El FMI recomienda a Panamá reducir el déficit fiscal y asegurar el capital de los bancos

Actualizado
  • 17/10/2023 00:00
Creado
  • 17/10/2023 00:00
El organismo también recordó que los 'shocks' relacionados con el clima suponen importantes retos a corto y mediano plazo para el país, sobre todo por su impacto en la emigración
Para 2023, el país seguirá siendo líder del crecimiento en América Central.

En sus más recientes actualizaciones sobre las Perspectivas Económicas: Las Américas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) comentó que en Panamá, “las políticas han de centrarse en fomentar la resiliencia a los shocks, en particular reduciendo el déficit fiscal de conformidad con la Ley de Responsabilidad Fiscal, asegurar que se mantenga la debida capitalización y liquidez de los bancos, y reforzar el capital humano y la gestión de gobierno para que continúe la rápida convergencia de los ingresos con las economías avanzadas”.

El organismo mejoró la perspectiva de crecimiento del producto interno bruto de Panamá (PIB) para este 2023 de 5% a un 6%. Con esta cifra lo coloca como el país líder en América Central, en comparación de sus pares, como Costa Rica (4,4%), Guatemala (3,4%), Nicaragua (3,0%), República Dominicana (3,0%), Honduras (2,9%), El Salvador (2,2%).

El Ministerio de Economía y Finanzas informó que la estimación del FMI va en línea con la perspectiva dada a conocer por el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, que ha expresado que el PIB del país registrará un crecimiento entre un 5% y 6% en 2023, un desempeño fortalecido por los sectores: comercio, construcción, turismo, banca, seguros, transporte y electricidad, entre otros.

Región
El FMI recomienda a Panamá reducir el déficit fiscal y asegurar el capital de los bancos

Con las nuevas perspectivas se demostró que la actividad económica en América Central, Panamá y la República Dominicana (CAPRD) desde comienzos de 2022 ha estado impulsada por el sólido consumo privado, sostenido por las aún abundantes remesas –en especial en Nicaragua, pero también en Guatemala y Honduras– así como por la continua recuperación en el sector de servicios.

Sin embargo, las exportaciones han sido “débiles” en la región debido al menor dinamismo de la demanda externa, excepto en Costa Rica. El FMI proyectó que el crecimiento en CAPRD se modere más en 2023-24 en medio de una coyuntura externa menos favorable y condiciones meteorológicas severas en algunas partes de la región, ya que las perspectivas siguen estando sujetas a considerables riesgos en contra, incluidos los relacionados con una desaceleración mundial más pronunciada de lo previsto, una inflación más persistente, nuevas turbulencias en el sector financiero en las economías avanzadas y desastres naturales.

La inflación regional se ha reducido desde el tercer trimestre de 2022, sobre todo en Costa Rica, mientras que la inflación subyacente muestra más persistencia. Tras una serie de incrementos de las tasas de política monetaria en la mayoría de los países con una política monetaria independiente, los bancos centrales de Costa Rica y la República Dominicana, que reaccionaron de forma más rápida y decisiva ante el shock de la inflación en la región de CAPRD, han empezado a reducir las tasas en un contexto en que la inflación general disminuye velozmente, mientras que otros bancos centrales de la región han interrumpido el ciclo de endurecimiento.

El shock de la inflación ha tenido un impacto desproporcionado en los sectores más vulnerables, los que ya habían sido afectados por los altos niveles de pobreza, desigualdad e informalidad.

Para mitigar este impacto, el FMI indicó que la mayoría de los países introdujeron medidas fiscales discrecionales en 2022, focalizadas solo parcialmente, que en gran medida se han suspendido o reducido a lo largo de 2023.

Agregó que en términos generales, los sectores bancarios en la región de CAPRD parecen ser sólidos, porque se encuentran bien capitalizados y cuentan con liquidez, y las repercusiones de los acontecimientos en los sectores financieros de algunas economías avanzadas a principios de 2023 han sido limitadas.

No obstante, el FMI aclaró que persisten focos de vulnerabilidad, lo que subraya la importancia de vigilar y reforzar continuamente las medidas prudenciales y las herramientas de los supervisores.

En adelante, cree que la política monetaria en los países con tipo de cambio flexible se tendrá que seguir basando en los datos y centrando en reducir la inflación de forma duradera, y a la vez asegurar la estabilidad financiera y la sostenibilidad de la deuda.

“La política monetaria debería seguir respondiendo a los nuevos datos, prestando especial atención a las expectativas de inflación y la inflación subyacente. El principal desafío en materia de política fiscal es lograr el equilibrio adecuado entre apoyar a los sectores más vulnerables y abordar las vulnerabilidades fiscales”, se lee en el documento.

“Resulta esencial reforzar las redes de protección social, optimizar los sistemas de salud y educación, reforzar la infraestructura e incrementar la resiliencia al cambio climático y los desastres naturales en la región. Para responder a estas necesidades de gasto y apuntalar las finanzas públicas, hay que movilizar ingresos fiscales y promover reformas que estimulen el crecimiento potencial”.

Comportamiento

A nivel regional, el FMI previó que los principales riesgos de la región están relacionados con un posible resurgimiento de las presiones inflacionarias y tensiones sociales acentuadas. Los shocks relacionados con el clima suponen importantes retos a corto y mediano plazo, en especial para la subregión de América Central, Panamá y la República Dominicana, y para el Caribe, sobre todo por su impacto en la emigración.

Para el grupo de las cinco mayores economías de América Latina, denominado AL5 (Brasil, Chile, Colombia, México, Perú), se cree que la desaceleración de la actividad económica reflejó el debilitamiento del consumo privado, en parte debido a los efectos del endurecimiento monetario previo.

Mientras que en el Caribe el repunte en las economías dependientes del turismo está moderándose, mientras que las economías caribeñas exportadoras de materias primas continúan beneficiándose de términos de intercambio favorables.

El grupo de los otros países de América del Sur está experimentando una desaceleración más pronunciada, sobre todo como consecuencia de la contracción en Argentina, atribuible en parte a la sequía, y por factores idiosincrásicos en Bolivia, Ecuador y Uruguay, que sobrecompensan el sólido repunte de Paraguay tras la sequía de 2022.

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