción han sido las más fuertes objeciones a la figura de las criptomonedas, por lo que su reglamentación cada vez está creciendo con más fuerza, y empresas de cripto-exchange como Binance, Crypto, Coinbase han endurecido sus políticas de Due Diligence –o debido cumplimiento– para revisar las transacciones que bajo su plataforma se realicen con criptomonedas.
La revolución digital de la cual las criptomonedas son parte, ha tomado un rol protagónico en la economía mundial actual, al punto de que muchos hablan de ser un destino de resguardo o protección de los recursos ante la inflación que azota a muchos países del mundo, la cual se ha visto acentuada a raíz de la pandemia.
En otros casos, está siendo tomada cada vez con más seriedad como moneda e incluida en amplios comercios como forma de comprar productos y servicios; por lo que más pronto que tarde el resto de los países tenderán a reglamentarlas y a aceptarlas como una forma de la evolución de los medios de pago. Mediante esta reglamentación podrán no solo darles seguridad a sus transacciones, sino pechar fiscalmente a las personas que hagan transacciones bajo esta modalidad.
La aceptación y regulación de las criptomonedas como medio de pago, sin necesidad de convertirlas en moneda de curso legal, ayudarán a los países a modernizar sus economías, a hacerlas más seguras y a obtener fondos bajo la vía fiscal.
Jamez Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate