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- 10/12/2019 11:07
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La eficiencia energética reviste importancia crítica para alcanzar las metas nacionales relativas a la energía, la sostenibilidad, el cambio climático y representa uno de los factores fundamentales para que los sectores, públicos y privados, de un país sean competitivos.
La eficiencia energética sigue siendo la opción de menor costo para cumplir los compromisos nacionales referidos al cambio climático, por esta razón, se denomina a menudo como “el primer combustible”, es decir, el recurso que se debe utilizar antes que cualquier otra alternativa energética.
Asimismo, el aumento del consumo de energía, derivado del crecimiento económico y de la tendencia de satisfacer el mayor número de necesidades, hace cada vez más urgente integrar la eficiencia energética y las energías renovables en el mundo. Es por ello que cada vez son más los países que están adoptando y generando medidas para optimizar la demanda energética y ser parte de esta acción transformadora. Aproximadamente un 70% de los países han creado programas de Eficiencia Energética con objetivos y metas claras.
El American Council for an Energy-Efficient Economy (ACEEE) realizó un estudio que midió la eficiencia del consumo energético de 16 países que en conjunto representan el 81% del Producto Interno Bruto (PIB) global.
El resultado de la investigación resalta a la Unión Europea, compuesta por 28 países, que se comprometió a reducir el consumo energético en un 20% para el año 2020, con metas a implementar por cada una de las naciones miembros.
Es claro entonces que el mundo se está dirigiendo al uso racional de la energía debido a un mejor entendimiento y preocupación del entorno, sumados a este esfuerzo se encuentran también los países de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el tratado de Kioto, Rio de Janeiro y el Acuerdo de París. Adicionalmente, está el programa del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, quien compartió su visión (2011) de hacer realidad la sustentabilidad energética para todos para el 2030, y lanzó la iniciativa “Sustainable Energy for All” (Energía Sustentable para Todos), acuñando la sigla: SE4ALL, cuyos pilares, fundamentales son:
Así, el 21 de diciembre de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas Declara a 2014- 2024 como la “Década de la Energía Sostenible para Todos”.
La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que el planeta deberá realizar inversiones anuales del orden de los $50 mil millones de dólares para alcanzar las metas del SE4ALL en el 2030.
Actualmente es claro que el crecimiento económico de Panamá se encuentra marcado fundamentalmente por el Canal de Panamá; tal y como lo muestran la Secretaría Nacional de Energía y su Plan Energético Nacional 2015-2050, la Administración de Información de la Energía (EIA) y la Agencia Internacional de Energía (IEA).
Las referencias Plan Energético Nacional 2015-2050 y de la Administración de Información de la Energía muestran que la evolución del producto geográfico bruto (PGB) y la del consumo de electricidad entre los años 1990 y 2016 en el país, están “acopladas”, es decir que la una depende de la otra como se muestra en la gráfica.
Esto es consistente con la idea general de que mayor producción requiere mayor consumo de energía. Sin embargo, este no es el mejor uso de la energía y recursos, indicando que hay grandes oportunidades para lograr desacoplar estas curvas.
¿Cómo lograr el desacople? A través de la disposición de una infraestructura administrativa en energía (como un ministerio o secretaría), planificación estratégica para la reducción del uso de la energía y sus emisiones, establecimiento de pilares de desarrollo energético, son, entre otros, algunos puntos esenciales.
En hechos, el gran contribuyente a lograr este desacople es justamente el uso eficiente de la energía, está demostrado que este reduce costos y emisiones, con un efecto notable en la reducción de importación de combustibles fósiles, lo que conlleva un efecto positivo sobre la balanza de pagos.
Adicionalmente, están la generación de empleos, la creación e implementación de proyectos sostenibles en todos los sectores de consumo de energía, la reducción de emisiones y su efecto sobre el medio ambiente, entre otros. Es aquí donde los proyectos de eficiencia energética sostenibles muestran su eficacia.
Más del 75% de la oferta energética nacional es importada y de origen fósil (derivados del petróleo, carbón y gas natural), según la SNE, el 25% restante corresponde a energías provenientes de plantas hidroeléctricas, eólicas, solar y otras de origen orgánico (bio-gas, bagazo y leña), siendo la hidroenergía la más importante, alcanzando un valor cercano al 17%.
Para la generación de energía eléctrica en el país (11,191.8 GWh – giga watt hora), más del 70% se obtiene a través de hidroelectricidad, cuyo combustible es de origen natural renovable y con factor de eficiencia en la generación de un 100%.
Las otras fuentes de generación corresponden a carbón, diesel, gas natural, y algunas renovables (eólica, solar y biogás).
Esto indicaría que la matriz energética eléctrica de Panamá está altamente descarbonizada, ya que menos del 25% de los combustibles utilizados son de origen fósil (carbón, diesel, petróleo y gas natural) .
Una vez analizada la matriz energética del país, resulta imperativo determinar de qué manera es posible ejecutar acciones transformadoras que apunten hacia la eficiencia energética como una herramienta para el cumplimiento de metas nacionales, mitigación del cambio climático e incremento de la competitividad de los diferentes sectores del país.