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Zorel Morales: 'Toda actividad del hombre genera impactos positivos y negativos; la minería no escapa de eso'
- 23/10/2021 00:00
- 23/10/2021 00:00
El ingeniero Zorel Morales, director ejecutivo de la Cámara Minera de Panamá, conversa con “Espacio Gente” sobre el mercado de la minería y las bases que deben sostener a esta industria en suelo canalero. En cuanto al proyecto de cooperación entre el Banco Interamericano de Desarrollo y el Ministerio de Comercio e Industrias orientado a la institucionalidad de la minería, destaca su importancia como la vía para definir “cómo es la institución que debe regir el sector minero para garantizar y supervisar que en la minería se aplican los mejores estándares y reglas de actuación tanto con el ambiente, las comunidades y todo su entorno”.
El ejecutivo también señala que la supervisión de una operación minera como la de Cobre Panamá precisa una institución con la suficiente fortaleza jerárquica y en capacidades técnicas instaladas, “que no tenemos”, en la actualidad y propone un modelo de minería “como plataforma para el desarrollo sostenible e inducido”, ya que todas las actividades del hombre ocasionan un impacto positivo y negativo en el entorno medioambiental.
Hoy, al primer semestre de este año, las exportaciones de la minería constituyeron el 80% del total de todas las exportaciones del país. La minería durante los últimos años ha elevado las exportaciones arriba de los $1,000 millones, cuando siempre rondaban los $700 millones; ahora estamos hablando de $1,500 millones... más de $2,000 millones; se supone que este año va a estar alrededor de unos $3,000 millones. En materia del producto interno bruto, pensamos que este año la contribución de la minería luego de dos años de producción de este proyecto (Cobre Panamá) va a llegar alrededor de entre el 7,5% al 8%. De hecho, al primer semestre de 2021 ya era de 7,5% la contribución al PIB y de todas las actividades económicas del país, está con el sector de logística y comunicaciones, donde está incluido el Canal; son los dos únicos sectores que han crecido durante los años 2021 y 2020; es decir, la minería está jugando un papel importantísimo en la economía de Panamá, en un momento en que necesitamos, precisamente a raíz de la pandemia, más contribución de todos los sectores económicos del país para poder sacar al país del hueco donde estamos metidos.
El tema es que tenemos que remitirnos al significado de desarrollo sostenible o de sostenibilidad. Por ningún lado la definición de desarrollo sostenible, establecida por la Organización de Naciones Unidas dice que “x, y o z” actividades que ejercen el hombre o sectores económicos, no son sostenibles. Lo que trata la definición de desarrollo sostenible es que se debe garantizar para las futuras generaciones, satisfacer sus necesidades haciendo las actividades hoy de manera que eso pueda ser posible. ¿Cómo se hace posible? Toda actividad del ser humano, todo emprendimiento del ser humano tiene un impacto positivo y un impacto negativo sobre el ambiente, la sociedad y la economía. Al final, ¿qué es lo que se busca con esto? Garantizar para las generaciones futuras el satisfacer sus necesidades a través de la gestión de esos impactos positivos y negativos, de manera que el impacto neto sea neutro o positivo. La minería tiene todos los elementos para que ese impacto sea positivo, de hecho, en la zona donde opera Cobre Panamá, que ha sido siempre una zona protegida pero que nunca realmente fue protegida porque no había recursos para protegerla, ya la presencia del proyecto ha generado una cantidad de efectos positivos sobre el ambiente, la sociedad y la economía de la región. Por ejemplo, en el caso del medio ambiente, ¿cuáles eran las actividades que reinaban sobre esas zonas antes de iniciarse el proyecto? La minería ilegal, la tala indiscriminada de bosques y el narcotráfico. En primer lugar, la mina ha traccionado y ha llevado la presencia del Estado hacia esa zona, entonces, ya se pueden controlar todas esas actividades ilegales. Por primera vez, desde que inició el proyecto minero hay presencia de casi todas las instituciones del Estado en esa zona. El proyecto minero ha puesto los recursos para que se desarrollen planes de conservación de la biodiversidad en estas zonas, cosa que nunca se había hecho; ahora hay planes de conservación de especies de flora y fauna que se creían extintas, especies nuevas que no se habían encontrado y también las que se encontraban en peligro de extinción, ahora están siendo sometidas a estos planes de conservación de la biodiversidad. Se está educando a los campesinos en prácticas de agricultura sostenible y por otro lado se les está incentivando para que no continúen con la práctica de deforestación con que siempre actúan los campesinos porque no tienen otra alternativa. Todas estas actividades de subsistencia están siendo reformuladas en la región, de manera de que no se siga dando esa depredación que se estaba dando sobre los bosques.
Por un lado está la minería no metálica que incluye todas las canteras, cementeras y todas esas operaciones mineras que son a través de las que se producen los materiales para construir las viviendas; estas calderas están distribuidas en todo el país. La única mina metálica que tenemos operando en este momento es Cobre Panamá. Cobre Panamá es la décimo cuarta mina más grande del mundo en este momento, en operación. Y nos ha colocado en el tercer lugar de los países exportadores de cobre de América Latina. Como le decía anteriormente, toda actividad del hombre genera impactos positivos y negativos, la minería no escapa de eso, como no escapa la construcción de viviendas, como no escapa cualquier actividad industrial o económica; es más, la actividad de los medios de comunicación tiene sus impactos positivos y negativos también. Toda actividad, como subirnos al carro en la mañana para ir a la oficina, tiene un impacto sobre el ambiente; tiene sus impactos positivos pero también negativos; toda actividad del hombre lo es, la minería también lo es, el tema es cómo se gestionan esos impactos para que el impacto neto sea positivo o por lo menos sea neutro. La minería tiene toda la base económica para que ese impacto sea positivo y eso es lo que se quiere lograr aquí en Panamá, y no solo en Panamá, sino en toda América Latina a través de la adopción del nuevo rol de la minería como la plataforma de desarrollo sostenible e inducido.
Este proyecto beneficiará indudablemente al país. Para supervisar una operación minera de esta envergadura, como la de Cobre Panamá, e incluso para supervisar las operaciones mineras no metálicas se necesita una institución con la suficiente fortaleza jerárquica por un lado, y por el otro, también con la fortaleza en capacidades técnicas instaladas, cosa que no tenemos. Ahora mismo el rector del sector minero es una dirección de tercera categoría que está insertada en un ministerio multisectorial, como lo es el Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), que tiene que ver con muchos sectores de la economía. Se necesita definir cómo es esa institución que debe regir el sector minero para garantizar y supervisar que en la minería se aplican los mejores estándares y reglas de actuación tanto con el ambiente, como las comunidades y todo su entorno. Eso es lo que se está haciendo con el Banco Interamericano de Desarrollo a través de un convenio de cooperación técnica con el Mici. El alcance de este trabajo no es solamente definir cuál es la institucionalidad adecuada para el sector minero en Panamá, considerando lo que hay ahora y el enorme potencial que tiene el país porque, definitivamente tenemos más yacimientos de clase mundial aquí en Panamá, como Cobre Panamá y podemos hablar de al menos dos o tres más de mismo tamaño; pero, ¿qué es lo que se quiere hacer? Además de la parte institucional, se está trabajando en cuáles son las políticas que se tienen que establecer al respecto del sector minero en Panamá y esa política se está haciendo enmarcada dentro del rol de la minería como plataforma o motor de desarrollo sostenible para el país y en las regiones donde opera. El tercer componente de este trabajo que se está haciendo con el Mici y el BID son las reformas que hay que hacer al Código Minero para adecuarlo a la realidad del desarrollo sostenible y a los mejores estándares en materia ambiental y social que existen hoy día, de manera que el gobierno tenga las herramientas para supervisar y a la vez garantizar que se cumpla con esos estándares y reglas; que tenga la capacidad para hacerlo y las herramientas legales; y de esta manera garantizar que no estamos a expensas de la buena fe de la empresa, sino que el Estado tiene la suficiente credibilidad y capacidad técnica para garantizarnos a los ciudadanos que las cosas se están haciendo de la manera adecuada.
Es muy interesante lo que usted ha mencionado porque no se trata solamente de que esté sucediendo en Panamá, lo que vemos en materia de la institucionalidad, del marco legal y de las capacidades del Estado para supervisar y garantizar las buenas actuaciones del sector minero. Esto es algo que está impulsando el Banco Interamericano de Desarrollo y que es producto de un estudio de varios años que hizo el BID, donde se emitió un documento que establece las guías para que el sector minero tenga el rol de plataforma de desarrollo sostenible e inclusivo en América Latina, una región rica en recursos naturales. Entonces, ¿cómo aprovechar esa riqueza para fomentar, promover, apoyar y ser motor del desarrollo sostenible en los ámbitos ambiental, social y económico? Dentro del desarrollo sostenible están los derechos humanos, el desarrollo de capital humano avanzado, la parte de género en lo laboral. El concepto de desarrollo sostenible abarca todo lo que tiene que ver con los derechos humanos, los derechos de género, los derechos de las comunidades, latinas o indígenas, pero tiene que ver con todo eso. El respeto y la utilización de los mejores estándares en la relación con esas comunidades y con todo su entorno ambiental, económico y social.
Estamos seguros de que se va a llegar a resultados beneficiosos para el país por un lado, y que van a permitir a la empresa seguir operando y obtener sus ganancias como cualquier otra empresa dentro de un ámbito de justicia, para ambas partes y de ganar-ganar. He conversado de manera aislada con algunos de los actores que están siendo parte de todo esto, y tanto de un lado como del otro se ve esa actitud de: “Vamos a negociar; estamos negociando!”, para que todo se dé dentro de un marco de ganar-ganar y creo que hay espacio para ello. En la Cámara Minera nos parece que esta es una gran oportunidad para cambiar el marco de ese contrato que se hizo en 1997 cuando ni siquiera había la menor experiencia en Panamá de cómo se hacía este tipo de contratos para operaciones tan grandes y tan complejas como la de Cobre Panamá.